Desde el pasado 13 de julio las tardes en el parque Libertad de San Salvador ya no son las mismas. En esta plaza pública ya no hay música, bailes ni alegrías. Lo único que hay son personas confundidas y mucha tristeza. Y es que, ha entrado en vigencia el decreto que prohíbe, por 90 días, el desarrollo de conciertos, mítines, eventos deportivos abiertos al público y fiestas patronales. Tales disposiciones se tomaron con criterio sanitario para reducir la probabilidad de contagios de covid-19 en eventos masivos.
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Los bailarines y músicos del Centro Histórico de San Salvador nunca imaginaron que dicho decreto repercutiría en sus presentaciones vespertinas al aire libre. Fue hasta ese día que, mientras estaban en lugar, miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) les dieron la lamentable noticia de que, durante tres meses, ya no podían ofrecer sus espectáculos.
En la tarde del pasado jueves, elsalvador.com se dio una vuelta por el parque Libertad para ver cuál era el panorama tras la suspensión temporal de los shows. Lo que se encontró fue a muchas personas confundidas, tratando de comprender lo que pasaba. Entre esa gente estaba Yajaira, la llamada “Bailarina del pueblo”, quien al ser entrevistada expresó su tristeza.
“Desde anteayer nos dijeron que ya no viniéramos a tocar, porque si no nos caería primero multa, luego prisión, dicen”, expresa Yajaira, quien esa tarde lucía un vestido de marinera.
La famosa artista del parque manifiesta que esta situación le afectará mucho, pues dejará de percibir sus “centavitos”.
“¡Qué tristeza! Esto me afecta económicamente. No le voy a decir que gano miles, sino cinco, siete o seis pesos. Esto les ha afectado a mis compañeros músicos también, a los dos combos, tanto ellos como nosotros estamos sufriendo. Son órdenes. Donde manda capitán no manda marinero”, expresa la bailarina de 73 años.
Yajaira manifiesta que, durante el tiempo de suspensión de actividades al aire libre, ella seguirá llegando al parque, no para presentar su espectáculo sino para ver si alguien de buen corazón le regala dinero.
“Siempre voy a venir para ver si me regalan algo mis fans; tal vez me regalan un dólar, dos dólares… Me tomaré fotos con ellos y las cobraré a dólar, no me queda de otra”, manifiesta la bailarina.
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Yajaira aprovechó la entrevista para pedirles a sus amigos y seguidores que le ayuden ante esta difícil situación.
“Mi número de teléfono es el 7640-2510 por si me quieren llamar, regalar cinco, veinte, diez dólares o lo que le nazca de su corazón, porque la verdad ya tres meses (sin actuar) es algo serio”, manifiesta la danzante.
Otros bailarines del parque Libertan experimentan el mismo sentir de Yajaira, entre ellos Karla García, de 23 años.
“Nos sentimos mal, porque bailando uno se divierte, se siente bien, se relaja. Con esto que están diciendo que no quieren aglomeraciones de gente, me siento mal porque aquí me venía a quitar el estrés. Pero hoy no vamos a poder bailar, todos estamos achicopalados (…) a mí me afecta económicamente, porque había gente que me colaboraba, con eso le llevaba comida a mi bebé”, expresa Karla, quien es conocida como “la morenaza de fuego”.
Por su parte, Celina González, otra de las bailarinas, también expresa su preocupación ante el cese de presentaciones en el parque.
“Ahorita me siento mal. Todas mis compañeras y yo nos veníamos a desestresar, pero ahora estamos tristes. Tenemos familia que mantener y ahora no sabemos cómo vamos a hacer”, dice Celina.
Otros de los afectados son los integrantes de los combos musicales, quienes llegaban todas las tardes a esa plaza para contagiar con su ritmo a los bailarines y público en general.
“La noticia me la dieron el martes. Ya estábamos en horas de trabajo cuando vinieron dos señores del CAM y me dijeron que a partir de ese día estaba prohibida la música en los parques durante tres meses”, expresa don Pablo Rivas, propietario del combo “Los cuscatlecos del ritmo”.
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El señor Rivas revela que asimiló muy mal la noticia, que se sintió preocupado ya que gracias a sus presentaciones al aire libre mantiene a su familia.
“Lo asimilé mal. Me sentí confundido. Yo vivo, como dice el dicho ‘coyol quebrado coyol comido’. Desde ese día he sentido aflicción, preocupación. No sé cómo le voy hacer (…) si alguien nos quiere contratar para otros eventos o nos quiere ayudar puede llamarnos al 7763-4950 o al 7174-1173”, expresa don Pablito.
