La muerte de un pariente cercano afecta a las personas de diferentes maneras: mientras que algunos se resignan y lo superan, para otros puede ser el inicio de alteraciones de la conducta, por ejemplo.
Ese último es el caso de la cantante Thalía, quien recientemente habló sobre las repercusiones que tuvo la muerte de su padre, el científico y criminólogo Ernesto Sodi Pallares, cuando ella apenas tenía seis años.
La diva mexicana abordó el tema durante el tercer episodio la serie “Latin Music Queens”, que se transmite cada jueves por Facebook Watch.
“Mi padre estaba enfermo, cada vez más enfermo. La última vez que lo vi estaba en su cuarto conectado a muchas máquinas y mi madre me dijo que me despidiera, pero yo no lo sabía. Ella me dijo: ‘Dale un beso a tu papá para que se ponga bien’. Yo le di el beso y cuando salí del cuarto las máquinas (comenzaron a hacer ruido) y luego murió”, expresó Thalía en una mezcla de inglés y español.
“‘!Oh Dios! Y yo sentí como que mi amor y mi beso lo mataron. Eso es demasiado para una niñita de seis años. Y entonces empecé con el trastorno obsesivo compulsivo (OCD, por sus siglas en inglés)”, explicó la cantante.
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Este desorden la lleva a ser obsesiva en lo que respecta a la limpieza, y según relata se le despierta sobre todo cuando no tiene control sobre las situaciones, como por ejemplo durante la filmación del videoclip de la canción “Ten cuidao” con Farina en plena pandemia.
Al ver en el lugar a más de 50 personas, ella pensó que eso no debería estar pasando.
“Me sentí estresada y con mucha ansiedad porque soy una controladora. Soy como Howard Hughes (un excéntrico millonario que padecía TOC y que tenía aversión a ser tocado o a tocar cosas). Veo polvo y células muertas flotando. Lo estoy pasando fatal. ¿Lo has visto? Hay polvo y células muertas en el aire”.
En sus redes sociales la intérprete de Amor a la mexicana ha hecho referencia a este trastorno, como en marzo pasado cuando confesó que la mayor parte de su vida ha vivido controlando el TOC que desarrolló desde joven. Dijo también que no por nada sus allegados la llaman Howard Hughes.
“Han sido años de control mental y analizar detonadores emocionales para controlar esta compilación. Lavarme las manos constantemente, abrir y cerrar las llaves del agua, tocar las manijas de las puerta con un papel y un sin fin de rituales de limpieza, han sido una constante para mi”, confesó la artista.
Y con respecto a la pandemia que iniciaba pidió calma, pues “la obsesión causa angustia y estresa”, al tiempo que pidió ser precavidos para cuidarnos entre todos.