“Quisiera salir corriendo, abrir esa puerta y correr y correr”. Con esta frase, Rosy Alberto refleja a sus seguidores de Instagram todo el drama que está viviendo en su aislamiento en un base militar en las cercanías del aeropuerto ubicado en San Luis Talpa, departamento de La Paz. Totalmente decaída y entre sollozos, la modelo y exreina de belleza originaria de Ilobasco expresó que ha caído en depresión, lo cual le ha provocado falta de apetito y pérdida del sueño.
“Les juro que hoy sí me agarró la ‘depre’. Tengo insomnio, no tengo hambre”, expresó la influencer.
Alberto, quien antes de que se decretará la pandemia por el coronavirus COVID-19 se encontraba en Europa de vacaciones y atendiendo compromisos profesionales como modelo, lamentó que en la habitación donde está confinada no tuviera una silla.
“Imagínense solo tener una cama. No hay otro lugar donde me pueda sentar. Me duele la cabeza, los pies… Osea, solo me cambio de posición de la cama; es lo único que puedo hacer”; expresa en sus historias de Instagram.
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La también locutora manifestó que durante su encierro ha hecho “de todo” para mitigar el aburrimiento y la desesperación.
“Ya hice de todo, se los juro. En esta cuarentena he hecho de todo, hasta lo que no se imaginan. Pero, es que no sé qué hacer. Y todavía falta una semana”, lamentó Rosy.
La influencer reconoció que, tras 22 días de aislamiento, ha llegado a un momento donde siente demasiada tristeza e impotencia. Así mismo, expresó el deseo de salir del recinto y estar al aire libre, aunque sea por un momento.
“Tengo ganas de llorar sin razón alguna. Pero es que ya no aguanto, se los juro, ya no”, expresó (…) Creo que si tuviera una silla o me dejaran salir al patio sería diferente, pero ni eso. Creo que me voy a volver loca”, dijo la presentadora de televisión.
“Créanme, solo los que estamos en esta posición, de verdad, podemos explicar cómo nos sentimos”, puntualizó Alberto.
Rosy Alberto fue una de las primeras personas en ser puestas en cuarentena en El Salvador. Dentro de una semana ella concluirá su aislamiento, a partir de ese día se convertirá en la primera salvadoreña en territorio nacional en cumplir 30 días de encierro total.