La actriz de El Exorcista y su maldición: un pacto con el diablo y el estigma de estar poseída

Linda Blair a sus 13 años interpretó uno de los personajes más fuertes y controversiales de la historia del cine: Regan MacNeil. Durante toda su vida tuvo que luchar contra los señalamientos de fanáticos que la acusaban de estar poseída. 

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Una de las escenas más terroríficas y recordadas del film. Foto captura de pantalla

Por N. Hernández

2021-01-24 7:58:44

Una de las escenas más impactantes de la película de El Exorcista dura pocos minutos, pero es difícil de olvidar, seguramente sabes cuál es, pero te la describiremos: Chris MacNeil encuentra a su hija en la cama, fuera de sí, maldiciendo y con un crucifijo entre las piernas ensangrentadas. Cuando quiere acercarse, es empujada con una fuerza bestial contra la pared. Entonces, la cabeza de Regan MacNeil gira 180 grados y se dirige a su madre: “¿Sabés lo que hizo la cerda de tu hija?”

Una niña de 12 años poseída por el demonio, hasta el momento este es uno de los papeles más fuertes y controversiales de la historia del cine.

Todo empezó cuando en agosto de 1972, la actriz preadolescente Linda Blair fue elegida para interpretarla entre 600 aspirantes, en el que superó a otras actrices prodigio como Melanie Griffith y Laura Dern. El foco de la película El Exorcista, considerada por muchos la mejor película de terror de todos los tiempos, y hasta hoy la segunda más taquillera del género, estaba puesto en Regan.

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La bella Linda a sus 13 años ya tenía fama de modelo porque empezó a los cinco años y había ganado cierta popularidad como imagen de los catálogos de Macy’s y una serie de publicidades de The New York Times. Con la película se dio a conocer en todo el mundo, pero nunca imaginó que no lograría librarse del estigma diabólico del filme.

Una de las películas más emblemáticas del terror. Foto Facebook

Para los productores, ella fue la persona perfecta que destacó en la rigurosa búsqueda, puesto que la elegida debía de interpretar tanto el bien como al mal y tener el temple para tolerarlo.

El guionista y productor de la película, William Peter Blatty, autor a su vez del bestseller en el que está basada, cuenta en el documental biográfico sobre Blair Didn’t you used to be Satan? (1996) que nunca esperó que realmente encontraran una chica “normal” de esa edad capaz de hacerlo. “Piensen en lo shockeante de la trama, del lenguaje… ¡Dios mío!”.

De hecho, también se había barajado para el rol a Jamie Lee Curtis, pero su madre, la actriz Janet Leigh, consideró que era demasiado joven para hacerlo. Linda, en cambio, sorprendió al director, William Friedkin, desde las primeras entrevistas. Cuando le preguntó si había leído el libro, Blair dijo que sí: “Es sobre una chica que es poseída y hace un montón de cosas malas”. “¿Cosas malas como qué?”, preguntó Friedkin. “Empuja a un hombre por la ventana de su cuarto, le pega a su madre y se masturba con un crucifijo”. “¿Sabés lo que es eso? ¿Lo hiciste alguna vez?” Blair se rió: “Obvio, ¿vos no?”.

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Según Blatty, él y el director tenían un acuerdo tácito para proteger a Blair durante el rodaje, pero, en cierto punto, se dieron cuenta de que “simplemente era imposible”. La filmación duró once meses en los que la niña estuvo expuesta al estrés de convivir con una macabra muñeca de ella misma en tamaño real y de someterse a interminables sesiones de maquillaje para verse como una posesa. También a los duros métodos de Friedkin, que incluyeron colgarla de un arnés para una escena en la que levita y cae con fuerza y por la que le quedaron secuelas en la columna de por vida.

Por esta escena la actriz tuvo que ser operada años después de la grabación porque sufrió la fractura de una vértebra y llegó a padecer dolores crónicos durante años, pero en ese momento no recibió atención médica: “En ese momento no recibí asistencia médica, no llamaron a un doctor. Creyeron que estaba actuando”.

En la escena, los gritos son de dolor y no es actuación.

La maldición

La película se retrasó por varios meses y se dice que el propio Friedkin fue el responsable de la campaña de marketing que comenzó a asegurar que una maldición perseguía la película. Sin embargo, algunos hechos ocurridos en este periodo ayudaron a que el rumor fuera aún más creíble.  Las primeras señales de alarma se encendieron al inicio de la filmación, cuando un incendio destruyó el set en Nueva York. No hubo que lamentar heridos, pero algo llamó la atención del staff: la única parte del estudio que no sufrió daños fue el cuarto que se usaba para las escenas del exorcismo de Regan.

La actriz asegura que no cree en la maldición de El Exorcista, pero ha tenido que vivir toda su vida con el estigma. Foto AFP

A esto se sumaron varias muestras de personas relacionadas con el equipo, entre ellas la del actor Jack MacGowran y la actriz Vasiliki Mailiaros, cuyos personajes también morían en el filme. También murieron el encargado de la refrigeración (fundamental porque se filmó con temperaturas bajo cero para que se viera vapor real saliendo de las bocas) y un sereno, y el abuelo de Linda, entre otros.

Hasta miembros del elenco, como Ellen Burstyn, la madre de Blair en el guión, empezaron a creer en la maldición. Así, comenzó a ser frecuente ver en el set curas reales mezclándose entre los de ficción para tirar agua bendita. Por entonces, Burstyn le regaló a Blair una pulsera con una herradura para protegerse del demonio que la acompañaría en sus años más difíciles.

Pero eso no fue todo, después del estreno de la tan esperada película en diciembre de 1973 se empezaron a reportar desmayos, vómitos, infartos y por lo menor un aborto espontáneo en las salas de proyección. La película fue acusada de causar trastorno mentales en los espectadores y hasta fue usada como argumento de la defensa de un asesino que dijo que había quedado poseído después de ver el film.

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A pesar de todo esto, la película fue un boom y la gente hacía cola para ver a esa chica en trance vomitando verde y blasfemando. La imagen de Linda se convirtió inmediatamente en un sinónimo del diablo.

Justo por esta época, trascendió que la actriz había sido internada en un psiquiátrico y la solución que encontró Warner Bross, quienes fueron los responsables de la producción, fue mandarla a una gira promocional. El documental sobre su vida la muestra en el tour, afrontando las preguntas de la prensa con sólo 14 años: “Linda, se dice que el filme te afectó psicológicamente, ¿cuál es la situación?”. Ella se ríe y contesta: “Creo que la gente sintió que iba a traerme problemas, pero no es así”.

Un clásico del cine de terror es el Exorcista, estrenada en 1973. Foto Captura de pantalla

Las versiones acerca de que estaba loca o poseída no se detuvieron. Si había estado al resguardo de la prensa durante todo el rodaje, ahora era ella, en lugar de los protagonistas adultos de la película, la encargada de responder sobre Dios, la fe, la religión y satanás. “Hice mi trabajo sin preguntar quién era el diablo, fui profesional, confesaría mucho después, pero terminó la película y mi historia cambió”.

Ser concebida como la cara más tangible del demonio complicó el resto de su vida cotidiana:

“Ya no podía ir al supermercado, ni a una tienda, ni a ningún lado. La gente me veía y se moría de miedo. No podían separar la película de la persona: me miraban como si fuera el diablo”.

También empezó a ser acosada por grupos religioso y fanáticos que aseguraban que estaba poseída y la secuestrarían. Esto llevó a ser escondida en las casas de los amigos de sus padres, incluso Warner contrató guardaespaldas que la acompañaron durante los seis meses posteriores al estreno.

Eso le dejó un trauma que no superó: “Creo que es una de las principales razones por las que nunca tuve un hijo: tenía terror de que lo secuestraran”.

Drogas y el pacto con el diablo

Otro rumor muy fuerte fue que los padres de la actriz habían hecho pacto con el diablo y esto fue reforzado cuando la película recibió diez nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Actriz de Reparto para Blair. También se alzó con el Globo de Oro. Pero aunque había impresionado a la crítica y catapultado su carrera a la fama, su actuación había dejado una huella tan indeleble en la audiencia que era difícil que fuera considerada para otro rol que no fuera el de una chica en peligro. Así lo demostraron sus siguientes dos películas, la polémica Nacida Inocente (1974), en la que era abusada por sus compañeras en un centro de menores, y Sarah T. Retrato de una adolescente alcohólica (1975).

Pronto, sus papeles llegaron a la realidad, la actriz estuvo nueve meses en un centro de rehabilitación y también haciendo apariciones públicas en las que daba mensajes a los jóvenes sobre el peligro de las drogas como parte de sus tareas comunitarias. Ese mismo año se estrenó El hereje, la secuela de El Exorcista, que fue recibida con pésimas críticas. Blair había engordado y la prensa se burlaba incluso de su peso. Por entonces fue ingresada en un psiquiátrico por depresión.

Su noviazgo con el músico Rick James, conocido por sus orgías y su adicción al crack, en 1981, volvió a marginarla de las grandes producciones de Hollywood. Terminó por aceptar papeles en películas de Clase B y thrillers eróticos y hasta posó desnuda para Playboy para demostrar que había recuperado su figura.

Max von Sydow se inmortalizó como el sacerdote que muere realizando un exorcismo, en el filme ganador del Óscar, “El exorcista” de 1973. Foto EDH / Warner Bros.

De alguna manera, la batalla entre el bien y el mal dentro del cuerpo de la niña que encarnó se seguía librando en el suyo.

Mucho antes de aquel casting que cambió su vida, Blair montaba a caballo y soñaba con ser veterinaria. Sólo con el tiempo pudo volver a las fuentes: en 2004 creó la fundación sin fines de lucro Linda Blair WorldHeart Foundation, que rescata y rehabilita animales abandonados. Cambió su alimentación y, tras trece años de vegetarianismo, en 2001 se hizo vegana y escribió un libro sobre su experiencia. Hoy a sus 62 años recién cumplidos, el 22 de enero, la crema de arvejas que vomitaba en su papel de Regan MacNeil sigue siendo uno de sus platos preferidos.

“¿Usted también cree en la maldición de El Exorcista?”, le preguntaron diez años atrás, a sus 52, en una entrevista con El País en la que es descrita descarnadamente como con “cuerpo de niña con bíceps, cara estirada a lo Brazil y una intensidad en la sonrisa y en la mirada totalmente demoníaca”; ella responde: “Para mí, el diablo no es cosa de broma. Pero es la gente la que no me deja olvidar de El exorcista. La fama hizo mi vida imposible”.

La actriz desde pequeña soñaba con ser veterinaria, pero por los problemas de adicción que tuvo no lo logró. Ahora tiene una fundación dedicada a ayudar animales. Foto AFP