La pasión, muerte y resurrección de Jesucristo se ha presentado en el cine y en el teatro en múltiples ocasiones. En el caso de El Salvador, las conmovedoras escenas de los últimos momentos del Hijo de Dios en la tierra han sido representadas por diferentes compañías de teatro, sin embargo, quien se lleva las palmas es el Grupo de Teatro Hamlet, que a lo largo de sus 47 años de existencia ha montado en varias ocasiones la obra “Jesús de Nazareth”.
Esta pieza teatral narra el drama de Jesús el nazareno, un misterioso carpintero quien en la provincia romana de Judea comenzó a anunciar la llegada del Reino de Dios rodeándose de un grupo de humildes personajes, que luego se convirtieron en sus apóstoles.
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La obra es una adaptación del maestro español Manuel Tejedor basada en los últimos momentos del Mesías, la cual es resumida en 10 estampas: “Jesús de Nazareth”, “La traición de Judas”, “El Huerto de los Olivos”, “María, madre de Jesús”, “Jesús ante el Sanedrín”, “Poncio Pilato”, “La Calle de la Amargura”, “La crucifixión”, “La Piedad” y “La Resurrección”.
Según Nelson Portillo, director del grupo Hamlet, la reconocida compañía teatral salvadoreña nació en 1974 precisamente con el montaje de esta pieza teatral. En aquella ocasión fue Portillo quien encarnó al personaje principal.
Las primeras presentaciones tuvieron lugar en Teatro de Caess, que se ubicaba en el lugar que hoy ocupa el Teatro Poma y fueron dirigidas por René Alfonso Lacayo. Esta primera etapa de la presentación de “Jesús de Nazareth” duró entre 1974 y 1983, aunque en ese período la obra fue presentada con el título “El hombre de Nazareth”.
“Cuando iniciamos, mostrábamos 24 estampas. Comenzaba desde los milagros de Jesús. Últimamente abrimos con el sermón de la montaña”, expresa el actor José Antonio Ramírez, coordinador general del grupo de teatro.
Según narra Nelson Portillo, la representación de la pasión de Jesucristo gustó tanto al público, que tuvo que ser exhibida en otras ciudades de El Salvador.
La figura de Jesús recreada por el reconocido actor también fue mostrada en algunas celebraciones concernientes a la Semana Santa, especialmente durante el Domingo de ramos.
Una presentación accidentada
El afamado director de teatro hoy en día trae a la memoria algunas de las anécdotas ocurridas en aquella época, entre ellas, la vez en la que su compañía fue invitada a escenificar en el parque del Teleférico San Jacinto la entrada de Jesús a la ciudad de Jerusalén.
Según Portillo, en dicha oportunidad la persona que lo contrató exigió que “Jesús” bajara de una pequeña colina por unas laderas montado en una burra, mientras los demás actores debían interpretar al pueblo jubiloso que tocaba panderos, cantaba, bailaba y elevaba verdes palmas.
El actor recuerda que ese día él llegó a tiempo a la cima del cerro (donde estaba el parque de diversiones). Ahí se caracterizó de Jesucristo utilizando ropa talar, un manto y una barba “postiza”. Al igual que él, los demás actores estaban listos para la presentación, pero hacía falta algo importante: la burra en la que él debía ir montado. Y es que el camión que transportaría al animal desde el peaje de Ciudad Credisa hasta lo alto del cerro no pudo subir. Ante tal problema, el dueño del teleférico ordenó a varios de sus empleados que metieran al equino en una de las góndolas aéreas. Con gran esfuerzo, el cuadrúpedo fue introducido al artefacto. Montado en la cabina colgante, el animal se engrifó e hizo su viaje hasta la cima sin la compañía de nadie.
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La burra llegó sana y salva a su destino. Todo indicaba que la presentación artística iniciaría de inmediato, sin embargo, la testarudez se apoderó del animal. De manera caprichosa se echó en el suelo, sin mostrar la mínima intención de querer caminar.
“La burra no se quería levantar. Irma Elena Fuentes (actriz) le hablaba suavecito con la intención de animarla, pero nada. Le tuvieron que echar agua para que se parara. Con un poco de miedo me subí en ella y comenzamos a caminar”, recuerda don Nelson.
Todo parecía estar saliendo bien, pero cuando los actores comenzaron a tocar sus panderos y las flautas dulces y a poner los mantos frente al animal a modo de alfombra, la burra se alebrestó y salió corriendo sin control rumbo a un acantilado.
“En lugar de soltarme y saltar, más me agarré de la cuerda. Fue hasta que estábamos cerca del precipicio que me tiré. Por fortuna la burra se detuvo también (…) la barba se me cayó, el traje se me ensució y las sandalias no sé qué se me hicieron”, comenta don Nelson.
Luego de reponerse del susto y de corregir los defectos de su vestuario, el desfile continuó.
“En el parque del Teleférico la gente miraba con asombro la llegada de Jesús en medio de tanto júbilo. Pero pocos sabían lo que había pasado. Si en aquel entonces hubieran existido las redes sociales y hubieran grabado, el gracioso momento con la burra se habría hecho viral”, comenta Portillo.
Cinco actores para un personaje
Debido al recrudecimiento de la guerra civil, la presentación de la obra se detuvo en 1983.
“Ya no hicimos la pasión de Jesús. Nos dedicamos a hacer musicales, zarzuelas, operetas y comedias”, comenta José Antonio Ramírez.
Fue hasta el 2014 que se reanudó la presentación de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Ese año y el siguiente el papel de Jesucristo lo interpretó el joven Ángel Martínez. Las funciones se llevaron a cabo en Teatro de Cámara Roque Dalton, administrado por la Alcaldía de San Salvador.
En 2016 el personaje de “Jesús de Nazareth” lo retomó el actor y beisbolista Daniel Shonenberg, cuyo padre era alemán. La apariencia de este joven actor llamó mucho la atención, debido a su imponente altura, su cuerpo atlético y sus ojos azules.
Un año después, Shonenberg fue sustituido por el actor Santos Hernández y en 2019 el personaje lo retomó el actor y presentador de televisión Edward Perdomo, quien actualmente reside en México.
Cabe señalar que con Perdomo no se montó la obra, únicamente personificó a Jesús, no sobre las tablas, sino en algunas representaciones, entre ella durante la procesión del Domingo de ramos en Santa Tecla.
“A todos (los actores) hemos querido mucho. Han sido muchachos que se han dejado llevar y moldear. Y es que el personaje (Jesús) no se puede interpretar en changoneta. Hay que hacerles sentir la parte religiosa, la parte humana y espiritual”, comenta Portillo.
Con la llegada de pandemia de COVID-19, la obra “Jesús de Nazareth” no fue montada en 2020 ni en el presente año.
“Tenemos el deseo de seguir presentando la obra, pero en este momento nos estamos cuidando”, dijo Portillo, quien espera montar la pieza teatral el próximo año.