La 70° edición del Miss Universo estuvo cargada de elegancia, show, entusiasmo y muchos sentimientos encontrados. Definitivamente, desde el inicio del show las delegadas de Sudáfrica, India y Paraguay se perfilaron como las favoritas.
Pero finalmente, fue la representante de India, Harnaaz Kaur Sandhu, quién se coronó como la nueva soberana de la belleza universal. La mexicana Andrea Meza, la Miss Universo con el reinado más corto, fue la encargada de coronarla. Miss Paraguay, Nadia Ferreira, se ubicó como la primera finalista.
El evento se llevó a cabo el 13 de diciembre (domingo 12 en El Salvador) en el Universe Arena en el Puerto de Eilat, Israel, donde 80 candidatas de todas partes del mundo dieron los mejor de sí para llegar a la final. Y de principio a fin, las latinoamericanas figuraron.
Pero es justo destacar que la representante de El Salvador, Alejandra Gavidia, desempeñó un gran papel durante la concentración del certamen aunque no logró clasificar entre las 16 semifinalistas. La profesional supo cautivar con su entusiasmo, su belleza y su inteligencia a millones de fanáticos en las redes sociales.
Y es que la compatriota cumplió la promesa que hizo antes de viajar al concurso: “Les doy mi palabra que seré la mejor reina que El Salvador y todos ustedes se merecen”. Ese mensaje estuvo presente en cada una de sus apariciones, ya que siempre llevó con ella la cultura, las tradiciones y la historia del pulgarcito de Centroamérica.
Hay que enfatizar que la mayoría de su vestuario fue diseñado por manos salvadoreñas, algunos de los cuales fueron inspirados en tradiciones representativas del país, como los farolitos de Ahuachapán, el añil y el café.
“No solo es un diseño muy innovador, sino que nos permite reutilizar materiales, como el plástico, para darle un toque chic y completamente único a nuestro look”, dijo Gavidia sobre la ropa que utilizó durante el certamen.
Asimismo, en el evento preliminar Alejandra traspasó fronteras e impactó al mundo al hacer uso del lenguaje de señas y presentarse con un traje nacional con el que rindió honor a las víctimas de feminicidios y los desaparecidos.
Eso provocó que muchos salvadoreños se sintieran orgulloso de ella y aplaudieran su esfuerzo por representar muy bien al país.
“Jamás había presenciado el espíritu, actitud, habla y carisma de una reina como tú, y ni hablar de tú traje con el que llevaste el nombre e historia de El Salvador ante el mundo... Felicidades Alejandra”, escribió un usuario en su publicación.
Y es que el objetivo de la salvadoreña fue demostrar su capacidad de llevar el nombre del país ante el mundo, usando Miss Universo como plataforma para denunciar aquellos temas que afectan a la sociedad y exponer la situación que se vive en el territorio cuscatleco.
“Gracias a ustedes que creyeron en mí y también gracias a ustedes que dudaron y me dieron la oportunidad de trabajar aún más duro para ser mejor”, detalló la miss, de 25 años, en su Instagram.
La reina de belleza es activista, defensora de los derechos de la comunidad LGBTI y en 2020 recibió el reconocimiento de “Joven Influyente de la República” por parte de la Asamblea Legislativa.
En palabras de algunos expertos en concursos, Alejandra ha sido una de las candidatas más preparadas que el país han mandado al certamen universal. Su excelente oratoria, proyección escénica y hablar inglés, portugués y francés le permitió tener una mayor conexión con las demás participantes. Incluso, logró que la mayoría de las delegadas autografiaran uno de los vestidos que utilizó en la concentración.
“Hasta el día de hoy no hay nada que haya querido hacer diferente. Lo di todo, lo dije todo, lo disfruté y viví todo lo que pude”, plasmó Gavidia en sus redes.
