Ser una verdadera reina de belleza no solo implica tener una cara bonita, un cuerpo espectacular, una sonrisa perfecta o una oratoria impresionante. La verdadera esencia radica en su corazón; es ahí donde se anidan los buenos sentimientos y donde nace el ferviente deseo de servir a los demás. Es esa empatía con el más necesitado la que hace a una verdadera soberana. Vanessa Velásquez, la recién electa Miss Universo El Salvador, es un ejemplo claro de ello.
La modelo de 24 años, una vez más ha sacado a relucir su espíritu de solidaridad. En esta ocasión sus buenos deseos tienen como objetivo los hermanos hondureños y nicaragüenses que han sido afectados por el paso del huracán Iota.
A través de un video publicado en sus Instagram stories, Vanessa transmitió un emotivo mensaje donde expresa su apoyo a los perjudicados por ese fenómeno natural.
“Deseo enviarles un mensaje de solidaridad y aliento a nuestros hermanos nicaragüenses y hondureños que se encuentran sufriendo las consecuencias del paso de huracán Iota sobre sus territorios. Los salvadoreños nos encontramos en oración por ustedes. Recordemos que no hay progreso sino avanzamos juntos; lo que les pase a ustedes nos pasa a nosotros. Los queremos y los apoyamos”, expresó Velásquez en el clip, el cual fue replicado en la cuenta oficial de Instagram del Reinado de El Salvador.
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Cabe destacar que Vanessa es la creadora de un programa social que brinda apoyo a personas que se encuentran en situaciones vulnerables o de riesgo. Dicha iniciativa lleva por nombre “Angel Hands” y se echó a andar en mayo de este año, en plena pandemia y durante el azote de la tormenta tropical Amanda.
Una de las acciones altruistas más recientes realizada por la Miss Universe El Salvador 2020 consistió en brindar ayuda (comida y ropa) a los que se resultaron afectados por el deslave en Nejapa.
La reconocida infuencer y amante de la moda está consciente de que los logros alcanzados con su organización humanitaria no solo se deben a su empeño, sino también al esfuerzo realizado por un grupo de voluntarios que, al igual que ella, tratan de ayudar a quienes más lo necesitan.
Con esta acciones, Velasquéz pone en práctica la frase que sus padres le han expresado desde su niñez: “el que no vive para servir, no sirve para vivir”.