Kelly Osbourne, hija del cantante Ozzy, finalmente ha logrado ganarse un nombre con identidad propia en la farándula internacional.
Y luego de una dramática transformación física, en donde perdió más de 80 libras, la atención mediática no la deja escapar de su lente.
Ella no tiene problema con hablar abiertamente de qué fue lo que hizo para conseguirlo.
Atrás quedaron las adicciones que por años causaron estragos no solo en la salud física sino también en su estabilidad emocional. Y con ello vino un verdadero cambio.
Recientemente Kelly volvió a sorprender con un nuevo cambio físico. Esta vez tiene que ver con su cabello.
La británica de 36 años, dejó anonadados a sus más de 2 millones de followers tras mostrar su nuevo look. Ella se dejó ver en sus redes sociales con una larga cabellera color púrpura, su favorito.
Tal parece que con este cambio, Kelly está marcando una nueva etapa de su vida. Sobre todo por su reciente recaída.
“Es un poco difícil para mí hablar de esto, pero siempre les he prometido que seré honesta con ustedes acerca de dónde estoy y qué está pasando en mi camino hacia la recuperación”, dijo. “Recaí, no estoy orgullosa de ello, pero estoy de nuevo en el camino y haré un podcast esta semana en el que les contaré a todos lo que está pasando y lo que pasó”, confesó a través de un video.
Kelly inició su camino de sobriedad en 2017. Luego ella confeso que enfrentó una larga lucha con los cócteles de anfetaminas, tranquilizantes y marihuana. E incluso se atrevió a confesar que estuvo a punto de quitarse la vida.
“Me operaron. No me importa lo que alguien tenga que decir. Lo hice y estoy orgullosa de ello. Me hice la manga gástrica”, dijo durante una entrevista para el programa Hollywood Raw con Dax Holt y Adam Glyn.
Asimismo agregó: “Todo lo que hace es cambiar la forma del estómago. Lo hice hace dos años. Nunca, jamás, jamás, jamás, jamás, jamás mentiré al respecto. Es lo mejor que he hecho en mi vida“, puntualizó.