La actriz y productora estadounidense Jada Pinkett Smith ha vuelto a soltar otra bomba en torno a su vida personal. Su programa "Red Table Talk" (La charla de la mesa roja) ha sido el espacio donde nuevamente esta famosa ha hecho revelaciones muy controversiales, sin importar nada; y parece que esta apertura a su intimidad ha dado resultado para ganar más adeptos y generar más éxito a su producción.
En esta oportunidad, la esposa del actor Will Smith abordó el problema de sus adicciones en esta polémica mesa, que comparte junto a su madre, Adrienne Banfield-Joes, y su hija Willow Smith, de 20 años. Tres generaciones reunidas teniendo un diálogo intergeneracional ha sido una fórmula exitosa y ayer (07.07.2021), drogas, alochol y sexo fueron las grandes temáticas abordadas.
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Pinkett Smith afirmó que sus adicciones durante su etapa de estudiante y en los primeros años que trabajaba en Hollywood fueron grandes y prolongadas, tanto así que ahora ella se considera "un milagro andante", aunque muchos no lo crean.
"Para mí, beber vino tinto era como beberme un vaso de agua. Me acostumbré a lo fuerte. Bebí mucho alcohol en el instituto, y cuando salí de él, pasé a mezclarlo todo. Así que éxtasis, alcohol, marihuana... Déjame decirte que me lo estaba pasando bastante bien", expresó la también guionista y directora ante la mirada de su madre e hija.
Pero el historial de adicciones en su familia tiene una data bastante vieja, pues su madre "también pasó por una época de adicciones, cuando consumía heroína", según apuntó el portal online de El País. Y a ello se suma que el padre de Pinkett Smith falleció a causa de una sobredosis en 2010. Estos círculos se repitieron en la temprana vida de la estrella de TV y cine y poco a poco han ido rompiéndose hasta sanar, pero no fue sencillo.
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Además de las drogas y el alcohol, esta actriz de 49 años confesó haber sido adicta a la pornografía. "No estaba haciendo nada que pensara que fuera adictivo. Pero mezclaba esas tres cosas juntas, ese era mi cóctel. Tu umbral se vuelve tan alto que lo que tienes que tomar para llegar hasta donde quieres llegar... a mí me costaba dos botellas. Y era como: ‘ok, si tomo éxtasis, marihuana y alcohol a la vez, voy a lograr llegar antes y a mantenerme colocada", continuó relatando Pinkett Smith.
Ante la mirada atenta de sus familiares, la actriz prosiguió explicando otras situaciones de su vida en su etapa como adicta, como definirse "bebedora de atracones", pues no lo hacía durante la semana, pero el fin de semana era un "no parar", sus salvajes fiestas duraban desde el jueves por la noche hasta el lunes por la mañana, y podía tomarse una botella ella sola en una hora.
Las cosas cambiaron radicalmente un día que llegó descolocada al set de grabación de la película "El profesor chiflado". La artista explicó que se desmayó tras haber tomado su tercera botella de vino e ingerir una "mala tanda" de éxtasis; decidió decir a todo el staff que quizá había sido un medicamento caducado, se plantó firme y se dijo: "esta es la última vez".
"Si miro hacia atrás en mi vida, soy un milagro andante, no hay duda, aunque la gente no se lo crea", aseveró la actriz.