Galán de la pantalla, controvertido cineasta y fiel derechista: así es Clint Eastwood a sus 90 años

El director de cine, actor y músico nació un día como hoy en 1930. Con la galantería de su pasado conquistó al Hollywood del cine wéstern, pero con su incisiva mirada y su calidad creativa, este multifacético hombre conquistó al mundo cinematográfico.

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El actor y director de cine nació en San Francisco, California, el 31 de mayo de 1930. / Foto Por EDH-AFP

Por Sara Castro / Agencias

2020-05-31 5:30:14

Para Clint Eastwood aún no es tiempo de colgar sus botas de vaquero, no. A pesar de que el actor, productor , músico y cineasta estadounidense (San Francisco, 1930) cumple hoy nueve décadas de vida, sus proyectos para la pantalla grande solo los ha parado debido a la actual pandemia.

En una entrevista concedida a la televisión británica ITV, a inicios del año, Eastwood declaró que todavía disfrutaba mucho su oficio: “Me gusta hacerlo, es bueno poder tener un trabajo remunerado. Me gusta estar en películas, me gusta hacerlas y empecé a dirigir porque un día pensé que podía mirar la pantalla y decir: ‘ya basta, Eastwood, es mejor que hagas otras cosas’”.

Y esa pasión se ha visto reflejada en la última década, tiempo en el que dirigió —o participó como actor— una película casi cada año: “Invictus” (2009), “Más allá de la vida” (2010), “J. Edgar” (2011), “Curvas de la vida” (2012), “Jersey Boys: persiguiendo la música” (2014), “Francotirador” (2015), “Sully: hazaña en el Hudson” (2016), “15:17 tren a París” (2018), “La mula” (2018) y “Richard Jewell” (2019).

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Toda una declaración de que su creatividad o perspectivas de vida todavía tienen mucho qué ofrecer al mundo cinematográfico, ese al que ya le ha entregado 70 años de su vida y más de 50 películas.

Pero en la historia que ha escrito esta leyenda del cine estadounidense no puede olvidarse su inicio, que tiene un gran componente de azar y de anonimato, ya que en muchas cintas donde participó ni siquiera apareció en los créditos.

La biografía de Eastwood señala que sus primeros acercamientos con el séptimo arte se gestaron cuando un asistente de director conoció a Clint y lo presentó a quien encabezaba el rodaje de las serie “Rawhide”. El encuentro no fructificó.

 

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Fue hasta que otro asistente vio su galantería que lo presentó al director de fotografía Irving Glassberg, y este al cineasta Arthur Lubin. El gran atractivo y su porte de 1.93 metros llamaron la atención de estos realizadores, sin embargo no fueron suficientes cualidades para estar delante de cámaras, sobre todo porque Eastwood no ocultó sus pocas habilidades interpretativas.

El primer papel de Clint Eastwood fue una breve actuación como asistente de laboratorio en las películas de 1955 “Revenge of the Creature” y “Tarantula”. El primer éxito de masas llegó casi 10 años después, con “Por un puñado de dólares ” (1964), para ese momento la máquina de generar estrellas del celuloide estaba bien engrasada.

Su carrera despegaría como el “hombre sin nombre” de la llamada “Trilogía del dólar”, pero a cambio se construyó un mito en torno a su figura que encajaba a la perfección con los ideales del sueño americano.

 

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Clint Eastwood as Blondie in the third dollar trilogy movie “THE GOOD THE BAD AND THE UGLY” 1966, directed by Sergio Leone. #clinteastwood #sergioleone #thegoodthebadandtheugly

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El relato arrancaría desde el principio: un bebé que pesó más de seis kilos al nacer en San Francisco, hijo de obreros, que encadenó trabajos para salir adelante y se libró de ir a la guerra de Corea como instructor de natación, después de sobrevivir a un accidente.

Con esos antecedentes y su incursión en algo tan estadounidense como el wéstern, aunque fuera en su versión “espagueti” —italiana—, la leyenda de Eastwood como prototipo de masculinidad ruda marcharía sobre ruedas.

Tras conocer el éxito, Eastwood entendió mejor que nadie la dinámica de la industria cultural y se anticipó al futuro creando su propia productora The Malpaso Company, con la que daría rienda suelta a su interés por la dirección.

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El primer filme de la compañía de Eastwood fue “Hang ‘Em High” (1968), el cual costeó con los beneficios de las cintas anteriores y que provocó el aclamo de la crítica.

En 1971, Eastwood debutó como director con el thriller “Obsesión mortal”, que anticipaba su interés por los sentimientos y la psicología.
A partir de los años 80 se centró en su faceta de director, y su interés por proyectos pequeños y temáticas minoritarias lo apartaron del foco mediático.

Consiguió romper la etiqueta de “cine para machos” con “Bird” (1988), la biografía sobre Charlie Parker que ganó el Globo de Oro a la Mejor dirección, y “Los puentes de Madison” (1995), que descubrió su faceta de romántico junto a Meryl Streep.

Política, polémica y cine
Ya la desmitificación de estereotipos hollywoodenses en la carrera de Eastwood había comenzado. Pero pronto llegaría la controversia al reflejar su postura política conservadora en muchas de sus películas.

Fue acusado de belicista por la cinta “Francotirador” y su mirada sobre el racismo en “Gran Torino” fue fuertemente criticada; por su famoso personaje de rasgos fascistas en “Harry, el sucio” recibió duros señalamientos y el debate se enraizó con su última cinta (“Richard Jewell”), al haber mostrado a una periodista que intercambiaba secretos del FBI por sexo.

Eastwood se ha declarado abiertamente seguidor del Partido Republicano estadounidense y mostró su apoyo a los presidentes Nixon, Reagan, a los Bush (padre e hijo), y a los políticos Ross Perot, John McCain y Mitt Romney, aunque su aval más polémico fue el que dio Donald Trump en 2016. Paradójicamente, Eastwood estuvo contra la guerra de Vietnam, el Watergate y apoyó la legalización del aborto en su país.

Poco a poco, el cineasta fue alejándose del discurso de Trump al criticar sus maneras de gobernar hasta el punto de apoyar recientemente al demócrata Mike Bloomberg.

Cuando ha tenido oportunidad, Eastwood siempre se ha definido como moderado: liberal en algunos asuntos (derechos civiles, matrimonio homosexual y movimiento #MeToo) y conservador en lo referido a la gestión y el gasto.

Lo que sí es seguro es que Clint Eastwood, el último vaquero de Hollywood, es un verso libre con su propio relato, en política y en cine.

 

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