A la derecha, Roberto Salamanca junto a Ana Reverte, la española que ganó la OTI 1993. A la izquierda, el cantautor en un un concierto en Los Ángeles, en el Celebrity Center, en 2015. Fotos EDH / Cortesía del artista
Salamanca vivía uno de sus mejores momentos, cuando recibió la propuesta de viajar a Valencia, España, para cantar en el XXII Gran Pemio de la Canción Iberoamericana o Festival de la OTI (Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica, con sede en la Ciudad de México).
“El 92 consolidó mi Carrera. Ese año escribí el himno de la Teletón, el cual canté en la inauguración y estaba promocionando mi segundo disco “Más allá de la noche”. Fui a Miami a preparar personalmente el ‘stamper’ para mi disco de vinil de “Alguien especial”. Aparte tenía de 2 a 3 presentaciones semanales por todo el país y en Honduras. Al iniciar el 93, mi mayor proyecto era lograr montar mi estudio de grabación. Gracias a Dios lo logré, fue un sueño hecho realidad ”, detalló.
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Con todo ese entusiasmo y buena vibra, el compositor aceptó el reto y se presentó en el Teatro Principal de Valencia el 9 de octubre de 1993, con su canción “Ella”, una balada que sólo cantó en esa ocasión.
“Es una canción que tiene mucho significado para mí”, confesó, “… se la escribí a mi esposa, que en esa época era mi novia. Yo estaba lejos y eso fue algo que me afectó”, subrayó. A la fecha, este tema no figura en ninguna de sus producciones discográficas.
Para realizar los arreglos de la orquesta, contó con la ayuda del maestro Héctor Rodas, quien fue director de Espíritu Libre y fundador del Súper Combo 12.
Salamanca perdió la batalla ante la representante española, Ana Reverte, una cantante consolidada que en ese momento promocionaba su nuevo disco por toda España. “Nos hicimos muy amigos, ella era muy talentosa y sencilla”, rememoró el compatriota.
¿Te sentiste intimidado?
“No en un principio”, afirmó. El día de la gala final, el salvadoreño llegó dispuesto a todo al teatro español, pero antes de salir a escena, el floor manager lo detuvo y en segundos lo desarmó por completo.
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“Me dijo con acento españolete: ‘Espero que no estés nervioso, ya que vas a cantarle a 30 millones de personas vía satélite en este momento’. Guau, nunca lo había pensado. Empecé a temblar de nervios”, manifestó el cantautor.
“En ese momento entendí la magnitud del evento en el que estaba participando y durante el primer minuto de mi participación me sentía horrible. Había perdido la seguridad. No me había preparado mentalmente en ese contexto. Ahí es cuando hace falta un coach como las otras delegaciones llevaban. Comitivas completas para darle asistencia y apoyo al artista. A la mitad de la canción ya había logrado controlarme. Pero me sirvió de experiencia y una grande”, concluyó el salvadoreño, después de lamentar el confinamiento en el que nos ha recluido la emergencia actual, restringiendo el contacto humano que tanta falta hace.
A la derecha, el cantautor Rafael Alfaro en la OTI 1997, a la izquierda en una foto actual. Fotos EDH / Youtube y cortesía del artista
Rafael Alfaro, cantautor y líder del grupo OVNI, representó a El Salvador en la XXVI edición de la OTI, celebrada el 24 y 25 de octubre de 1997, en la Plaza Mayor de Lima, Perú, con el tema de su autoría “Cantándole a la vida”.
“Es una canción que hice cuando tenía unos 14 años, así era como yo concebía la música en español, no la veía en un género rock, si no como algo de protesta, revolucionario, con mensaje y con un ritmo poderoso, serio, pero con tendencia latina más no guapachoso”, explica el también productor.
Aunque él nunca ambicionó ser parte de la OTI, afirma que esta fue una experiencia gratificante.
“Fue muy excitante ser recibido como un artista de renombre (aunque no lo fuera), ya que todos los participantes eran tratados como una celebridad, nunca lo había experimentado”, recordó.
Codearse con gente más experimentada y con más recursos fue intimidante, pero heredó al salvadoreño una gran experiencia.
“… llevaban todo un equipo: director de orquesta, manager y hasta músicos, algunos de ellos. Yo sólo iba con un amigo, a quien tuve que invitar yo, que me ayudó un poco desde el punto de vista de un manager. Yo tuve que indicarle al director de la orquesta como quería que sonara la canción y dar algunas indicaciones a la orquesta misma. Fuera de eso fue una experiencia inolvidable y fabulosa, llena de aprendizaje y respeto por toda la gente que participó. No fue algo que cambiara mi vida, pero si me dio una perspectiva de cómo funcionan estas cosas, y a veces no es suficiente tener el talento ni los recursos si no tener ‘contactos’”, concluyó.
El ingeniero y cantante Eduardo Fuentes fue uno de los primeros compatriotas en participar en la OTI, incluso antes de que el certamen fuera bautizado como Festival de la OTI, en 1969 -sustituyendo a César Donald, quien había migrado a EE. UU.-, cuando era el Festival de la Canción Latina.
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El amante y promotor de la ópera tuvo la oportunidad de representar al país en dos ocasiones: en 1975 y en 1981. Pero además, fungió como jurado de la OTI en dos ediciones, en México y Argentina.
“Mi carrera artística internacional comenzó después del Festival de la Canción Latina, me contrataron Los Violines de Miami por dos meses, que se convirtieron en dos años”, recordó.
El cantante y actor participó dos veces en la OTI y fungió un par de veces como jurado también. A la derecha, en la revista TV Guía, a la izquierda una foto actual. Fotos EDH / Cortesía del artista
Pero sus andanzas por el mundo del espectáculo internacional comenzaron en 1958, cuando fue seleccionado para conformar el elenco de las presentaciones de la actriz y cantante española Sarita Montiel. En el país, se inició en el canal 6 de televisión, como parte de un programa de aficionados y también en el recordado Café de Don Pedro.
Fue alumno de la soprano salvadoreña Rosita Rodríguez y el barítono Mario Farrar, que hizo carrera en los Estados Unidos.
Ahora, al ver para atrás, expresa que fue un orgullo haber interpretado las melodías de los compositores salvadoreños. En 1975, cantó en Puerto Rico “Trataré de olvidarte” de Rafael Campos, y en 1981, en México, “El latinoamericano” de Héctor Rodas.
“Ahora que atravesamos una difícil situación que nos ha cerrado las puertas de nuestra casa, debemos recordar quiénes somos, que hemos hecho por nuestra familia; que hemos sacrificado para levantar a nuestro país y llevarlo ante el mundo con orgullo”, reflexiona el también actor.
Para él, este confinamiento ha sido muy provechoso.
“Esta cuarentena ha sido para mí maravillosa, pues estoy disfrutando de todo lo que creí que ya no existía en mi mente”.
La última salvadoreña en representar al país en la OTI fue Marinellá Arrué, quien interpretó el tema “Soñador” de Roberto Godoy, en la XXVIII edición del festival, realizada el 19 y 20 de mayo, en el Centro de Convenciones de Acapulco, México. Ese año, ganó Estados Unidos, gracias a la interpretación de las Hermanas Chirino.