El reconocido estilista René Valdivieso reinventa su negocio ante la pandemia y recibe donativos para los afectados

La pandemia por el coronavirus ha sido para este experto en belleza una lección de vida que lo llevó a aprovechar nuevas opciones de negocios, a conocer su alcance en redes y a confirmar su vocación solidaria.

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El estilista chalateco es muy seguido en Instagram. Foto EDH / Cortesía del estilista

Por Mireya Amaya

2020-05-19 6:55:17

El ruido de los secadores, de las tijeras cortando cabello, el agua corriendo en los lavacabezas y el bullicio de las clientas dejaron de escucharse en el salón de René Valdivieso desde el pasado 19 de marzo. A raíz de la cuarentena y las medidas de distanciamiento social, el negocio especializado en cabello, uñas y cejas del joven empresario, originario de Chalatenango, tuvo que cerrar sus puertas.

La primera semana fue bonita porque pudo arreglar cosas en la casa. Incluso, dado que es muy previsor pudo pagar la primera y segunda quincena de sus 18 empleados; pero con el paso del tiempo y la nula demanda de servicios el dinero comenzó a escasear.

“Yo soy bien creyente de Dios, y le dije: Señor, dame la posibilidad de inventarme algo, porque tengo dinero para pagarle a las niñas (empleadas), pero no tengo para mí. ¿Y entonces cómo hago para vivir?”, relata el estilista.

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La respuesta llegó con una amiga que lo llamó para preguntar si le había quedado una mascarilla para el cabello. “¡Aquí está, dije yo! Entonces empecé a vender online y a domicilio productos para el cabello de una marca de la que soy embajador en el país. Eso me ayudó para pagar agua, luz, teléfono y la renta de la casa”, dice Valdivieso.

Luego las clientas le solicitaron ayuda para el retoque de tinte, allí René vio otra oportunidad de negocios. “Entonces dije bueno, vamos a entrar con esto también, y ya metí tinte, keratina, tratamientos, etc.”,  explica y agrega que además del producto les enviaba un tutorial para explicar paso a paso la aplicación, o bien les daba indicaciones con una nota de voz.

El estilista descubrió cómo sostener su negocio gracias a su fiel clientela. Ahora vende productos a domicilio. Fotos EDH / Cortesía del estilista

Esas nuevas vetas en su negocio han hecho reflexionar a René. “Yo decía que el producto era muy caro y por eso no se vendía, pero me di cuenta de que no. Lo que pasa es que a veces estamos entretenidos en cosas secundarias, que dejamos de lado que tenemos capacidad de vender, de crecer, y no encontramos la oportunidad única. Pero cuando hay crisis, esta hace que uno se reinvente y vea lo insignificante como algo muy valioso”, puntualiza.

Y eso fue lo que pasó con la venta de producto, Valdivieso confiesa que lo veía como algo secundario, pero que ya se quedó como algo fijo en el salón.

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Dominio de Instagram y altruismo
Una de las sorpresas que esta cuarentena le trajo a René Valdivieso fue su éxito en Instagram. Y es que si bien su presencia siempre ha sido activa en redes sociales gracias a las dinámicas que realiza entre sus seguidoras, ahora pudo comprobar su verdadero alcance.

“Las niñas son muy lindas conmigo, siempre participan, pero empezamos a hacer unos “en vivo” (con el maquillista Alejandro Mijango), y la gente se empezó a conectar de una forma increíble.Y yo soy bien real, y como dice Cardi B, ‘yo soy bien yo’, niña, y a la gente le gustaba eso”, enfatiza.

 

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Fue tal el triunfo del estilista, que sus “live” llegaron a superar las 8,000 personas. “Eso fue muy bonito. Yo me sentía orgulloso, el corazón no me cabía, y ni hallaba qué decir a veces. Cada vez que terminaban los ‘live’, yo llamaba a Alejandro Mijango y le decía: ¿te fijaste? Qué feliz me siento al saber que nosotros podemos llegar a mucha gente”, recuerda emocionado.

Fue precisamente en ese espacio de la red, donde un día René Valdivieso sugirió que se podía hacer algo para ayudar a las personas que están luchando contra la pandemia. Y el llamado no se hizo esperar.

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“Yo procuro hacer obra benéfica con gente que lo necesita, pero no lo doy a conocer porque no es necesario. Sin embargo, la gente tuvo que darse cuenta porque yo contaba que iba a salir a la calle a entregar los donativos, y así para que no nos fueran a detener, ¡que no nos fueran a enchuchar y llevarnos presas, niña!”, relata muy animado.

Así recibió donativos como leche, pan y huevos de algunas firmas comerciales, pero también los hermanos lejanos hacían compras en línea en el supermercado que enviaban a casa de René. “Yo tenía que demostrar que se había ocupado el producto, porque siempre habían sido donativos míos pero ahora había más involucrados”, expresa y aclara que solo recibió alimentos, pero se negó a que le enviaran dinero.

El estilista ha recibido donaciones para distribuirlas entre la gente que más lo necesita en esta emergencia. Foto EDH / Cortesía del estilista

Sin duda fue un gran trabajo, pero mucha más la satisfacción de ayudar. “Gracias a Dios salimos adelante y pudimos llevar comida al personal del hospital Bloom, al hospital Rosales, así como a policías y soldados. Entregábamos comida los días martes y viernes. Las primeras veces me ayudaron a repartir mis amigos Alejandro Mijango y Carlos Ayala”.

Dos experiencias impactaron aún más el corazón de René. La primera fue visitar el Hospital Divina Providencia, y enterarse de que este se sostiene con donativos. Allí pudo llevar un poco de ayuda.

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La otra ocurrió en los últimos días en que repartió comida. “Fuimos a dejar comida a unos militares y uno de ellos se puso a llorar, nos dijo que tenía casi un día completo de no haber comido. Eso me rompió el corazón… Me dio pesar ver a un hombre llorar”, reflexiona.

Para René Valdivieso, la cuarentena ha sido mala, por supuesto, “pero también me ha hecho ver la vida de muchas maneras y me ha enseñado a valorar lo que tengo”, finaliza.