El reconocido estilista René Valdivieso reinventa su negocio ante la pandemia y recibe donativos para los afectados
La pandemia por el coronavirus ha sido para este experto en belleza una lección de vida que lo llevó a aprovechar nuevas opciones de negocios, a conocer su alcance en redes y a confirmar su vocación solidaria.
El ruido de los secadores, de las tijeras cortando cabello, el agua corriendo en los lavacabezas y el bullicio de las clientas dejaron de escucharse en el salón de René Valdivieso desde el pasado 19 de marzo. A raíz de la cuarentena y las medidas de distanciamiento social, el negocio especializado en cabello, uñas y cejas del joven empresario, originario de Chalatenango, tuvo que cerrar sus puertas.
La primera semana fue bonita porque pudo arreglar cosas en la casa. Incluso, dado que es muy previsor pudo pagar la primera y segunda quincena de sus 18 empleados; pero con el paso del tiempo y la nula demanda de servicios el dinero comenzó a escasear.
“Yo soy bien creyente de Dios, y le dije: Señor, dame la posibilidad de inventarme algo, porque tengo dinero para pagarle a las niñas (empleadas), pero no tengo para mí. ¿Y entonces cómo hago para vivir?”, relata el estilista.
La respuesta llegó con una amiga que lo llamó para preguntar si le había quedado una mascarilla para el cabello. “¡Aquí está, dije yo! Entonces empecé a vender online y a domicilio productos para el cabello de una marca de la que soy embajador en el país. Eso me ayudó para pagar agua, luz, teléfono y la renta de la casa”, dice Valdivieso.
Luego las clientas le solicitaron ayuda para el retoque de tinte, allí René vio otra oportunidad de negocios. “Entonces dije bueno, vamos a entrar con esto también, y ya metí tinte, keratina, tratamientos, etc.”, explica y agrega que además del producto les enviaba un tutorial para explicar paso a paso la aplicación, o bien les daba indicaciones con una nota de voz.