La historia del cantante Max Martínez es parecida a la de muchos salvadoreños que emigran del país para buscar nuevas oportunidades. Dejar todo atrás y empezar de cero no es nada fácil, pero lo que terminó de impulsar al exintegrante de Bongo e intérprete de “El baile del sapito” fue la situación que acarrearon los terremotos ocurridos en el 2001.
Martínez tenía en El Salvador una sólida carrera musical, Bongo, Marito Rivera y su Grupo Bravo y La Orquesta Internacional de los Hermanos Flores fueron su hogar, pero después de estos desastres naturales las cosas cambiaron tanto para él como para millones de compatriotas.
En una exhaustiva búsqueda por el origen del éxito musical de “El baile del sapito”, surgió un encuentro digital con este cantante, quien después de muchos años cuenta su historia para elsalvador.com.
“Irme fue la decisión más pensada, coincidió con los terremotos del 2001, nos quedamos sin trabajo, aunque yo ya lo venía pensando porque el ambiente musical en El Salvador comenzó a cambiar mucho, el apoyo de las radios costaba más, la economía iba cambiando bastante, fue en la época que se comenzó a escuchar sobre la dolarización. Sentía uno que venía el cambio y recién me había divorciado también”, comentó el cantante, quien actualmente vive en San Francisco (EE. UU.).
Comenzó a trabajar con su hermano pintando casas, pero cambiar totalmente el micrófono por una brocha no fue una opción, él encontró la manera de mantener un vínculo con la música, el arte que es su vida.
Al llegar a tierra estadounidense, hace 20 años, por cuestiones del destino o “más bien de Dios” según dijo, se encontró con otro colega salvadoreño, José Tobar, quien tocaba con su grupo en el Night Club El Tapatío. Durante seis años, Martínez formó parte de este conjunto.
“Después de El Tapatío entré a la agrupación donde gracias a Dios ahora estoy, Fuego Latino. Por la pandemia ya llevamos un año de no tocar. La última década he estado con ellos, somos cuatro salvadoreños, un dominicano y un guatemalteco”, comentó.
Cada viernes, a las 9:00 p.m. hora El Salvador, Martínez alegra el corazón de su público con su voz y éxitos a través de su página en Facebook “Max y Karla Martínez”, que pronto convertirá en Fanpage para poder estar en contacto directo cada vez con más personas.
“El baile del sapito”
A finales de la década de los 80 e inicios de los 90 una canción tomó por sorpresa a todo el país, era “El baile del sapito”, un tema interpretado por Max Martínez cuyos frutos no pudo disfrutar.
La idea de grabar este tema surgió con Jhosse Lora, quien en entrevista comentó que era un cover del Grupo la Sombra de Chicago cuya adaptación salvadoreña opacó a la original.
“En ese tiempo hablé con mi hermano Luis Felipe, que en paz descanse, para ver si Bongo podía interpretarla (…) se logró hacer la canción, rápido la adaptaron, luego la coreografía, se presentó el video en los canales de televisión y fue un boom”, comentó Lora.
Y agregó que al grabar dicha producción “Max en ese tiempo estaba en Bongo, pero como 15 días después renunció porque le salió otra oferta en otra agrupación, entonces no pudo disfrutar del éxito que tuvo la canción”.
Lo mismo opina Martínez, aunque está seguro que las cosas pasan por algo.
Le hizo pensar “si había tomado la decisión correcta o no, porque decía ‘pude haber disfrutado ese éxito’ cuando veía los concursos, al grupo que andaba en todos lados, las televisoras, el video que causó sensación total. Entonces dije yo ‘bueno, ahí pude estar pero no quise’. La verdad, soy honesto, jamás nos imaginamos, yo creo que nadie, que eso fuera un éxito total”, manifestó.
“Honestamente, para todos nosotros, en nuestra juventud, lo que comenzaba a sonar era la salsa, el merengue, ya estaban bien metidas las baladas, cumbia era el género de nosotros (Bongo), entonces se nos hizo algo como quien dice ‘¿y esto qué es?’ (…) a mi parecer era una canción más para Lora”, agregó.
Y recordó: “Nos dieron el machote, Jhosse comenzó a decir cómo iba a ser grabado en un casete, ya llevaban como una pista, me dieron la letra y Jhosse me dijo esto va así, así y así. Y pues comenzamos a ensayarla”.
Martínez llegó a Bongo en 1988, pero tras grabar dos discos y “El baile del sapito”, a los 18 años se le presentó la oportunidad de cantar con Marito Rivera y su Grupo Bravo, detalle que lo alejó de gozar el hit que había grabado con su voz.
“Yo grabé ‘El sapito’ a finales del 89 o inicios del 90. Esta canción tiene una historia particular conmigo, porque solo la grabé, y después de grabarla me salí de Bongo (…) no salgo en el video tampoco, solo quedó mi voz”.
Sostuvo que antes de lanzarla oficialmente la tocaron en vivo muchas veces, hasta ya utilizaban el vestuario del video musical.
¿Qué le quedó a usted de esta canción? “Pues satisfacción, no la disfruté, no la seguí interpretando, más que solo escucharla, eso, y hasta el día de hoy algunas personas reconocen mi voz y otras no. Pero la mayoría me dice que por lo menos la dejé grabada”.
Evolución
Martínez cantó con Bongo, con Marito Rivera y su Grupo Bravo y La Orquesta Internacional de los Hermanos Flores.
Para ese entonces Martínez quería tomar otro rumbo por su “juventud y mis pensamientos, ya ve que uno es más impulsivo y pues ya tenía algunas diferencias con el que era en ese entonces el director del grupo (…) Fue parte de mi juventud el deseo de seguir adelante, la incomodidad que yo ya sentía y también la propuesta de Marito Rivera”.
Con Marito Rivera y su Grupo Bravo hizo su primer grabación como segundo coro del tema “Aventurero”, pronto llegó “Tropezamos” y otros singles, pero luego de 11 meses quizá “yo estaba en la edad cuando mis decisiones las tomaba así por mi personalidad, como decir démooole… a ver qué sale (risas)”. Max dejó el conjunto.
“Yo siempre digo que todo lo que grabé y a la gente le gustó fue gracias a Dios, porque él me fue dando las oportunidades y yo las fui tomando, no sé si de la mejor manera, pero tampoco me arrepiento mucho y creo que fue algo bonito para mí”, sostuvo.
La decisión de su retiro tuvo mucho peso: cantar con Los Hermanos Flores. Fue aquí donde finalmente encontró una nueva familia musical, con la orquesta estuvo una década.
“Si estuviera en el país todavía estuviera con ellos”, asegura la voz de “El contragolpe”, “La salvadoreña”, “La tanga” y “Te invito”. “Cuando la orquesta ha venido (EE. UU.) me han invitado a cantar (…) yo siempre se los dije, a mí los terremotos me sacaron huyendo, si no estuviera en mi país, pero Dios sabe lo que hace”.