Todas las mamás, sin excepción, guardan historias de sus hijos cuando eran bebés. A veces son anécdotas muy dolorosas, otras más risibles y algunas de terror. Esos momentos marcan a los niños y a sus progenitoras, sobre todo si se tratan de sustos y accidentes.
En sus historias de Instagram, la mexicana Ana Paola Sifuentes se atrevió a contar una experiencia con su hija. Y es que ninguna madre, por muchos hijos que tenga, se escapa de sufrir un percance con ellos aunque tenga la experiencia de tres vástagos o solamente uno.
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Mientras estaba jugando de la sala de belleza con su niña Camila quien le estaba haciendo trenzas. “De verdad que no hay tiempo que valga más que estar con nuestros hijos”, dijo. “Crecen tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos… Parece que fue ayer cuando esta pulga nació y ahora ya tiene cuatro años”, mencionó.
Esa reflexión le hizo recordar un susto horrible. “Se me cayó de la cama en una vacación que tuvimos”, explicó. En ese momento Camila la interrumpió y reveló que una vez mientras corría se cayó de cabeza.
Por otro lado, Sifuentes dijo que con su otro hijo Santiago pasó algo muy peculiar. “Una vez llegó y me dijo ‘mamá yo quiero que una araña me pique para ser Spiderman’. Casi me muero, le expliqué que eso es ficción… Y de esos sustos hasta otros he tenido”, confesó.
De este modo, la simpática presentadora abrió su corazón de mamá para demostrar que nadie se escapa de las ingenuidades de los hijos.
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El doctor el psicología y neuropsicología Álvaro Bilbao ha estudiado ampliamente las diferencias que hay en la percepción del peligro tanto del padre como de la madre. Una investigación de Child Study Center de la Universidad de Yale demostró que mientras los hombres jugaban, hacían actividad física o estaban en movimiento con sus hijos segregaban más oxitocina, hormona del vínculo.
Sin embargo, las mujeres segregaron más oxitocina cuando tenían interacción contacto físico íntimo con el bebé como teniéndolo en los brazos, besando o abrazando. Eso explica que no hay nada de malo (sino, al contrario, beneficioso porque aporta recursos psicológico a los hijos) que dos padres sean diametralmente opuestos: uno mas introvertido y el otro extrovertido, un desordeando y otro rígido, uno obsesivo y el otro más alegre.
Eso deriva en la manera de estar pendientes de los hijos al momento de accidentes caseros. Algunos se enojan, otros lo toman con calma, a veces se ríen o se frustran. Lo aconsejable, según Bilbao, es dejar que la pareja sea ella misma e interaccione a su manera.