No solo la pinta, Colin Farrell forjó su etiqueta de "chico malo" de Hollywood con muchas evidencias. Sí, este actor irlandés estuvo muchas veces al borde del precipicio debido a su afición al alcohol y sus dependencias a las drogas desde los 14 años, tanto así que sus entradas y salidas a los centros de rehabilitación ya eran una constante en su vida... hasta que algo cambió.
¿Qué situación o poder mágico podría cambiar a este guapísimo irlandés? La prensa rosa internacional señala que la vida de este galán dio un vuelco de 180° cuando nació su hijo James Padraig, fruto de su relación con la modelo Kim Bordenave. Y es que este pequeño fue diagnosticado con el síndrome de Angelman, "una enfermedad genética que afecta al sistema nervioso y causa graves retrasos intelectuales, en la capacidad lingüística y en el desarrollo psicomotor", según indica el portal español El País.
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Este fue un punto de inflexión en la vida de este actor, quien ha tratado de mantener blindado su lado más personal. A pesar de ello, la situación de su hijo se supo entre la prensa rosa y muchos están seguros que la llegada de él y su cuadro clínico hizo mover desde los cimientos el mundo desenfrenado en el que se encontraba Farrell. "Tuve que descubrir quién era día tras día. Hay que llenar los huecos con otra cosa. Mi vida actual es muy plena", reveló el histrión en una entrevista para la revista Icon haciendo referencia a ese cambio.
Tras el nacimiento de James, Farrell sabía que tenía dos opciones: entrar en un programa de desintoxicación o encerrarse en su piso de Nueva York con "miles de dólares en cocaína y disparándole a la ventana hasta morir".
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Ahora el tema de su hijo vuelve a salir a la luz porque dentro de cuatro meses ese niño llegará a su mayoría de edad y el actor y su expareja solicitaron la tutela de él para "seguir siendo responsables legalmente de él cuando alcance la mayoría de edad (...) para asistirlo con los problemas con sus habilidades motoras finas, cuidar de su propia salud y bienestar y otorgar o denegar consentimientos médicos", detallan los informes a lo que tuvo acceso el famoso portal de cotilleo Page Six.
Este famoso de 44 años ha hablado sobre la condición de su primogénito en escasas ocasiones, pero las veces que lo ha hecho ha sido firme en decir que la paternidad ha sido un inmenso regalo y que junto a ella se convirtió en un mejor hombre.
"¿Si me siento desgraciado? No. El nacimiento de James, su existencia, ha sido para mí una bendición, no un peso. Gracias a él he madurado, he crecido, me he convertido en una persona más profunda, entiendo mejor el sentido de la existencia. ¿Y él? Es un niño que demuestra una valentía increíble, una fuerza vital pura y no contaminada. Adoro a mi hijo, y el hecho de que sea especial me hace adorarlo aún más. Es un niño que requiere atenciones y que tiene necesidades especiales, pero yo no lo considero un discapacitado. Al menos yo no lo veo así. Cuando lo miro, me parece que es un niño feliz. La gran ironía de este síndrome es que se manifiesta a menudo con ataques de risa, como si la felicidad fuese uno de los efectos colaterales", relató la estrella de cine a la revista OkSalute!