En el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Firma del Acta de Independencia de Centroamérica, el Museo Forma celebra la identidad salvadoreña con una excelente exposición que pretenden entregarle al público un pequeño rastro o una simulación de lo que es la naturaleza misma del centro capitalino.
La muestra titulada “Homenaje a San Salvador” exhibe una variedad de fotografías e instalaciones en las que los visitantes podrán hacer un recorrido por la historia del Centro de la Capital, los diferentes detalles que pasan desapercibidos cuando lo visitamos y otros elementos visuales que pretenden activar la nostalgia de las personas.
Según el curador de la exposición, Juan Santiago Martínez, “el Museo Forma busca explorar aquello que nos hace sentir el centro de San Salvador. Desde la desvinculación, la ira, el anhelo, el cariño hasta la nostalgia. A través de diferentes fotografías e instalaciones, esta exhibición busca que el espectador investigue en su interior, de manera simbólica o racional, todo lo que le provoca pensar en el Centro Histórico”.
Al comenzar el recorrido, los visitantes se encontrarán en primera instancia con un recuerdo de los desaparecidos cines que existían en el país. En ello, se exhiben los afiches con los que promocionaban las películas y las butacas que adornaban las instalaciones cinematográficas de esa época.
Posterior, el espectador disfrutará de un recorrido en el tiempo a través de una gama de fotografías de antaño y actuales que reflejan la historia, la infraestructura de los edificios que adornan el Centro y postales que congelaron diversos desastres naturales que han marcado el rumbo del país, como el terremoto de 1986.
Las piezas que se exhiben son de los artistas salvadoreños: Dylan Magaña, Francisco Hidalgo, Negra Álvarez y Benjamín Saúl, quienes no buscan crear conciencia con sus obras, ya que su finalidad es entender, mediante los ojos de los artistas, lo que ha sido y es el Centro de San Salvador.
Por su parte, en el cartel que explica la exposición temporal, el curado Martínez plasma un pequeño fragmento de lo que refleja las obras: “Oh, Centro, si pudieras escuchar todo lo que hablan sobre ti. Te dicen de todo sin conocerte tanto y te huyen tanto como anhelan. Eres más que una serie de calles casi abandonadas. Eres una hermosa oda al colapso”.
Lo peculiar de algunas fotografías es que están al revés y su interés radica en que el visitante en vez de ponerse a ver de dónde es cada fachada, busque las figuras abstractas, la geometría, los patrones que se crean en los edificios, calles y avenidas de la capital.
No obstante, el curador también hace una crítica al abandono del Centro, pues muchos edificios se encuentran en malas condiciones. Además, con una sugerente instalación que simboliza las “champas” o ventas informales que ahogan a San Salvador, busca retratar la esencia de este lugar.
“La obra representa las champas, la venta informal o la casa de cartón, pero también representa los valores del Centro, obviamente la sociedad, la basura, el uso del plástico negro, el intelecto (libros), la canasta básica vacía. También posee elementos oxidados” que caracterizan al país.
Mientras que ha dedicado un espacio para proyectar “las trece cruces que representan las trece muertes diarias en el país, la basura y el derroche, el tráfico, la protección y seguridad”.
Seguidamente, rinde tributo a las avenidas y pasajes de San Salvador que están inundadas de cables de electricidad. Según el curador los cables se han vuelto tan común en el Centro que ya son parte de sus paisajes.
Por último, una muestra fotográfica recuerda a cuatro personajes que forman parte importante de la historia de la capital. Ernesto de Sola, el arquitecto que construyó todo lo que es la Colonia Flor Blanca; Pascasio González, uno de los principales arquitectos del Palacio Nacional; Arturo Ambrogi, uno de los grandes escritores y cronistas del Centro; y Porfirio Barba Jacob, poeta colombiano que documentó el terremoto de 1917 que devastó la capital salvadoreña.
Es por esa razón, que el curador Juan Santiago Martínez dijo que la mejor forma para conmemorar al Bicentenario era “con la Ciudad de San Salvador, pues es el único testigo real que ha estado desde doscientos años antes y que espero que esté doscientos años más. Entonces sabemos que el verdadero cronista del proceso del Bicentenario es San Salvador”.
Además, agregó que el objetivo no era solo mostrar un San Salvador antiguo, ni hermoso, sino combinarlo entre el lado positivo, negativo y el neutro, puesto que la idea de la exposición es “que la gente aprenda y se divierta viendo cada una de las obras que se encuentran en la exhibición”, concretó.
La muestra temporal estará disponible todo el mes de septiembre, en horarios de lunes a viernes, de 9:00 a.m. a 5.00 p.m., y los sábados de 9:00 a.m. a 12: 00 del mediodía. Para tener una visita guiada por el curador, las personas deberán contactarse a través de la fanpage de Museo Forma. Asimismo, el aforo por cada sala será de diez personas, las cuales deberán portar su mascarilla para evitar contagios de Covid-19.
