Sobrevivencia, resiliencia ante la violencia, una especie de catarsis por lo vivido, así se puede resumir la exposición La Búsqueda, una instalación de arte-objeto en la que 25 artistas salvadoreños representan sus difíciles experiencias frente a la violencia en cualquiera de sus formas.
“Hemos vivido un proceso de criminalización de manera injusta por ser defensoras de derechos humanos. El Estado, en lugar de protegernos como mujeres, nos ha criminalizado”, comenta Lissania Zelaya, artista salvadoreña, mientras explica su obra “Instrucciones para alzar el vuelo”, una creación realizada junto a Beti Hernández.
La pieza fue construida utilizando dos figuras para dibujo técnico perforadas por tornillos en diferentes partes. “Cuando uno pasa por una preocupación, una decepción, la pérdida de alguien muy querido nos duele la emocionalidad, pero también nos duele el cuerpo”, agrega esta artista de teatro y de performance de 33 años.
La violencia del conflicto armado en El Salvador (1980 – 1992) dejó cicatrices muy marcadas, como es el caso de Álex Anzora, un artista plástico de 36 años, quien huyó del país debido a la guerra y que, además, sufrió de privación de libertad. Una dura experiencia que tiene en común con su colega Milton Díaz, un actor de teatro. Juntos exponen la muestra “Un mundo paralelo”. “Son pedazos de hierro que forman la esfera que representa al mundo, una libélula que para nosotros significa la fuerza de creer que hay un mundo mejor", afirma Anzora.
Entre los 10 arte-objetos destacan los tomates y rábanos de goma de “La caja del tiempo", una representación vívida de elementos que marcaron la etapa de reclusión de Roxana Torres. “Cuando Roxana estaba en la cárcel tenía un huerto de rábanos y tomates. Al salir, lo primero que buscó fue un teléfono público, pero ya no existían”, cuenta su compañera Rocío Velasco. “Esta obra es para hablar de los procesos de reinserción de mujeres que han pasado períodos largos en la cárcel”. “Es importante contar estas historias de sobrevivencia y eso hace que otras mujeres quieran también contar sus historias", reflexiona Velasco.
Estas piezas en madera, plástico, vidrio, hierro o en retazos que representan vivencias cargadas de pesar, pero a la vez de esperanza, forman parte de los laboratorios organizados por la fundación ConTextos, Whitehead Fundation y el Centro Cultural de España.
“(Querer) volar es como esa búsqueda de libertad, de poder salir a las calles y caminar sin miedo, saber que estamos seguras", manifiesta Zelaya.
“Creer que hay un mundo mejor, que a pesar de que parezca feo mantiene la esperanza de poder mejorarlo”, concluye Anzora.
Si desea conocer las obras de La Búsqueda puede visitar el Centro Cultural de España este viernes (último día) de 10:00 am a 5:00 pm, con previa reservación.