Una tardía visión cartográfica del Reino de Guatemala

Para fines del siglo XVII, ambas costas del Reino de Guatemala estaban muy bien exploradas y cartografiadas. Por eso, resulta extraño que varios mapas italianos de la década de 1690 presentaran serias tergiversaciones y omisiones.

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Este mapa de América septentrional o del norte, de 30 por 54 cm, con escala 1:2,000,000, fue trazado por Cantelli da Vignola en 1687 y publicado en el tomo II de la reedición de 1692. Imagen cortesía de la Biblioteca Nacional de España, Madrid

Por Carlos Cañas Dinarte

2021-11-20 5:58:03

En Madrid, los ricos depósitos de la Biblioteca Nacional de España custodian los dos tomos de una reimpresión del atlas mundial Mercurio Geográfico... El primer tomo contiene 76 mapas y el segundo reúne 74 mapas, algunos impresos en varios grabados unidos, impresos por planchas al cobre.

Esa obra fue realizada en Roma por el grabador e impresor italiano Giacomo Giovanni de Rossi (1627-1691). La imprenta fue iniciada en 1633 Giuseppe de Rossi (1570-1639) y continuada por Giacomo Giovanni y su hermano Giandomenico (1619-1653) hasta lograr convertirla en la más importante casa impresora de la urbe romana. Después de la muerte de ambos, fue traspasada a Lorenzo Filippo de Rossi (1682-¿1740?) y a partir de 1741 cambió su nombre por Calcografia Camerale y por Regia Calcografica (1870-1945). En la actualidad, la empresa aún funciona bajo la denominación social y comercial Calcografia Nazionale.

La primera edición del Mercurio Geográfico… fue hecha en 1677 y la segunda en 1692. Las planchas metálicas de cada uno de esos mapas fueron hechas al buril por el experto grabador Antonio Barbey (¿1694-1714?).

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Como Giacomo Giovanni y su hermano no poseían el conocimiento cartográfico necesario para desarrollar un proyecto editorial como el Mercurio Geográfico..., su imprenta contrató en 1682 los servicios profesionales del cartógrafo, geógrafo y grabador Giacomo Cantelli da Vignola (Montorsello, Vignola, feb.1643-Módena, 30.nov.1695). Su apellido paterno original fue Betti, pero al momento de asentar su nacimiento fue su progenitor el que decidió asentar su apodo Cantelli como su apelativo familiar.

Cantelli da Vignola estudió Literatura en la Universidad de Bolonia, tras lo que fue incorporado a los servicios secretariales del marqués Obizzi de Ferrara y del conde Rinieri Marescotti. Su posterior conocimiento geográfico y cartográfico le debió mucho a las contribuciones de otros antecesores y contemporáneos, como Giovanni Antonio Magini (Padua, 1555-Bolonia, 1614) y los cartógrafos franceses Guillaume Sanson (1633-1703, hijo de Nicolas Sanson d’Abbeville), Michel-Antoine Baudrand (1633-1700) y Jacques-André Duval (s.d.), a quienes conoció durante un viaje de trabajo a París.

Trazado en 1684, este mapamundi de 38 por 57 cm fue incluido como segundo mapa del tomo primero del Mercurio Geográfico... Imagen proporcionada por la Biblioteca Nacional de España, Madrid

La precisión, detalle y belleza de sus mapas de diversos territorios y países de Europa y Asia le ganaron amplia fama, al grado tal que fue convocado por el papa Inocencio XI como por el duque de Módena y Francesco II d’Este para convertirlo en su cartógrafo oficial. En noviembre de 1685 entró al servicio de la corte de Francesco II y en noviembre de 1685 fue nombrado geógrafo de la corte y director de la Biblioteca Estense. Allí continuó con su trazado de mapas europeos, construyó un globo terráqueo y un colorido planisferio celeste, funciones que sólo terminaron con su fallecimiento.

En la primera edición del Mercurio Geográfico… se publicaron 19 de sus mapas, junto con otros de Sanson y Baudrand. En la segunda edición aparecieron 88 mapas de su plena autoría, mientras que el resto eran actualizaciones de sus amigos franceses y de otros autores.

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La mayor parte de los trabajos cartográficos de Cantelli da Vignola fueron grabados en cobre, enriquecidos a mano con colores planos y hermosas cartelas y cartuchos para rodear a sus títulos y descripciones. Sin embargo, el nivel de detalle que alcanzara con sus mapas europeos no lo obtuvo con sus cartas dedicadas al continente americano, que aparecen repletos de inexactitudes (California sigue como isla y no como península, por ejemplo), imperfecciones, invenciones y trazos ya superados desde fines del siglo XVI por los exploradores españoles y portugueses.

En 1684, en su mapamundi de dos hemisferios, Cantelli da Vignola trazó una deformada región centroamericana -asignada a la Nueva España, con Guatimala, León y Cartago como únicos topónimos y una inexistente “bahía” que casi atravesaba Nicaragua desde el Caribe-.

Tres años más tarde, en su actualización del mapa de Guillaume Sanson, asignó los topónimos La Trinidad, Puerto de Acaxutla (sic: Acajutla), S. Salu ador (sic: San Salvador) y San Miguel para la costa ahora salvadoreña, sin mención alguna de puntos geográficos y administrativos ya importantes para entonces, como Sonsonate, el río Lempa o el golfo de Fonseca, Amapala o Conchagua. Sin mencionarlo, incorporó al Reino de Guatemala dentro de los límites del Virreinato de la Nueva España, marcados por un contorno de suave color café desde Sinaloa hasta Panamá.