Conoce el emprendimiento de tres artesanas de Chalatenango baso en bordados y crochet

Recientemente, unas artesanas de San Antonio Los Ranchos, han cautivado la atención de usuarios en redes sociales con su emprendimiento basado en bordados y crochet, cuya costumbre surgió en el conflicto armado y se ha trasmitido de generación en generación.

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(Izquierda a derecha) Rosibel Guardado, Delmy Guardado y Jessica Alemán empezaron con su emprendimiento hace algunos meses y siguen perfeccionándolo. Foto: cortesía Rosibel Guardado

Por Óscar Orellana

2021-07-05 4:52:58

El municipio de San Antonio Los Ranchos, en Chalatenango, es un territorio que se caracteriza por ser rico en tradiciones. Acá las costumbres de las abuelas y abuelos siguen vigentes y aún se trasmiten de generación en generación.

Una de sus más grandes herencias es el bordado artesanal, arte que las mujeres adoptaron en los campamentos de Mesa Grande, en Honduras, en talleres que extranjeros impartían a salvadoreños que huyeron durante el conflicto armado que azotó al país.

Luego de esos años difíciles, se llevaron a cabo las repoblaciones y entre miedo e incertidumbre, las mujeres de Los Ranchos regresaron con una forma segura de generar ingresos. Hasta hoy, se sigue practicando en buena parte de la población de ese pequeño municipio. Incluso, hace algunos años, se creó el establecimiento “El Bordado” en honor de las personas que se dedican al tejido y al bordado a mano.

Foto: cortesía Rosibel Guardado

Rosibel Guardado de 27 años, Jessica Alemán de 28 y Delmy Guardado de 30 son tres artesanas que desde niñas aprendieron a tejer y a bordar. Ellas aseguran que los hilos, las lanas y las agujas se han transformado en sus mejores aliadas, ya que este oficio ha pasado de ser un pasatiempo a convertirse en un verdadero emprendimiento.

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Sus habilidades y pasión por entrelazar hilos y crear extraordinarios accesorios las motivó a lanzar en 2021 su propio negocio en las redes sociales. Lo llamaron “Puntaditas y Crochet” y con él esperan que sus productos lleguen a todo el país.

En 2020 les surgió la idea de emprender, pero fue hasta este año que lo echaron andar. Rápidamente, su negocio les ha generado ingresos que utilizan para sus estudios y solventar algunas necesidades económicas que les dejó la cuarentena.

Actualmente, los comercializan en el departamento de Chalatenango y en Facebook, pero más de uno de sus bordados ya cruzó las fronteras patrias, pues algunos compatriotas radicados en Estados Unidos se han interesado por ellos.

Sus creaciones van desde camisas personalizadas, sobrefundas, mantas y pañuelos hasta divertidos y hermosos muñecos de crochet, conocidos comúnmente como “Amigurumis”.

Foto: cortesía Rosibel Guardado.

Pero, ¿Cuál es la diferencia entre el bordado y el crochet?

“La diferencia entre bordado y crochet es que el bordado es en tela y la aguja suele ser más pequeña que las tradicionales; en cambio, el crochet se trabaja con lana -aunque algunas ocasiones la base suele ser la tela- y la aguja es la llamada ganchillo, y en esta técnica se pueden crear muñequitos y otros accesorios como monederos”, detalló Rosibel Guardado, en una entrevista con El Diario de Hoy.

El crochet es una técnica muy antigua en El Salvador, la practicaron las abuelas y se conoce también como ganchillo. Este consiste en tejer a mano con lana, utilizando una aguja conocida como “ganchillo” o gancho de crochet.

Dentro del bordado existen dos técnicas: la pica pica, o pica pollo, y el bordado tradicional. La primera es muy especial, ya que al bordar algún dibujo en tela, tanto al revés como al derecho, tendrá la misma forma. En este se utiliza la aguja mágica. Mientras que el tradicional es el bordado común en mantas que se tejen flores, frutas y otros tipos de dibujos.

Foto: cortesía Rosibel Guardado

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“En cuestiones de bordados, hacemos mantitas, manteles, hacemos sobrefundas. También bordamos camisetas personalizadas, ese creo que es nuestro punto diferenciador de los demás, al menos aquí en los Ranchos no se hacía, entonces nosotros dijimos: ‘Si vamos a hacer algo que sea diferente”, manifestó Rosibel Guardado.

La joven emprendedora agregó que cada trabajo lleva plasmado algo con lo que la gente se sienta identificada y que refleje su trabajo original. Su madre aún conserva un pañuelo bordado que su hermana le regaló hace 30 años.

Entre sus proyecciones, está el lanzamiento de su propio estilo de blusa artesanal que combinará con las diferentes técnicas de bordado.

Foto: cortesía Rosibel Guardado

“Hemos pensado en participar en esas ferias que hacen en los pueblos vivos, sobretodo porque esos lugares son los puntos claves en donde las personas pueden conocer nuestros productos”, añadió la artesana.

Por último, resaltó que utilizan materiales amigables con la naturaleza, por eso decidieron entregar sus manualidades en bolsas de papel, que también son decoradas por ellas mismas. Los interesados en conocer su trabajo las pueden encontrar en Facebook como Puntaditas y Crochet.

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Foto: cortesía Rosibel Guardado