VIDEO. En el Día Internacional del Títere, Ocelot Teatro diversifica su show para enfrentar la crisis económica que golpea al gremio

Haciendo uso de sus personajes, el titiritero salvadoreño José Amaya y su esposa Marielos enfrentan los retos que el COVID-19 impuso a la humanidad hace ya más de un año. En el 2021, se preparan para volver a escena contra todo pronóstico.

Este es uno de los videos que grabó Ocelot para promover los protocolos sanitarios durante la cuarentena en 2020. Video / Cortesía José Amaya

Por Rosemarié Mixco

2021-03-21 10:56:56

El confinamiento obligatorio los tomó por sorpresa. A tres días de viajar a El Salvador para ofrecer varias presentaciones artísticas programadas, el gobierno de Guatemala cerró las fronteras.

El salvadoreño José Amaya, artista y fundador del grupo Ocelot Teatro, reside en el vecino país desde hace 12 años, pero sin importar la distancia, recorre los kilómetros que sean necesarios para presentar su show de títeres.

Sin embargo, nunca le cruzó por la mente que un nuevo coronavirus bautizado como SARS-CoV-2 le cortaría las alas y echaría al traste todos los proyectos en puerta a inicios de 2020.

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“... nos quedamos encerrados en Guatemala, en nuestra cabañita que tenemos en el cerro Alux (a solo 26 kilómetros de la capital), un sector como rural, que en verdad fue una bendición, comparado con otras personas en la ciudad”, afirma el compatriota.

En ese sentido, la pareja de esposos tuvieron la oportunidad de realizar caminatas y disfrutar de la vida silvestre a su alrededor, aún en cuarentena. Pero también se reinventaron artísticamente, y, como muchos, recurrieron a la tecnología para seguir con la función.

Marielos, es guatemalteca y además de apoyar a su esposo con los títeres es enfermera. Foto EDH / Archivo

Aunque la zozobra los acompañó día con día, recurrieron a la necesidad urgente de fomentar los protocolos sanitarios para poner a trabajar a sus fieles amigos, los títeres.

“Comencé a hacer unos videitos que mandé para El Salvador con mensajes (a través del Ministerio de Cultura). Hice uno para la policía, para la gente que estaba en primera línea, también hice unos para niños que tenían en albergues...”, detalló el artista.

El valioso trabajo realizado con los títeres en línea hizo eco en el sistema educativo guatemalteco y poco a poco fueron llegando solicitudes para cubrir ciertas necesidades en diferentes instituciones, tanto para menores como para universitarios.

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En este punto vale destacar que esta rama de las artes escénicas es una herramienta pedagógica muy eficaz, pues permite a los receptores asimilar de forma eficiente los mensajes emitidos en cada obra representada. Una de las historias icónicas de Ocelot Teatro -con la que han tenido éxito en diferentes países- muestra la importancia de fomentar valores como la solidaridad, el amor y la justicia. "También enseña a no robar", añade Amaya, quien con su agrupación tiene ya 40 años de experiencia.

También hay que resaltar que en una función de títeres intervienen distintas formas de hacer arte. Además de la elaboración de los personajes, se recurre a la literatura para escribir el guion de la obra, la pintura para crear la escenografía, la música es esencial para los efectos sonoros del espectáculo y la actuación de los titiriteros es crucial para lograr una comunicación eficaz.

Los esposos se las ingeniaron para subsistir en tiempos de pandemia. Además de crear videos protagonizados por sus personajes, echaron andar un emprendimiento culinario de antojitos salvadoreños. Fotos / Cortesía José Amaya

El éxito de los videitos que Ocelot Teatro trabajó durante la cuarentena, también atrajeron la atención de la iglesia mormona en Guatemala, que solicitaron su ayuda para grabar clips de formación religiosa protagonizada por los personajes de José. Esta propuesta les permitió trabajar con pantalla verde, al mejor estilo de la industria cinematográfica.

En diciembre pasado, lograron presentar una obra virtual en vivo para Unicef, a través de zoom, dirigida a un público infantil.Y si bien obtuvieron una muy bonita experiencia, jamás podrá compararse a las funciones presenciales.

LOS ANTOJITOS CUSCATLECOS

Desde la aldea Choacorral, en San Lucas Sacatepéquez, José y Marielos también enfrentaron la falta de trabajo y la necesidad de subsistir con un emprendimiento gastronómico. Lo llamaron “Luna maya”, y la especialidad son antojitos típicos salvadoreños. “Vendíamos vía redes sociales con amigos y personas que nos conocían, vendíamos pupusas, panes con pollo... y hacíamos anuncios con los títeres”, manifestó el compatriota.

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De esa forma, lograron contrarrestar el hastío y la rutina, salir a frecuentar amigos que solicitaban sus productos, viajando en carro con un rótulo de servicio a domicilio.

Con la esperanza de un mejor año, Ocelot Teatro aplicó a los Fondos de Emergencia al Sector Cultural en El Salvador por Pandemia COVID-19 y ganaron la oportunidad de presentarse en El Salvador, este fin de semana, en el marco del Día Internacional del Títere que se celebra a nivel mundial el 21 de marzo.

Ocelot Teatro prepara sus títeres para presentar el próximo octubre su Festival Interancional de Títeres, en El Salvador. Foto EDH / Archivo

Pero además, se sumarán a la celebración en honor de los titiriteros que tiene programada, a las 4:30 de la tarde, La Galera Teatro. En esta actividad, también se presentarán Adacadabra, Cuenterete Teatro, Teatro Capulesco, El Tiet y La compañía de Ariel Zuria.

Ocelot Teatro también está organizando desde ya el Festival Interancional de Títeres-Ocelot 2021, que esperan llevar a las tablas el próximo octubre. Para ello, cuentan desde ya con el respaldo del Programa Iberescena y toda esa convicción que les impulsa a luchar por la dignificación del trabajo artístico.