El pasado 7 de julio, el alcalde de Santa Tecla, Henry Flores, comunicó a través de Twitter que el Palacio Tecleño de la Cultura y las Artes recibiría trabajos de mantenimiento y pintura por parte de reos en fase de confianza gracias al Plan Cero Ocio. Fotografías de dichas tareas circularon en redes, pero los cibernautas —y sobre todo la comunidad tecleña— denunció que las tonos de pintura que estaban utilizando para la conservación de este inmueble no eran los regulados por la ley.
Orlando Morán Castillo, exalcalde de Santa Tecla durante 1987 por parte del Partido Demócrata Cristiana, y la arquitecta Tatiana Martínez aseguraron a elsalvador.com que las obras se paralizaron, con mucha seguridad, por la presión de la ciudadanía.
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Según las imágenes que circularon en redes sociales, esta edificación estaba siendo pintada con un tono celeste muy distinto a los colores originales de este inmueble que fue declarado Bien Cultural en agosto de 2001. Es justamente ante el valor histórico y cultural de este que los procedimientos de conservación, mantenimiento y restauración deben ser realizados basados en la Ley Especial al Patrimonio Cultural de El Salvador y a la ordenanza municipal.
Martínez, quien fue coordinadora de la obra y encargada de la Unidad del Centro Histórico en dicha municipalidad entre 2004-2009, explicó que la intervención de color no debe realizarse sin tomar en cuenta los documentos originales de intervención de un edificio con valor municipal y patrimonial. Si llegara a suceder, debe multarse, resarcirse el daño y hacer una consulta pública en caso se pretendan hacer modificaciones significativas.
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Elsalvador.com consultó con miembros del Consejo Municipal de Santa Tecla para conocer la postura oficial sobre el posible cambio de pintura en el edificio, sin embargo no se obtuvo respuesta.
De acuerdo con la arquitecta, los colores que el palacio tiene "son los colores originales usados en la época de 1911, cuando se menciona que se construye; que van desde el verde militar hasta el verde esperanza. El edificio fue estudiado cromáticamente en todos sus elementos arquitectónicos", por ello se determinó años atrás que esta edificación tendría un tono verde pastel y un blanco marfil. Incluso, Martínez aseguró que el color verde fue creado por una empresa experta porque "no existía en el Pantone, así que es preparado".
Cuando se restauró y cambiaron estos colores, Martínez afirmó que todo se hizo de manera pública, con un consenso ciudadano, con colegios de arquitectos e ingenieros, incluyendo entidades que apoyaron su financiamiento, como la Cooperación Española, la Junta de Andalucía, la Secretaría de Cultura, pero "antes la actividad ciudadana era más fuerte".
"A nivel político hay un acuerdo: en el Centro Histórico de Santa Tecla no se permitiría la propaganda y estos espacios no serían ocupados ni pintados con colores políticos, siendo Nuevas Ideas un nuevo partido le corresponde entrar en el tema, porque esto fue una solicitud ciudadana", añadió esta experta.
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El inmueble fue construido en 1911 y fue propiedad privada. Entre 1924 y 1927 pasó a ser parte de la municipalidad de Santa Tecla como pago de una deuda familiar. En 2001 fue clausurado debido a los daños provocado por los terremotos, pero fue restaurado y reinaugurado en 2008 para funcionar como un espacio eminentemente cultural.
"La municipalidad debe cuidarlo, procurar su mantenimiento y buen funcionamiento (...) el palacio tiene su propia personería jurídica, así que él es un ser en sí, y puede gestionar su propio dinero y sostenimiento. Así como está establecido en los principios que se han dejado por escrito", añadió Martínez sobre este Bien Cultural que posee 17 habitaciones y tiene un estilo colonial.
Por otra parte, Morán Castillo mostró su preocupación ante el cambio de color porque este edificio es emblemático para la ciudad debido a su valor patrimonial, y como originario de Santa Tecla, subrayó que no es una denuncia a nivel político sino cultural.
