La pandemia de gripe de 1918 dejó lecciones al mundo que no se han tomado muy en cuenta, dice historiador

Hace más de un siglo, la humanidad se enfrentó a otra mortal pandemia, en la que gobiernos y sociedades cometieron errores que desgraciadamente se han repetido en la actual crisis sanitaria.

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19 de noviembre de 1918. Hospital del Ejército Nº 4. Fort Porter, Nueva York, durante la pandemia de 1918-19. Los médicos llevaban máscaras para evitar la gripe en el hospital del ejército estadounidense. Foto EDH / Shutterstock

Por Agencia EFE

2020-05-04 9:33:34

La epidemia que pasó a la historia como la gripe española a principios del siglo XX heredó al mundo una serie de lecciones que al parecer no fueron correctamente asimiladas. El historiador Cédric Cotter se devuelve en el tiempo y hace un repaso por aquella pandemia que afectó a un tercio de la humanidad, durante entrevista con la agencia EFE.

Esta gripe mató a 100 millones de personas (diez veces más que la Primera Guerra Mundial con la que casi se solapó) y según Cotter, investigador para el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), guarda paralelismos con la situación actual que deben tenerse muy en cuenta.

“La Historia nunca se repite totalmente, pero pueden verse tendencias en uno de estos hechos también en el otro”, explica, y pone como ejemplo el uso político que entonces se hizo de la pandemia, con el fin de culpar y estigmatizar a países rivales o enemigos.

Vehículo del nacionalismo
Si en 2020 políticos como el presidente estadounidense Donald Trump intentaron popularizar el término “virus chino” para referirse a la COVID-19, en 1918 se llegó a apodar a la epidemia con términos como “enfermedad bolchevique”, “virus francés” o “plaga alemana”.

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“Es parte de la naturaleza humana culpar al otro de lo que nos ocurre, pero cuando se hace con fines políticos es inútil y sólo alimenta el odio”, subrayó Cotter.

En los hospitales se invertían las camas de los pacientes, para que el aliento de uno no contaminara a otro. Foto EDH / Shutterstock

Finalmente triunfó el apodo de “gripe española”, hoy usado incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS), penalizando precisamente a uno de los países que mostró más transparencia hacia la epidemia, por su condición neutral en la Primera Guerra Mundial.

“La enfermedad no se originó en España, pero como su prensa podía informar de ella, mucha gente lo pensó erróneamente, ya que otros países no reportaron sus casos a causa de la censura en tiempos de guerra”, explica el historiador.

Rumores y censura, hoy y ayer
Esa censura sugiere otro paralelismo entre la gripe de 1918 y el coronavirus de 2020, ya que en ambos casos hubo un pulso entre la marea de rumores falsos, por un lado, y los esfuerzos a veces excesivos de las autoridades por controlar el flujo de información relativa a la salud pública.

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Respecto a los rumores Cotter, quien subraya que “las ‘fake news’ son tan viejas como la humanidad”, recuerda que en 1918 ya circularon entre las potencias aliadas (Francia, Reino Unido, Rusia, EE. UU.) ideas como que los alemanes habían desarrollado la enfermedad como arma biológica.

Entretanto, en tierras germanas “se decía que el virus era una mera invención, por parte del gobierno, y que los muertos no eran por gripe sino por desnutrición”, subraya el experto en la entrevista.

Enfermera con mascarilla bombeando agua en un hospital de campaña durante la pandemia de 1918. Foto EDH / Shutterstock

Los rumores de ayer y de hoy (en 2020 multiplicados por el poder difusor de las redes sociales) se intentaron en ocasiones detener con la censura, un método que según Cotter “no es el mejor, porque la gente intentará buscar información donde sea”.

“Lo que hace falta es que las autoridades sean transparentes a la hora de explicar por qué toman las medidas, para que la gente las siga y no intente buscar respuesta en otras fuentes de información”, subraya el estudioso.

El debate de la prevención
El historiador ve otras similitudes entre dos epidemias con un siglo de diferencia, como las protestas ciudadanas que entonces y ahora se produjeron en Estados Unidos en protesta contra las medidas de prevención.

En el EE. UU. de 1918 “algunos alegaron que el uso obligatorio de mascarillas iba contra la constitución y sus libertades personales, por lo que hubo manifestaciones y posteriores detenciones”, relató a Efe.

Aquella gripe atacó en tres oleadas (una en primavera de 1918, la segunda y más mortal en otoño de ese año, y una tercera en la primavera de 1919), lo que debería servir para recordar al mundo actual que tendrá que seguir alerta tras la retirada del coronavirus.

“Se observó entonces que en las ciudades que detuvieron sus medidas demasiado pronto (también hubo cierre de comercios, escuelas, iglesias…) hubo nuevas oleadas de gripe”, alertó Cotter.

La gripe de 1918, que afectó a personalidades como el rey español Alfonso XIII, el presidente estadounidense Woodrow Wilson o el káiser alemán Guillermo II, proliferó en un mundo ya devastado por la guerra, y Cotter, quien prefiere no hablar de la actual lucha contra el COVID-19 en términos bélicos, lanza un último mensaje sobre la relación de la actual pandemia y los conflictos.

“No me quiero arriesgar a predecir si esta pandemia producirá más conflictos, lo que sí estoy seguro es que puede causar estragos en países que, como la Europa de 1918, ya estén destrozados por la guerra, caso del Yemen o Siria”, concluye el historiador del ICRC.

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