La epidemia que pasó a la historia como la gripe española a principios del siglo XX heredó al mundo una serie de lecciones que al parecer no fueron correctamente asimiladas. El historiador Cédric Cotter se devuelve en el tiempo y hace un repaso por aquella pandemia que afectó a un tercio de la humanidad, durante entrevista con la agencia EFE.
Esta gripe mató a 100 millones de personas (diez veces más que la Primera Guerra Mundial con la que casi se solapó) y según Cotter, investigador para el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), guarda paralelismos con la situación actual que deben tenerse muy en cuenta.
“La Historia nunca se repite totalmente, pero pueden verse tendencias en uno de estos hechos también en el otro”, explica, y pone como ejemplo el uso político que entonces se hizo de la pandemia, con el fin de culpar y estigmatizar a países rivales o enemigos.
Vehículo del nacionalismo
Si en 2020 políticos como el presidente estadounidense Donald Trump intentaron popularizar el término “virus chino” para referirse a la COVID-19, en 1918 se llegó a apodar a la epidemia con términos como “enfermedad bolchevique”, “virus francés” o “plaga alemana”.
“Es parte de la naturaleza humana culpar al otro de lo que nos ocurre, pero cuando se hace con fines políticos es inútil y sólo alimenta el odio”, subrayó Cotter.