Dendioy, chulunco, cacazo y miles más: las palabras salvadoreñas que la Real Academia Española incluye en sus diccionarios

Muchas voces locales han sido incluidas y aprobadas por este ente regulador lingüístico, y aunque parezcan que están mal dichas, no es así; ellas son reflejo de la cultura de El Salvador.

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Foto Por EDH-Shuttestock

Por Sara Castro

2020-09-04 10:00:07

“Tengo un chero que está todo agüevado por una gran cachimbeada que le dio una vieja fufurufa”. ¿Podrá alguien entender esa oración fuera de las fronteras de El Salvador? Tal vez algunos habitantes de los países colindantes, pero no más allá. Esas palabras son parte de los miles de salvadoreñismos que existen y que se utilizan a diario.

Aunque se crea que estos términos están mal utilizados, no es así. Exhaustivas investigaciones e intensos debates en el seno de las Academias de la Lengua permiten que un vocablo local pueda ser reconocido y aprobado por la Real Academia Española (RAE), el ente regulador lingüístico, creador de normativas para unificar el idioma entre los territorios hispanohablantes.

Y es que la lengua de todo país incluye muchas características —como por ejemplo un repertorio dialectal— que podrán ser completamente desconocidas por un extranjero, pero que entre la misma comunidad son habituales. Es así como en el país puede entenderse que un “volado” o “chunche” es un objeto, cualquier cosa. Y este sistema propio de comunicación es nombrado por los expertos en lingüística como el español que se habla en El Salvador.

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No se trata de “el bien hablar o escribir”, estas palabras populares forman parte de la identidad y de la cultura de los salvadoreños y ahí radica su importancia. De acuerdo con el comunicador y lexicólogo Erick Rivera, el Diccionario de Americanismos de la RAE es un amplio documento que incluye oficialmente miles de salvadoreñismos (y muchos otros americanismos), con el fin de exponer los términos manejados con gran frecuencia en un territorio y para mostrar las diferencias existentes entre la lengua de un país y la de sus países hermanos.

Pero para que estas palabras puedan ser incluidas, Rivera señaló que deben ser ponderadas y analizadas por la sede de la RAE y por la Asociación de las Academias de la Lengua Española. “Hay un grupo de filólogos, lexicógrafos y especialistas en corpus lingüístico, que son grandes bancos de palabras; pues estos especialistas lo que hacen es subir al pleno cada cierto tiempo para analizar estas palabras que quieren entrar a los diccionarios”.

El Salvador contaba con más de 2,000 localismos o salvadoreñismos en 2015, los que pueden ir aumentando según el frecuente uso de ellos. Sin embargo no todos son exclusivos, pues comparten un contexto similar con el resto de Centroamérica. Así “cipote” significa lo mismo en el país como en Honduras o Nicaragua.

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Para Carlos Saz, profesor, gramático y miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua, estas voces son respetadas por los académicos e incluidas sin muchos problemas porque representan el lenguaje popular y porque son creadas por los mismos salvadoreños.

“… el español que se habla en El Salvador, ayuda para entendernos, reconocernos, comprender qué somos, cómo hablamos, qué actitud tenemos sobre el idioma. Es un registro vivo de cómo se ha hablado en determinado momento”, aseveró Rivera sobre la importancia de estos localismos.

En este artículo puedes conocer algunos salvadoreñismos oficiales,  inscritos en el Diccionario de Americanismos, que pueden hacerte sentir cachimbón por tu nacionalidad y que te funcionarán para que nadie te de paja. ¿Te los sabes?