FOTOS: El día que una salvadoreña conquistó el corazón de Pedro Infante

Entre las mujeres que lograron derretir el corazón del inolvidable Pedro Infante se encuentra una salvadoreña, a quien conoció en 1952, cuando llegó al país por segunda vez

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Por L. Puente

2021-12-09 3:20:55

Pedro Infante siempre será recordado como uno de los mayores galanes que el cine pudo tener. Descrito como varonil, casanova, multifacético y sobre todo carismático. Era usual que las mujeres lo buscarán por su magnetismo, habilidad actoral porte y gran compositor.

La vida matrimonial del recordado cantante estuvo repleta de disputas, engaños y mentiras. El intérprete mantuvo dos relaciones formales durante un largo periodo y, sobre estas, aún sostuvo algunos otros romances. Entre estos, trasciende el que habría tenido con una salvadoreña, que lo flechó en una histórica visita al país.

Fue un domingo 29 de septiembre de 1952, a las 7:30 de la mañana, cuando el ídolo aterrizó por segunda vez en el Aeropuerto de Ilopango; pues en 1950 había llegado al territorio cuscatleco, por primera vez.

“Con procedencia de México llegó ayer (domingo 29 de septiembre de 1952) a las 7:30 de la mañana al aeródromo de Ilopango el simpático actor de cine y radio Pedro Infante, estrella de la pantalla que goza de amplia estimación en el continente”, se lee en la nota publicada por El Diario de Hoy (EDH), en aquella época.

Esta segunda visita de "Perucho", como era conocido por los más cercanos, se convirtió en la más memorable, ya que se presentó por una semana completa en los teatros de San Salvador, Santa Ana y San Miguel.

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Una inolvidable algarabía 

Al momento que el artista arribó a tierra salvadoreña, millones de personas se encontraban en el aeródromo, “donde prevalecía el sexo femenino”, según la nota de EDH. El “hall” (sala de espera) y los alrededores del edificio del aeropuerto se encontraban abarrotados de personas ansiosas de conocer al mexicano y obtener autógrafos.

Pedro Infante fue recibido por don Santiago Begoa, gerente del Circuito de Teatros Nacionales; don Raúl Suay y don Adolfo Antonio Castillo, jefe de publicidad de la misma institución. Desde que el astro apareció en la puerta del avión (con una chaqueta de color ocre, un pantalón gris y un sombrero), una lluvia de fotografías se desató. Primero saludó al público y luego pasó a las oficinas de migración.

Al terminar los trámites migratorios, hombres y mujeres de todas las edades lo interceptaban a su paso, con libretas en mano, para solicitar los anhelados autógrafos

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“Me encuentro muy feliz de estar nuevamente en este país, donde tanto se quiere a mi patria. Cuando estuve aquí hace tres años, más o menos, me llevé un recuerdo imperecedero y prometí que si Dios me alargaba la vida, regresaría. Sus cielo, sus bellas mujeres, sus paisajes, todo es igual… y ¿por qué no iba a regresar y esta vez a estarme más tiempo para darme a querer de este simpático pueblo?”, dijo a la prensa.

Luego, fue trasladado al hotel en un carro convertible. A su paso, los salvadoreños se detenían a cada momento y decían: “ese es Pedro Infante”; mientras, él saludaba quitándose el sombrero. Horas más tarde, tuvo su primera presentación en el Teatro Nacional, con un lleno total. Los precios para sus presentaciones en El Salvador eran desde 0.60 centavos a 5.00 colones.

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¿Romance secreto?

Tras esta visita, corrió la voz que el famoso actor mexicano se quedó frecuentando El Salvador, debido a que la belleza de una salvadoreña lo flechó. Aunque él nunca lo confirmó, periodistas de la época lo captaron en pleno romance.

En 2005, Eduardo Salomón Portillo, un salvadoreño que conoció al artista, aseguró a EDH que cuando Infante se encontraba en el país se ejercitaba en el gimnasio Magaña, ubicado en el centro de la capital.

“Un día llegué al gimnasio y todas las maquinas estaban solas, pero una multitud rodeaba una de ellas. Me acerqué y miré que era Pedro Infante rodeado de gente mirando y tomando fotos. Fueron varias veces que él llegó allí para hacer sus ejercicios en esos años”, dijo a este periódico.

Otro de los lugares que concurría el mexicano era el billar La Dalia. “Pedro Infante venía a jugar y a tomar. Él vino en los años 50, también aquí estuvo don Luis Aguilar. Aquí venía doña Lucha Villa con su esposo a jugar capitales”, aseguró el gerente general, al contar los años dorados del billar más antiguo de San Salvador.

Trayectoria

64 años han pasado desde la muerte de Infante. El 15 de abril de 1957 se terminó de escribir la historia del artista que llegó a diferentes partes del mundo a través de sus legendarias películas y éxitos musicales, que aún disfrutan las nuevas generaciones.

A Pedro, quien fue carpintero antes que cantante y actor, le bastaron 39 años de vida para convertirse en leyenda. Intervino en 61 películas y grabó 351 canciones de 170 compositores mexicanos y extranjeros, así como 80 pistas para películas.

Además de ser el único mexicano que ha ganado un Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín, tiene la versión más vendida de "Las Mañanitas", la tradicional canción mexicana para los cumpleaños, con 20 millones de copias y todavía hoy compite en ventas con 100 mil unidades al año. Cuando murió era el cantante más rico y admirado de México. A su entierro acudió más de un millón de personas.