Es simple, Eduardo Morán es un joven salvadoreño sorprendente.
El estilista sonsonateco está a pocas semanas de ver hecho realidad uno de sus más grandes proyectos: el lanzamiento de su primer libro, una historia de ciencia ficción titulada “Etene. La secta prohibida”.
Pero, ¿qué tiene de especial este nuevo proyecto literario? Pues a las pruebas remitámonos.
Comencemos por repasar parte de la vida de este emprendedor de casi 30 años, que nació en el municipio de Santa Isabel Ishuatán, en el departamento de Sonsonate.
Perico, una isla salvadoreña con una larga historia
La isla Perico, situada en la bahía de La Unión y el golfo de Fonseca, ha tenido presencia humana en los últimos cuatro mil años. Sin embargo, su larga historia es bastante desconocida por la población salvadoreña.
La primera infancia vivida entre árboles de bálsamo y frijoles amelcochados le imprimieron la seguridad en sí mismo que tanto irradia. El amor de la familia nunca le faltó, a pesar que sus padres se separaron cuando apenas cumplía su primer año.
La abuela y el abuelo materno llenaron todos los espacios de aventura y curiosidad, mientras su madre trabajaba en la capital.
A los casi 7 años, su mundo registró un abrupto cambio. “Mi madre se había vuelto a acompañar y tenía un nuevo hermanito”, recordó el mayor de tres varones y una chica.
Fue así como su domicilio se modificó: del departamento de Sonsonate pasó a residir en el municipio de Soyapango, en San Salvador. Allí comenzó otra aventura.
Aunque Eduardo se destacó como dibujante y orador en sus años de educación primaria, nunca coqueteó con la idea de leer y mucho menos de escribir. Su pasión por el anime y el dibujo lo absorbieron por completo.
Lo que sí se apoderó de sus afanes, fue el reto de crear un cómic para su satisfacción personal, pues en casa de una de sus tías políticas descubrió un mundo de maravillas, en la habitación del primo. “Él tenía en su cuarto todo lo que yo soñaba tener en el mío”, recordó. Una colección de figuras y cientos de dibujos.
Entre todo aquel universo de trazos, Eduardo descubrió un cuaderno de dibujos que lo empujó a luchar por sus sueños.
Literatura infantil salvadoreña acoge el libro de Moisés Saca
El joven de 17 años ha tenido que superar graves problemas de salud a su corta edad. Su historia es muy similar a la aventura de la tortuga verde de nombre Bu-Bah, el personaje principal de su más reciente libro, que lucha por sobrevivir en las aguas del Atlántico.
Lamentablemente, al llegar al último nivel de Básica, la precaria situación económica de su madre lo obligó a buscar un trabajo de medio tiempo para poder sufragar los gastos del bachillerato. “Mi tía que me enseñó a tejer y me acostumbró al café con pan por las tardes me ofreció financiarme los estudios, pero tuvo que irse del país”, detalló.
Aunque sus compañeros de clases le ofrecieron pagar las cuotas entre todos, el joven tuvo que hacerse a la idea de no poder cursar el bachillerato y dedicarse a sobrevivir en empleos mal remunerados. Así, trabajó cargando bultos y lavando carros, antes de aprender el oficio de estilista en el salón de una prima.
Desde entonces, ha pulido de forma simultánea su talento para el estilismo y el dibujo. ¿Pero cuándo aparece la literatura en esta historia?
Pues bien, fue precisamente una de las jefas que tuvo en el mundo de los salones de belleza, quien estimuló su habilidad para la lectura. “… me regaló el libro Flores en el ático y me dijo: ‘te va a encantar’”. Y así fue.
El primer libro de la saga Dollanganger de la estadounidense V. C. Andrews introdujo a nuestro escritor estilista en el fascinante universo de la literatura. En tan solo pocos meses, Eduardo se había devorado cuanto título le atraía. “Entonces empecé a pedir recomendaciones y así adquirí el gusto de leer”. Una tras otra, las historias transformaban la vida de aquel niño campirano de Ishuatán.
Nombres como J. R. R. Tolkien, George R. R. Martin y Carlos Ruiz Zafón figuran entre sus autores favoritos. Su género es el épico. Y sus héroes, Dragon Ball y Naruto.
Perfeccionista y perseverante, el joven continuó con su idea de elaborar el cómic. Sin embargo, entre investigaciones y narrativas descubrió la teología, la política y la monumental astronomía. Fue así que en su tarea de escribir los diálogos para la historieta —durante su tiempo libre— surgió el planeta Etene y todo lo que ello implica.
Hace 113 años, en San Salvador, nació una mujer que a pesar de la discriminación brilló en el mundo intelectual centroamericano del siglo XX.
Ahora, con estudios hasta noveno grado, este salvadoreño está a punto de lanzar una compleja propuesta de ciencia ficción, que incluye mapas, sectas, tribus e imperios, con su propia geografía, lenguaje, fauna y flora.
“Es una persona increíble. Lo que él quiere hacer es algo del calibre de El Señor de los Anillos o Juego de Tronos. Y es tan joven… ”, manifestó la multipremiada escritora salvadoreña Carmen González Huguet, quien le ha apoyado con el trabajo de edición.
Por el momento, Eduardo está por lanzar su primer libro. La segunda obra está casi terminada y el tercer tomo proyectado. No hay duda, el talento es grande en El Salvador.
Si quieres saber más detalles de este próximo lanzamiento, sigue a Eduardo Morán en Instagram como _edmoran.