Una mansión repleta de historias y palabras

En este año, la colonia Dueñas (San Salvador) cumple su centenario de diseño y construcción. Una de las primeras estructuras de dicha zona fue la Casa Dueñas o Casa de las Academias.

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La Casa Dueñas destaca por su estilo arquitectónico Art Nouveau, influjo francés en el centro histórico de San Salvador. / Foto Por archivo EDH

Por Carlos Cañas Dinarte

2022-02-26 8:45:15

En marzo de 2001 y como parte de la visita del presidente salvadoreño Lic. Francisco Flores al Reino de España, el gobierno ibérico ratificó su compromiso hecho en noviembre de 2000 para comprar y restaurar la Casa Dueñas, un hermoso edificio instalado sobre la 9ª. avenida norte y alameda Juan Pablo II, en una zona que en la tercera década del siglo XX se convirtió en sitio de residencias para algunas de las más importantes familias sansalvadoreñas. Desde el momento mismo en que el convenio fue suscrito, la obra proyectada mereció todo el apoyo de los titulares del Ministerio de Educación de El Salvador, doctora Evelyn Jacir de Lovo e ingeniero Rolando Marín, al igual que el del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA), ingeniero Gustavo Herodier.

Tras largos procesos administrativos y licitaciones públicas –en los que estuvieron involucrados la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), CONCULTURA y otras entidades-, las primeras obras en la Casa Dueñas iniciaron con el fin de defender su dañada estructura de los ataques de personas saqueadoras del metal y la madera de las antiguas residencias capitalinas abandonadas, varias de las cuales sucumbieron ante su voracidad depredadora.

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Durante diecisiete años, la familia cafetalera Dueñas-Palomo residió en una casa situada en la manzana frente a la fachada sur del Palacio Nacional, en la zona más céntrica de la ciudad de San Salvador. La serie de terremotos y erupción volcánica del Jueves de Corpus Christi, ocurridas el 7 de junio de 1917, la obligó a trasladarse a vivir a la Villa Guadalupe, sobre una de las avenidas colindantes con la séptima calle (hoy alameda Juan Pablo II), en la margen norte de la capital. Desde mayo de 2015 y tras una inversión de 6 millones de dólares en su reconstrucción, Villa Guadalupe aloja al Centro Cívico Cultural Legislativo.

Aspecto de la Casa Dueñas en junio de 2004, tras su restauración y remodelación.

Al anunciarse el enlace matrimonial de su hija María Eugenia (San Salvador, 17.abril.1900-Guatemala, 21.dic.2004), Miguel Dueñas Dárdano (1871-1928) y su esposa Eugenia Palomo Sevilla (1879-1965) decidieron obsequiarle una acogedora y pequeña casa, cercana a la amplia residencia familiar. Ese nuevo hogar fue edificado en poco más de un año, a partir de 1919. Para su construcción Art Nouveau y sistema déployé (malla metálica recubierta de concreto) se contó con lujosos materiales importados desde Francia, en atención a las instrucciones precisas giradas por el ingeniero civil Daniel Cristóbal Domínguez Párraga, encargado del diseño y construcción del inmueble.

Su diseñador y constructor nació en la capital salvadoreña, el 16 de octubre de 1886, en el hogar de los colombianos Daniel Domínguez Marulanda y Mercedes Párraga de Domínguez, quienes también procrearon a Víctor Alberto (1889), Rafael (1892), Carmelita (1893), María (1895), Mercedes (1896), Julia (1898), José María (1900) y Margarita (1905).

Luego de realizar sus estudios locales del bachillerato en Ciencias y Letras, Daniel C. (como acostumbraba firmar) se marchó a la capital mexicana, en cuyo Colegio Militar de Chapultepec se graduó como ingeniero y donde también asistió a varios cursos especializados de arquitectura. Tras su regreso al país, el ingeniero Domínguez Párraga logró hacerse de un prestigio muy grande entre las familias de la alta sociedad nacional, al grado tal que llegó a ser Director General de Obras Públicas y diseñador-constructor de las casas de la exclusiva colonia Dueñas (1922), el Club internacional, la villa Fermina (hoy parte de las estructuras académicas de la Universidad Tecnológica, UTEC) y los edificios centrales de los bancos Agrícola Comercial y Salvadoreño, ambos iniciados en diciembre de 1924.

El buen gusto reflejado en esos trabajos le mereció una importante contratación. El sábado 20 de septiembre de 1924, un grupo de prominentes banqueros, empresarios y pujantes personalidades nacionales y extranjeras del mundo social, económico y político del país se reunió en las instalaciones del Club Internacional (hoy sucursal central del Almacén Prado, contiguo al Teatro Nacional de San Salvador) para fundar el lujoso El Salvador Country Club. Aunque 37 accionistas aportaron los 185 mil colones iniciales, la junta directiva provisional –encabezada por el estadounidense Benjamin Bloom, fundador del Banco Occidental- estimó que fuesen sesenta los socios fundadores –con un aporte individual de 5,000 colones-, mientras que otro grupo fuera el de socios contribuyentes, a razón de 500 colones su aporte personal. A las 09:00 horas del miércoles 1 de octubre de ese mismo año, el presidente de la república Dr. Alfonso Quiñónez Molina sostuvo una reunión con la junta provisional del mencionado centro social, tras la cual les fue cedido, por un cuarto de siglo, un amplio terreno de cultivo de   maíz, situado en la jurisdicción del cantón La Ceiba, en la zona poniente de la ciudad.

Jardín interior en la parte posterior de la Casa Dueñas y delante de su biblioteca y sala de conferencias.

Tras ser medido y nivelado el terreno, el ingeniero Domínguez Párraga edificó allí un hermoso edificio de cemento armado y amplios jardines. Finalizado y equipado, El Salvador Country Club fue inaugurado el sábado 3 de julio de 1926. En enero de 1959, la asociación privada que dirigía el Country Club dejó expirar el contrato de comodato por el terreno, por lo que la edificación fue reclamada por el gobierno del teniente coronel José María Lemus. Tras someterlo a trabajos de restauración, ese régimen lo destinó para que allí funcionara el Ministerio de Relaciones Exteriores, que permaneció en el lugar hasta febrero de 2001, cuando, debido al terremoto del 13 de enero de 2001, fue usada como sede del Poder Ejecutivo, por lo que las instalaciones se convirtieron en la nueva Casa Presidencial salvadoreña.

Tras ese importante como lujoso inmueble, el ingeniero Domínguez Párraga vio incrementado su trabajo, al serle encargadas las obras de construcción del café-bar Lutecia (1928, ahora agencia Centro del Banco Credomatic), los primeros trabajos de finalización del Teatro Nacional de San Salvador (iniciados el 20 de enero de 1930), el Instituto Nacional de San Salvador (1930-1931, ahora Alcaldía Municipal), el Hotel Astoria (1931-1932), los edificios Concha de Regalado, Escobar y Gadala María (construido éste desde el 15 de diciembre de 1939 en el predio del antiguo y céntrico portal del almacén “El papelito”, fue inaugurado a las 11:00 horas del domingo 23 de febrero de 1941) y las residencias del doctor Raúl Argüello, Luisa Daglio y Ángel Guirola.

Todas estas obras le ganaron no solo prestigio nacional, sino también centroamericano, por lo que no resulta extraño que sus servicios fueran requeridos en la ciudad de San José (Costa Rica), donde construyó el Banco Nacional de Costa Rica (1938), el Pasaje Central y el almacén Ambos mundos (1938), propiedad de la firma comercial Uribe y Pagés. Esta última edificación constó de 2987 varas cuadradas de construcción y dos niveles, el primero de los cuales fue destinado a las bodegas, laboratorios, garajes y demás elementos del negocio, mientras que la segunda planta fue destinada a la lujosa residencia de sus propietarios, al igual que a un área para cinco apartamentos.

Ingeniero Daniel Cristóbal Domínguez Párraga (1886-1959), diseñador y constructor de la Casa Dueñas y de su colonia homónima.

Miembro de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de El Salvador (1940) y concejal fundador del Instituto Tecnológico de El Salvador (22 de octubre de 1943), la salud del ingeniero Domínguez Párraga se agravó en agosto de 1959 en la capital costarricense, donde falleció el 6 de diciembre de ese mismo año. Allá fue sepultado, bajo el llanto de sus hijas Silvia, María Elena Ana Ester (de Mayhlli, nacida el 7 de junio de 1928), Hilda Mercedes (nacida en noviembre de 1931), Gladys (de Gallegos) y Roxana (de Gutiérrez Góngora), todas de apellidos Domínguez Orozco, quienes nacieron de su doble vínculo matrimonial con Hilda Orozco Palomo, en abril y mayo de 1927.

Tras varios años de permanecer desocupada, la Casa Dueñas fue arrendada, entre 1930 y 1933, por la legación diplomática de los Estados Unidos Mexicanos. Desde 1935 hasta 1957, las sucesivas legación y embajada de los Estados Unidos de Norte América alquilaron el edificio, en que habitaron permanentemente seis embajadores y, de forma ocasional, personajes de la talla de los expresidentes Lyndon B. Johnson y Richard Nixon, así como el senador Robert Kennedy y los artistas de cine Clark Gable, Tyrone Power y Tony Curtis.

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Después de ser ubicación temporal de Publicidad Rumbo (1959-1960), la Casa Dueñas quedó abandonada hasta 1973, cuando se instaló en su interior el Departamento de Formación Laboral del Ministerio de Trabajo. Esta institución permaneció allí hasta fines de 1986, un año después de que la estructura fuera declarada Bien Cultural de El Salvador, mediante acuerdo del Órgano Ejecutivo del 8 de mayo de 1985. En 1992, la mansión fue adquirida por el Ministerio de Hacienda, como forma de pago por deudas fiscales de su dueña original. Fue esta última institución la que trasladó el inmueble a las autoridades educativas y culturales del país, para que se procediera a hacerle una evaluación que determinara la viabilidad de un proceso de restauración o rehabilitación. Mientras el resultado llegaba, la Presidencia de la República la declaró Bien Cultural mediante el acuerdo del 21 de septiembre de 1992. Para entonces, el comején, los elementos naturales, las pandillas y los saqueadores la usaban como uno de sus lugares preferidos en la ciudad capital.

Durante la intervención profunda a la que fue sometida desde mayo de 2003, con un costo superior a los 563,000 dólares, la pequeña área de servicio y cochera fue transformada en un jardín interior y una biblioteca de dos niveles, estantes y sala de conferencias. También se cambió toda la madera podrida y se le agregó un tercer nivel a la mansión, al darle otro sentido a la mansarda o techo de la estructura. A varios salones se les agregaron puertas metálicas.

Las obras de remodelación de la Casa Dueñas fueron inauguradas en la noche del miércoles 2 de junio de 2004, por la Vicepresidenta de la República, Lic. Ana Vilma Albanez de Escobar Thompson. Desde entonces, su destino ya no es el de alojar a una familia pudiente, sino a un centro cultural, equipado con modernos sistemas informáticos y bibliotecarios, que bajo el nombre de Casa de las Academias es la sede permanente de las Academias Salvadoreñas de la Lengua (1876) y de la Historia (1922).

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