El californio que representó a Estados Unidos en El Salvador

Desde el siglo XVI hasta el presente, California y El Salvador han tenido diversos vínculos históricos. También en la diplomacia, como puede verse en los siguientes párrafos.

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Romualdo Pacheco Jr., en un positivo del negativo doble sobre vidrio y colodión húmedo conservado en la colección Brady-Handy, División de Impresos y Fotografías, Biblioteca del Congreso, Washington D. C.

Por Carlos Cañas Dinarte

2021-01-22 10:28:07

Los generales hermanos Carlos Basilio y Antonio Ezeta ascendieron al Poder Ejecutivo de El Salvador en la noche del 22 de junio de 1890, al deponer del solio al mandatario y general ahuachapaneco Francisco Menéndez, quien murió durante ese golpe militar, pero a causa de un ataque de apoplejía que lo había mantenido en cama durante todo ese día, en que se conmemoraba el quinto aniversario de su ascenso a la Presidencia de la República.

Tras presentarse a elecciones para legitimar su régimen de facto, los hermanos Ezeta tomaron posesión de sus cargos constitucionales el domingo 1 de marzo de 1891, en el salón provisional de sesiones de la Asamblea Legislativa, presidida por el Dr. Domingo Arce. Desde el 20 de noviembre de 1889, debido al incendio del primer Palacio Nacional, el gobierno operaba en edificaciones separadas y provisionales.

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A las 14:00 horas del sábado 28 de marzo de 1891, el presidente Carlos Basilio Ezeta encabezó una ceremonia solemne en los salones de Casa Blanca o Palacio del Poder Ejecutivo, que se levantaba desde 1868 en la esquina donde varias décadas después funcionaría el recordado Cine Libertad, al suroriente de la Plaza de Armas (ahora Libertad). Con gran pompa, recibió al nuevo ministro plenipotenciario y enviado extraordinario de los Estados Unidos de América, Romualdo Pacheco.

Presidente y general Carlos Basilio Ezeta, en un grabado metálico francés. Pertenece a la colección particular del Ing. Carlos Quintanilla, San Salvador.

El diplomático estadounidense llegó a Casa Blanca entre una valla de honor formada por la Guardia de Honor Presidencial, el Regimiento de Artillería y los batallones 1 y 2 de infantería. En aquella ceremonia estaban presentes el vicepresidente Ezeta, ministros y subsecretarios de Estado, diputados y magistrados, empleados civiles y militares del gobierno, cuerpo diplomático y diversos invitados especiales.

La comitiva del señor Pacheco estaba formada por su secretario particular Francisco de la Meza, el capitán G. P. Cotton (agregado militar a la Legación estadounidense y comisario para Honduras de la Exposición Mundial Colombina de Chicago, programada para 1893) y el entonces primer teniente George Percival Scriven (integrante del Cuerpo del Estado Mayor estadounidense, había nacido en Filadelfia, el 21 de febrero de 1854. También era agregado militar a la Legación de su país y fungía como comisario de la Exposición Mundial Colombina de Chicago para Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Desde marzo de 1915 fue jefe de la National Advisory Committee for Aeronautics, (NACA), ahora llamada National Air & Space Administration, NASA. Falleció en Southern Pines, North Carolina, el 7 de marzo de 1940).

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El señor Pacheco sustituía en el más alto cargo diplomático en la región centroamericana a Lansing B. Mizner. Así, se convertía en el quinto envido extraordinario y ministro plenipotenciario de Estados Unidos ante El Salvador y los demás países del istmo. Tras entregar sus cartas credenciales en la ciudad de Guatemala, la ceremonia en San Salvador era la segunda parte de su gira inicial por la región. Su discurso en la Casa Blanca sansalvadoreña fue pronunciado en inglés y publicado, traducido al castellano, por el Diario Oficial, en la página 406 de ese mismo sábado 28 de marzo de 1891.

Un detalle importante que impresionó a los asistentes a esa ceremonia lo resumió muy bien el corresponsal en San Salvador del Diario de la capital (Managua, Nicaragua), en su informe publicado en la página 3 del no. 36, el 16 de abril de 1891: “El apellido del nuevo ministro indica a las claras su origen español y al oírle hablar con la pureza de un hijo de Castilla, no creería nadie que estaba hablando con un yankee”. El señor Pacheco era un “californio”, un mexico-americano, un hispano descendiente de mexicanos nacido tras la separación de California y su agregación a los Estados Unidos de América.

Vicepresidente y general Antonio Ezeta, en un grabado metálico hecho en Francia. En la actualidad se encuentra en la colección particular del ingeniero salvadoreño Carlos Quintanilla.

José Antonio Romualdo Pacheco Jr. nació en Santa Bárbara, el 31 de octubre de 1831. Su padre fue el capitán mexicano José Antonio Romualdo Pacheco, llegado en 1825 desde Guanajuato para servir como asistente del gobernador José María de Echeandía. Fallecido su progenitor en 1836, su madre, María Ramona Carrillo de Pacheco, volvió a casarse con el capitán escocés John D. Wilson, que envió al joven Pacheco a estudiar a Honolulu, en el archipiélago de Hawaii.

Tras definir su posición personal a favor de los Estados Unidos durante la guerra de ese país con México -que culminó con la segregación de múltiples territorios al norte mexicano, para agregarlos al sur estadounidense-, su primer cargo en la administración pública lo ejerció en 1853, como juez en San Luis Obispo. Para entonces, su afiliación partidaria era demócrata, pero unos pocos años después cambió de bando y pasó a ser miembro del National Union Party (ahora Partido Republicano).

Electo para el Senado de California en tres ocasiones, entre 1857 y 1863, durante la Guerra de Secesión se desempeñó como general de brigada. En ese período, fue opuesto a la esclavitud promovida por los estados sureños y se mostró a favor de la Unión promovida por Abraham Lincoln. Además, fue por entonces cuando estableció su vida familiar. El 31 de octubre de 1863 se unió en matrimonio con la joven dramaturga Mary McIntire, con quien gestó a Maybella Ramona “Mabel” (1863-1921, se casó con Will Tevis, empresario de San Francisco, y procrearon cuatro hijos), Romualdo “Waldo” (1865-1871) y Enrique “Henry” (1868-¿?).

Tesorero general de su estado natal, fue el primer (y, hasta la fecha, único) hispano en asumir la gubernatura californiana, del 27 de febrero al 9 de diciembre de 1875. Después, fue electo para sendos escaños en el Senado y la Cámara de Representantes (1875-1880).

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Tras dejar su cargo de elección en el Congreso estadounidense, el señor Pacheco vivió cinco años de retiro en un rancho situado en el estado de Coahuila (México). Allá estaba cuando el presidente estadounidense Benjamin Harrison le escribió al general Carlos Ezeta para notificarle que nombraba a Pacheco como su representante diplomático en El Salvador y Centroamérica, con un sueldo anual de 10,000 dólares, una cifra nada despreciable, si se considera que el de quienes ocupaban las legaciones en México, China, Austria-Hungría y España era de 12,000 dólares al año. El mandatario salvadoreño contestó la misiva oficial el 2 de abril de 1891, tras recibirla de manos del propio Pacheco.

Sin embargo, aquellas cartas credenciales ya no tenían vigencia. El 3 de marzo de 1891, el Congreso estadounidense decidió separar en dos sus misiones diplomáticas en la región centroamericana. Por eso, mantuvo a Pacheco al frente de la Legación en Guatemala y Honduras, pero designó al abogado, militar y republicano Richard Cutts Shannon (New London, Connecticut, 17-feb.1839-Brockport, New York, 05.oct.1920) como al frente de la misión para El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

Para esos momentos, Pacheco y su comitiva ya se habían presentado en ceremonias oficiales ante los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua, antes de volver a su sede en la capital guatemalteca.

Grabado metálico de Casa Blanca o Palacio del Poder Ejecutivo, extraído de un billete del Banco Occidental (1889-1951), custodiado en la colección del Banco Cuscatlán-SISA, Santa Tecla.

El 1 de septiembre, el presidente Harrison comunicó esos cambios al general Carlos Basilio Ezeta. A las 14:00 horas del sábado 14 de noviembre de 1891, en una ceremonia de rigor desarrollada en el salón de recepciones de la Casa Blanca sansalvadoreña, el gobierno recibió a Pacheco y a Shannon. La ceremonia y los discursos de estilo quedaron registrados en el Diario Oficial salvadoreño, en sus ediciones del sábado 14 y lunes 16.

El gobierno estadounidense estaba interesado en promover la construcción de un Ferrocarril Interamericano, que frenara la presencia del Reino Unido en el continente, donde se había consolidado en la transferencia de tecnologías como la de los telégrafos, teléfonos y transportes masivos como los trenes movidos por locomotoras a vapor. Por eso, veía con mucho recelo las crecientes tensiones político-militares entre El Salvador y Guatemala y entre Honduras y Nicaragua. Esos conflictos ponían en riesgo su posicionamiento geopolítico en la región centroamericana.

El Salvador ya había dado muestras de ser un “socio confiable” para Estados Unidos en el istmo. Dentro de esos gestos simbólicos, el gobierno ezetista ordenó que el 4 de julio de 1891, en conmemoración del CXV aniversario de la independencia estadounidense, la bandera nacional ondeara junto a las demás naciones representadas en el país en todos los edificios públicos de la ciudad de San Salvador. Quizá fue por eso que Pacheco y Shannon optaron por la capital salvadoreña cuando convocaron a las mesas de negociación del Congreso Centro-Americano de Paz, desarrolladas en San Salvador en marzo de 1892, como parte de las conmemoraciones regionales del quinto centenario de la llegada de Cristóbal Colón a las Américas, motivo central de la Exposición Mundial de Chicago del año siguiente.

Los diplomáticos Pacheco y Shannon cesaron en sus respectivos cargos en Centroamérica en abril de 1893. Romualdo Pacheco Jr. regresó con su familia a California y se establecieron en Oakland. ¿Se habrá vuelto a ver alguna vez con el general Carlos Ezeta, luego de que este fuera derrocado por los 44, en 1894, y se estableciera en territorio californiano, donde vivió con grandes lujos hasta su bancarrota y posterior traslado al puerto mexicano de Mazatlán (Sinaloa), donde murió y aún yacen sus restos en el cementerio local?

El señor Pacheco falleció en su residencia, el 23 de enero de 1899. Su presencia diplomática en el istmo centroamericano fue el último cargo que desempeñó en su larga carrera como servidor público.