El día que fue destruida la obra de Fernando Llort en la catedral de San Salvador

El artista criticó fuertemente a la iglesia señalando que la destrucción había sido "una bofetada para los artistas y artesanos" que colaboraron en la obra

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elsalvador.com

Por Leidy Puente

2018-08-11 10:54:54

El mural que daba vida a la fachada de la catedral de metropolitana, denominado “Armonía de mi Pueblo”, que el artista Fernando Llort construyó entre 1997 y 1999, fue destruido a finales de diciembre del 2011, cuando el arzobispo Monseñor Luis Escobar Alas dio la orden “para evitar una tragedia”.

De acuerdo con Alas, un informe técnico reflejó que el 70% del mural estaba por desprenderse “por falta de adherencia” a la pared.

Foto Archivo

La decisión de mandarlo a remover fue particularmente del religioso, ya que el desprendimiento de las piezas podía causar una tragedia, alegó. “Tenía en mis manos el reporte de los ingenieros y arquitectos, consulte a mis colaboradores, pero la decisión la tomé yo”, insistió el arzobispo.

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Sin embargo, hubo técnicos que dijeron que era imposible que el mural se estuviera cayendo dado que en cada pieza usaron un pegamento especial llamado epóxipo, y que la decoloración del mismo que alegó la iglesia, era “casi nula”.

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En aquella ocasión, Llort criticó fuertemente a la iglesia señalando que la destrucción del mural había sido “una bofetada para los artistas y artesanos” que colaboraron en la obra.

Por su parte, María José Llort, hija del artista convocó a una conferencia de prensa en la que manifestó su desacuerdo con la opinión de los técnicos que manipularon los mosaicos.

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“Con todo respeto, a mí me parece que las declaraciones vertidas por el arzobispado, junto a la arquitecto que lo acompañó no tenían sentido, y muchas eran ilógicas o incongruentes en cuanto a lo expresado”, afirmó, entonces.

La joven agregó que como profesionales, sabiendo o no si era patrimonio o no, es de sentido común pensar que la obra que alguien construye merece respeto y que hay que consultar a las instancias correspondientes.

“Creo que la intención no era reconstruirlo sino destruirlo, porque si ellos querían reconstruirlo, por ética profesional tenían que consultar a la persona que hizo el trabajo, cualquier profesional en su área. Además dijeron que se habían tratado con cuidado y que se habían guardado en un sitio, cuando en las redes sociales hay fotos en las que se denota que fueron taladrados y tirados como ripio a camiones”, acotó.

“Muy a parte, si eso no patrimonio nacional y aunque a mucha gente no le gusta tal vez el tipo de arte. Es cuestión de respeto, de tratar con dignidad las obras de todos los artistas salvadoreños no sólo de Fernando Llort, sí aun Fernando Llort que tiene trayectoria se le trata de esta forma que esperan los demás artistas salvadoreños (…) Mi papá se siente triste, se siente consternado. No podía cree el día que le hable cuando nos dimos cuenta que estaba sucediendo esto”, dijo.

El arquitecto José Roberto Suárez explicó que dos meses antes de la destrucción del arte estuvo haciendo un estudio fotográfico de todas las obras inclusive el retable y el mural.

“El mural estaba en perfectas condiciones no vi un deterioro es más la cerámica no decolora. Si al caso había cerámica un poco más mate era por el mismo humo de los buses, lo podemos constatar con las piezas que tenemos la limpiamos y sale negro”, dijo el arquitecto.

“Mi pregunta es: ¿Dónde está la sensibilidad del arquitecto de analizar las piezas?, si ella detecta una pieza mala lo lógico es ir donde el autor, todavía vive Fernando todavía está el taller de cerámica”, añadió Suárez.

Suárez y Llort explicaron que muchas piezas de cerámica se craquelan, pero que se trata de es un proceso normal.

Ante esta polémica, el icónico artista dio por cerrado el tema el 12 de enero de 2012.

“Ni mi arte ni mi tristeza valen más que la paz y la armonía. Si mis palabras no construyen, prefiero guardar silencio… he optado por apartarme de todo asomo de discordia”, externó al informar sobre la postura que iba a tomar.

Llort hizo un llamado a la paz y exhortó a que se respete y dignifique el arte en país.

“Prefiero cerrar inmediatamente este triste capítulo de mi vida”, dijo.

Aseguró que el diálogo que anunció el arzobispo de San Salvador nunca inició y ante ello vio “oportuno” apartarse.

También llamó a la Iglesia y la Secretaría de Cultura, para que encontraran una solución correcta a la destrucción del bien público, que estaba en proceso de ser declarado Patrimonio Nacional.

Asimismo reiteró su respeto hacia la jerarquía de la Iglesia Católica y dijo apreciar “las palabras de conciliación” de Escobar Alas.

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Protestas

Tras la remoción del arte, diferentes grupos de personas, entre artistas y jóvenes, protestaron en repetidas oportunidades, por el retiro del mural que había elabora Fernando en la fachada del templo.

“El arte se siente lastimado porque no se pueden tomar acciones arbitrarias en contra de la voluntad de un pueblo, porque este mural representaba la historia reciente de nuestro país”, dijo el poeta Alexander Campos.

El escultor Guido Montúfar sostuvo que el retiro de la obra de Llort provocó indignación general entre el gremio de artistas porque se“enmarca dentro de esta situación en la que necesitamos  realmente de una nueva cultura para El Salvador”.

Actualmente, en la fachada de la catedral no se encuentra ningún tipo de arte.