¿Conoces la historia de El Chupacabras? la extraña criatura que aterrorizó a los salvadoreños en los años 90

Esta "bestia", como la llamaba la gente, era responsable de la muerte del ganado en algunas zonas del país

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Chupacabra / Foto Por Archivo EDH

Por elsalvador.com

2018-05-02 6:17:41

En los años 90 una criatura, conocida como el “Chupacabras”, desafió todas las leyendas y alcanzó fama mundial; El Salvador no fue la excepción. Noticieros, medios impresos y radiofónicos hablaban del temor que la gente sentía por esta especie.

De acuerdo con publicaciones de El Diario de Hoy (EDH), esta bestia, como también la llamaba la gente, era responsable de la muerte del ganado, al cual le succionaba toda la sangre a través de perforaciones en el cuello.

Archivo EDH

El 5 de junio de 1996, EDH publicaba una nota principal titulada: “Tres animales atacados, ¿llegó el `Chupacabras´?”, en esta se describía cómo una cabra de seis meses fue encontrada muerta, otra vivía aunque con lesiones en el cuello; mientras que, la tercera había sido mordida en una pata.

“Temor, superstición y curiosidad ha despertado el ataque a tres cabras en el caserío Los Elías, al poniente de San Vicente. Los vecinos temen se trate del `Chupacabras´”, detalla la publicación.

Al día siguiente, en la nota de seguimiento, algunos expertos opinaban que los animales habrían sido atacados por un coyote o un tigrillo; sin embargo, esta hipótesis nunca fue comprobada y los habitantes siempre sostuvieron que se trató de un ataque del “Chupacabras”.

Antes de que este extraño suceso ocurriera en el país, medios internacionales ya habían reportado hechos similares, en los que el terrorífico personaje, también, era el protagonista.

Según Benjamin Radford, del Comité para la Investigación Escéptica, de Estados Unidos, la primera persona que vio al “Chupacabras” fue Madeylen Tolentino, en Canóvanas, Puerto Rico, en 1995.

Tolentino lo describió como un ser terrorífico, parecido a un extraterrestre, que pasó frente a la ventana de su casa.

Luego, otros pobladores lo describieron como una criatura bípeda (que tiene dos pies), de entre 1.20 y 1.50 metros de alto, con grandes ojos, púas a lo largo de su espalda y largas garras.

El “Chupacabras” del 2000

Cinco años más tarde, a principios del años 2000, hizo su aparición un “Chupacabras” diferente. Esta versión guardaba rasgos de la criatura que había sido descrita en los primeros reportes, pero ahora se parecía menos a un extraterrestre.

De hecho, en esta década fue descrito como un animal sin pelos en la piel, que se desplazaba en cuatro patas, como los perros.

El cambio de apariencia no le hizo perder credibilidad, por cuanto había testigos que reportaban haberlo visto y, por supuesto, estaban los cuerpos de los animales que había sido encontrados o cazados. Como científico e investigador, Radford vio aquí una oportunidad de oro. “Cuando tienes un cuerpo, todo cambia. Puedes tomar muestras de ADN, muestra de huesos, tienes morfología”, dijo Radford a la cadena de noticias BBC.

“Al principio era escéptico sobre la existencia de la criatura. Al mismo tiempo estaba consciente de la posibilidad de descubrir un nuevo animal. No quería ridiculizar el caso o descartarlo. Si el “Chupacabras” era real, quería encontrarlo”, explicó al medio internacional.

El punto para comenzar la investigación fueron los cuerpos de la especie. En su mayoría aparecieron en el estado de Texas y otras zonas en el sureste de Estados Unidos. Radford contabilizó 12 en total.

“Realmente eran tan horribles como las descripciones hechas por los testigos: sin pelos, demacrados y con la piel aparentemente quemada”, dijo. “Las expectativas se fueron disipando luego que las pruebas de ADN revelaron una realidad bastante corriente. Los cuerpos eran perros, coyotes o mapaches, e incluso uno era un pescado”, agregó.

“El motivo por los que estos animales fueron identificados como Chupacabras fue porque perdieron el pelo. Tenían sarna sarcóptica causada por ácaros, lo cual es muy común”, comentó Radford a la BBC.

La misma explicación científica, también se encuentra plasmada en el sitio web de National Geographic, la cual especifica que, al menos en los casos de ganado muerto en Estados Unidos, “se trató de coyotes infectados de sarna, lo que les provocó el poco pelaje, piel gruesa y un olor fétido. “Incapaces de poder cazar animales salvajes, los hambrientos coyotes acudían a presas más fáciles, mismas que no podían matar ni comer completamente”.

De modo que si toda la mitología que rodea al “Chupacabras” se derrumba ante las pruebas científicas, la historia de esta leyenda tiene todos los elementos para seguir atrayendo creyentes, sin importar lo extraño o inverosímil que parezca.

De hecho, algunos nuevos casos fueron reportados en El Salvador, en 2010, cuando socios de la cooperativa San Antonio, El Zaite, Sonsonate, quedaron sorprendidos por la muerte de cuatro terneros y atribuyeron el hecho a este extraño animal, aunque otros no descartaron que se tratara de algún rito llevado a cabo por personas.

Los terneros, fueron desgarrados del pecho y también tenían otras lesiones en el cuerpo, cuando se encontraban amarrados en el establo de la hacienda situada en el caserío El Cafetal, cantón Las Tablas. En el lugar había diez chivos en edad de amamantamiento.

Un mes antes, otras cinco terneras habían sido localizadas en las mismas condiciones: cortaduras a la altura del corazón y heridas causadas al parecer con garras en todo el cuerpo.

Algunos lugareños explicaron que escucharon ladridos durante la madrugada y descartaron que las cortaduras en las bestias fueran causadas por animales de rapiña, coyotes o gatos monteses. También indicaron que estos últimos han afectado a los ganaderos de la zona.

En aquella ocasión, un representante del Ministerio de Agricultura y Ganadería llegó al lugar para verificar lo sucedido, pero no pudo explicar el hecho.