Alejandro, un friki de los cómics que hace malabares para mantener a flote su negocio en cuarentena

Su pequeña tienda cuenta con un poco más de 5 años, y hace un año que se independizó. En la actualidad, se las ingenia para enfrentar los gastos, pagar a sus empleados y sostener su hogar.

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Alejandro (c) es un apasionado de las historietas, que decidió hacer de su pasatiempo una forma de ganarse la vida. Foto EDH / Cortesía Alejandro Morales

Por Rosemarié Mixco

2020-05-03 10:23:07

El decreto gubernamental que ordena a negocios cuyos productos no son de primera necesidad abstenerse de continuar con sus operaciones mientras dure la cuarentena está ahogando a pequeños empresarios como Alejandro Morales, un friki de los cómics y toda la micromercadotecnia relacionada con el género, que hace aproximadamente 5 años echó a andar The Comic Store.

En ese entonces, su economía familiar dependía de su empleo en la municipalidad capitalina. Pero hace un año aprovechó que en su lugar de trabajo ofrecieron indemnización al 200% para aplicar a ella e invertir esos fondos en su emprendimiento. Nunca imaginó que el coronavirus se cruzaría en su camino y complicaría sus proyecciones.

“Ya vivía de la tienda, para pagar todos mis gastos”, afirmó. El aislamiento lo ató de brazos, pero en tiempos difíciles algunas personas dejan que su creatividad se ponga a trabajar y se ingenian la manera de salir adelante. Este licenciado en Ciencias Jurídicas por la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer (USAM) es uno de ellos.

Mientras su esposa se enfoca en el teletrabajo, él hace malabares para seguir complaciendo a su antigua y nueva clientela a través de sus redes sociales. Fue así que surgió su “Programa Clientes Lealtad”, un mecanismo que le ha permitido seguir posicionando sus productos mientras el Gobierno crea opciones que favorezcan a pequeños negocios como el suyo, a corto o mediano plazo.

Con esta modalidad, el pequeño empresario salvadoreño se las ingenia para continuar con su emprendimiento durante el aislamiento. Foto EDH / Facebook

Pero, ¿en qué consiste este programa? Morales explica que en síntesis “tú puedes comprar o reservar mediante depósito o transferencia y tus productos quedarán apartados, los que se entregarán poscuarentena”. Ahora bien, estas personas quedan en una lista de clientes que recibirán beneficios exclusivos cuando la tienda vuelva a funcionar, ya sea a domicilio o con normalidad.

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La popularidad de las figuras Funko pop, los juegos de mesa y las historietas entre los frikis salvadoreños le ha permitido a este emprendedor sostener su negocio hasta el día de hoy. No solo ha logrado garantizar los gastos de su hogar, sino también pagar salarios (seis personas, algunas que paga por horas o tarea) y el alquiler del local. Sin embargo, no sabe cuánto más podrá hacerlo. Si al menos le permitieran entregar su producto a domicilio, las esperanzas de salir adelante en plena emergencia serían mejores. “La generalidad ha pagado para asegurar que tendrán su pedido”, enfatizó.

Asimismo, ha cuidado de mantener activas las cuentas de su negocio con videos, “lives” y recomendaciones de cómics para los conocedores. En esta labor, una amiga le apoya.

¿Y cómo estás haciendo para adquirir el producto?
“Tenía mi colchón y con los depósitos de los clientes. Casi que les estoy vendiendo lo que yo había preordenado. Eso sí, al proveedor no le cancele todo, pero sí le disminuí la cantidad de pedido. Es decir, si traía 50 de un producto, ahora solo he ordenado 30 o 25”.

Hay que destacar que uno de los artículos más populares entre la clientela de The Comic Store es el tierno Baby Yoda, que se volvió todo un fenómeno tras el estreno de la serie “The Mandalorian” en la plataforma Disney +, a finales del año pasado.

El salvadoreño espera pronto entregar su producto a sus clientes, aunque sea a domicilio, pues de esa forma podría continuar luchando. Por el momento, su casa le sirve como bodega. Foto EDH / Cortesía Alejandro Morales

Su pasión por el universo cómics y sus protagonistas son el motor que sostiene a este pequeño empresario salvadoreño que ante la adversidad no se da por vencido y continúa en la batalla, ese mismo espíritu luchador con el que se lanzó en 2014, aproximadamente, cuando decidió aprovechar un mercadito que organizó la alcaldía de Ayutuxtepeque para colocar su mesa y ofrecer sus cómics.

“La mesa era gratis por eso me animé. No tenía ni empleo ni nada y necesitaba pagarme la graduación de la U”, recordó Morales sobre sus inicios. “Ese día, luego de 8 horas, solo vendí 10 dólares, y como no tenía dinero para movilizarme, camine ocho cuadras de ida a ese lugar y ocho de regreso”, detalló.

Luego de esa primera experiencia, el entonces estudiante universitario aprovechó las redes sociales para promover su mercadería, mucha de la cual pertenecía a su colección privada.

¿El promoverte en redes te benefició?
“Me ayudo que era un nicho que tenia años sin tocarse y que a mí me gusta. Cuando comencé algunas personas me escribían no para comprar sino para venderme cómics que ya no querían. Yo procuraba comprarlos para tener más inventario”, recordó.

En esta imagen, se ve al salvadoreño cuando realizó su primera venta de cómics en Ayutextepeque en el año 2014, cuando tener una tienda propia era aún un sueño. Foto EDH / Cortesía Alejandro Morales

En medio de la incertidumbre y acechado por las preocupaciones diarias, este salvadoreño no piensa darse por vencido, pero es uno de miles que esperan escuchar, en los próximos días, una propuesta gubernamental que les permita continuar trabajando, sosteniendo su hogar y el de las personas que trabajan junto a él.