“Me negaron el derecho de enterrar el cuerpo de mi bebé”, la trágica historia detrás del testimonio ganador de los Juegos Florales

Duelo Silencioso fue el testimonio que resultó ganador en la primera edición de los Juegos Florales de este año, está basado en la experiencia de un aborto espontáneo.

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Hiliana y su esposo decidieron no intentar volver a tener hijo por miedo a pasar por el mismo maltrato. Foto Buchinche Colectivo

Por Nancy Hernández

2020-11-08 9:01:05

“Salió de mi vientre la bolsita del bebé y cayó al inodoro. Para mí eso fue traumático porque no pude hacer nada, no pude evitar que cayera al inodoro”. Esa frase demoledora refleja el triste momento que Hiliana Turcios vivió durante un aborto espontáneo.

Hiliana es actriz y escritora salvadoreña, su testimonio “Duelo silencioso” firmado bajo el seudónimo Madre de Dragones fue uno de los ganadores del premio XXVI de los Juegos Florales otorgado por el Ministerio de Cultura en la primera edición de este año.

El tema del testimonio de Hiliana es la violencia obstétrica y en este narra el duro proceso que vivió en el Hospital Materno Infantil “1° de Mayo” del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), cuando sufrió un aborto espontáneo, hecho ocurrido hace seis años.

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“Turcios expone el duelo individual y colectivo de una sociedad sobre un tema actual y vigente; la fortaleza y vitalidad del relato dinamiza la narración y externa la denuncia de un problema cotidiano que viven las mujeres en todas las sociedades”, destaca el fallo del jurado calificador sobre el trabajo de la artista salvadoreña.

La Madre y su bebé nació como tributo, pero ahora se ha convertido en una forma de denuncia por la violencia obstétrica. Foto Buchinche Colectivo

En 2014 Hiliana se dio cuenta que estaba embarazada, fue una sorpresa porque estaba planificando con el dispositivo intrauterino de cobre (DIU). Ella y su pareja, Henry Nunfio, no planeaban ser padres. Sin embargo, la noticia les llenó de mucha ilusión. “En 2014 quedamos embarazados, fue un embarazo inesperado, pero estábamos felices”, dice Hiliana y cuenta que desde la primera consulta para confirmar su sospecha empezó el tortuoso camino que terminó en el aborto. “Fui a pasar consulta para confirmar, pero el médico no me tomó importancia. Me dijo que no estaba embarazada, no me hizo exámenes. Después resultó que mi embarazo era de alto riesgo, tuve varias amenazas de aborto durante los tres meses.

El último mes me dijeron que ya estaba libre de peligro y dejaba de ser un embarazo riesgoso, pero no fue así porque tuve una ruptura de membrana”, relata Hiliana.

Cronología

La actriz cuenta que un jueves por la tarde empezó a sentir dolores y decidió ir a pasar consulta de emergencia al Hospital 1ro de Mayo del ISSS. Esperó desde las 4:30 de la tarde hasta las 8:30 de la noche para ser atendida, a pesar de estar en el área de emergencia y ser la única paciente, el médico no la atendió.

Hiliana Turcios presentó la estatua de La Madre y su bebé el 10 de mayo de 2016 en forma de tributo a las madre que han sufrido un aborto espontáneo. Foto Buchinche Colectivo

“Esperé cuatro horas en un pasillo vacío y donde el médico de turno no me atendía porque ya había terminado su jornada y tenía que entrar el otro médico. El otro doctor llegó tarde, ese día habían cambiado el sistema y él no lo podía usar. Él estaba más enfocado en querer aprender a usar ese sistema que en atenderme a mí, la única paciente que estaba ese día”, narró.

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Un aborto inevitable: “Cuando me revisó el médico me dijo que era un aborto inevitable, que no había poder humano ni poder divino que pudiera detenerlo. Me dieron medicina para provocarme el aborto, el bebé tenía que salir (como un parto normal) porque ya estaba muerto en mi vientre”, dice. Hiliana fue ingresada y a diferencia de otras pacientes que eran revisadas para ver el avance de la dilatación, a ella lo único que le aconsejaron fue que tomara una ibuprofeno.

Antes de iniciar el procedimiento para extraer el embrión, Hiliana pidió que le hicieran una segunda ultra, pero la doctora que la atendía se negó. Solicitó ayuda de una trabajadora social, acción que desencadenó un trato hostil de parte del personal médico, según la actriz. “Le pedí que me hicieran otra ultra para estar segura que mi bebé estaba sin vida porque yo sentía movimientos en mi vientre… albergando un milagro, quizás, y la doctora me la negó. Desde ahí empezó el trato de violencia de parte de los doctores”, recuerda. Sin embargo, asegura que el momento más difícil fue cuando expulsó a su bebé.

El testimonio Duelo Silencioso narra los maltratos psicológicos y emocionales que Hiliana sufrió por parte del personal médico cuando tuvo el aborto espontáneo. Foto Buchinche Colectivo

“Me dieron ganas de ir al baño, en la segunda vez que fui justo en ese momento salió de mi vientre la bolsita del bebé y cayó al inodoro. Para mí eso fue traumático porque no pude hacer nada, no pude evitar que cayera al inodoro. Recuerdo que salí, le conté a una enfermera qué había pasado y ella me acompañó al baño, sacó a mi bebé y todo su cuerpecito cabía en su mano”, relató Hiliana.

El siguiente paso era el legrado para limpiar el útero. La actriz recuerda que inmediatamente y “sin ninguna consideración” le exigieron firmar documentos donde hacía constar que el hospital y personal médico quedaba exento de “cualquier anomalía” que ocurriera durante el proceso.

“Pensé: ‘cómo me ponen a mí en esta situación, a llenar papeles que no comprendo’. No estaba en las condiciones psicológicas y emocionales para hacerlo, pero si no firmaba no me hacían la cirugía”, manifiesta Hiliana. No obstante, asegura que la mala atención, las frases hostiles que le eran dichas por el personal médico, todo el maltrato emocional y psicológico no se comparó al dolor que sintió cuando le dijeron que no le darían a “su bebé” y se enteró que sería desechado.

Ambos artistas decidieron no volver a intentar tener hijos. Ahora dedican su vida al teatro y arte. Foto El Bolero de Cristal, Teatro Cabaret / Alfredo García.

“Cuando pregunté si me iban a entregar a mi bebé la doctora me dijo que ya había salido a patología. El enviar a patología el cuerpo de un bebé significa mandarlo para hacer exámenes patológicos y desecharlo con todos los residuos del hospital. Me negaron el derecho de enterrar el cuerpo de mi bebé, este es un duelo que todas las mujeres que hayan tenido un aborto involuntario conocen y llevan encima. No nos permiten cerrar ese círculo y enterrarlo como es la tradición”, lamenta la escritora.

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Asegura que precisamente por esta razón su testimonio se llama “Duelo silencioso” y es una forma de rendir tributo a todas las mujeres que han sufrido un aborto involuntario, puesto que es un tema al que no se le da relevancia socialmente y es casi un tabú. Sin embargo, el proceso es frecuente en los Hospitales, según explicó Carlos Alberto Brizuela Alvarenga, pediatra neonatólogo, porque “todo aborto por lineamiento va a patología”. También el doctor Julio Valle explica que cuando se tienen menos de 20 semanas de gestación se llama embrión o producto porque aún no están completamente formados, por ello son enviados a patología para que se hagan estudios.

¿Dónde está el DIU?

Pero el caso de Hiliana no terminaba ahí, ella estuvo ingresada una semana en el hospital porque después del proceso y el legrado uterino nadie le dio información sobre el DIU, cuando cuestionó al personal médico le informaron que no lo encontraron y quizás lo había expulsado sin darse cuenta. Insistió tanto que los médicos decidieron hacer una ultrasonografía vaginal, pero el aparato no era visible. Luego le hicieron una radiografía pélvica y detectaron que el aparato estaba en cavidad abdominal.

“Según los médicos, esto implicaba hacer una cirugía de emergencia porque podía perforar algún órgano interno. Lo irónico es que a pesar de ser de emergencia tenía que esperar a que alguna paciente no llegara a su cita de cirugía para tener un cupo, así estuve cuatro días esperando la cirugía”, cuenta. A Hiliana le hicieron una videolaparoscopia a través de una incisión en su ombligo para introducir una sonda con una cámara y poder observar el interior de la cámara abdominal para encontrar el aparato, pero no lo detectaron.

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“Fue una cirugía innecesaria porque no estaba ahí, volvieron a buscar por cavidad vaginal en el útero y me explicaron que el DIU estaba pegado en una pared del útero casi a la salida. Nunca entendí cómo fue que no detectaron eso en la primera ultrasonografía vaginal”, se cuestiona aún Hiliana. La cirugía fue innecesaria, pero sin ella los médicos no habrían repetido la ultra pélvica y dado cuenta que la actriz aún tenía restos de placenta en el interior del útero.

El aborto espontáneo ocurrió cuando tenía 12 semanas de embarazo, el embrión no estaba completamente formado por eso fue enviado a patología. Foto Buchinche Colectivo

“Pienso que si hubieran encontrado el DIU me habría ido a mi casa con un legrado mal hecho, con restos de placenta que podrían haberse podrido en mi útero y eso puede causar cáncer o hasta la muerte”, comenta Hiliana.

Catarsis 

Hiliana pidió a su esposo un cuaderno y lápiz para escribir todo lo que le pasó, los tratos del personal médico, sus sentimientos y estados de ánimos. El objetivo era no olvidar nada, pero considera que sin querer inició la terapia que le ayudaría a sanar y equilibrar su estado psicológico y emocional.

Cuando regresó a su casa empezó a escribir el primer borrador de Duelo en Silencio, el tiempo pasó y hace tres años lo postuló en el mismo concurso, pero no ganó. Ahora durante el periodo de confinamiento implementado para disminuir los casos de COVID-19 en el país retomó el texto, lo modificó y volvió a postular. Dice sentirse feliz con el reconocimiento y el tributo que ha brindado a través de su trabajo a las madres que llevan ese duelo en silencio.

“Yo necesitaba gritar ese duelo silencioso que algunas mujeres hemos sufrido por abortos involuntarios y que llevamos de por vida. (…) No podría afirmar si con mi testimonio como ganador de un certamen literario estoy haciendo arte. Pero de lo que sí estoy segura y puedo afirmar es que es un trabajo plasmado con palabras escritas desde el corazón, del dolor y la necesidad de denunciar todo lo que hasta hoy ha sido normalizado”, dijo Hiliana al enterarse que había ganado el certamen.

Pero no sólo el testimonio le ha ayudado a cerrar la herida de la pérdida, también “La madre y su bebé”, una estatua viviente creada por ella y por su esposo les ayudó a ambos a superar y sobrellevar el dolor. “El 10 de mayo de 2016 se estrenó La madre, nació como tributo a nuestro bebé y las mujeres que han vivido esta experiencia, pero con el tiempo también se convirtió en denuncia porque la violencia obstétrica se da todos los días y miles de mujeres la sufren”, dice.

Después del aborto espontáneo la pareja decidió no volver a intentar tener hijos por temor a vivir un nuevo calvario igual o peor al vivido hace seis años. Hiliana siente que a través de los años ha ido “sanando”, cuenta que su proceso empezó con el cuaderno y el lápiz que su esposo le llevó al hospital, luego con la creación de La madre y su hijo y ahora con Duelo en silencio.

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“Esto no termina acá, aún hay mucho por escribir. Por mí, por todas las mujeres y sus parejas que llevan ese duelo”, concluyó. El 15 de octubre es el Día internacional del Duelo Gestacional y Perinatal, día que sirve para conmemorar y rendir tributo a las mujeres que han perdido a sus bebés antes de nacer. Además, octubre también es el Mes Internacional de concientización y conmemoración de bebés fallecidos.

Artistas en pandemia

Hiliana y Henry son conocidos en el medio artístico como Buchinche Colectivo, su especialidad es llevar alegría, color y reflexiones a su público a través de sus personajes. Entre los más destacados están El Sombrerero y la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas, Mamá Imelda y Héctor de la película Coco, el señor y la señora Claus. Ambos tenían un año de estar trabajando en una obra de teatro que estaban a punto de presentar cuando inició el estado de emergencia en El Salvador y la cuarentena obligatoria, por ello los fondos quedaron invertidos y detenidos en el proyecto. Además, durante los tres meses de pandemia no tuvieron trabajo. “La pandemia nos obligó a ponernos en pausa, primero porque se cerraron todos los espacios culturales, esto nos obligó a nosotros como artistas independientes a parar todo tipo de actividades y de trabajo. Dos días antes de la cuarentena empezábamos a tener movimientos de trabajo, sólo alcanzamos a cubrir dos. Estábamos en un montaje que ibas a estrenar el 27 de marzo, nos vimos obligados a parar todo. Por fortuna, Henry llevaba otro emprendimiento y eso nos ayudó a sostenernos”, cuenta Hiliana.

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Ambos esperan volver a trabajar ahora que “las cosas se están normalizando”, aunque saben que es difícil no pierden la esperanza de seguir haciendo lo que les gusta, continuar transmitiendo mensajes de denuncia, pero también diversión a la población salvadoreña.

Uno de los secretos que cuentan los señores Claus es que el vestuario no deja de ser acalorado, sobre todo si se camina por el centro de San Salvador.
La reina de Corazones y el Sombrerero Loco de la película Alicia en el país de las maravillas son dos de los personajes emblemáticos de Buchinche Colectivo.
Henry e Hiliana en la interpretación de Mamá Imelda y Héctor de la película Coco.