Arqueólogos descubren nueva estructura en Joya de Cerén

El hallazgo registrado en el Complejo 1 del parque arqueológico también incluye vasijas con semillas carbonizadas, más mazorcas de maíz y huesos de animales.

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En el complejo también fueron encontradas vasijas con semillas carbonizadas. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Mireya Amaya

2019-05-23 11:48:17

Una nueva estructura, seis vasijas de cerámica con semillas carbonizadas, tres mazorcas de maíz, una olla, abundantes restos de obsidiana y huesos de animales son el resultado de las excavaciones realizadas los últimos meses en Joya de Cerén, en el marco del proyecto “Construcción de Obras de Protección y Mejoramiento” del sitio, por un monto de $1,340,000, que inició a finales de 2018.

El único Patrimonio Cultural de la Humanidad de El Salvador sigue revelando más detalles de la vida doméstica de una aldea prehispánica que fue sepultada por las cenizas del volcán Loma Caldera, el año 650 d. C. aproximadamente.

La arqueóloga Michelle Toledo lidera las excavaciones que se realizan en Joya de Cerén. Foto EDH / Menly Cortez

Este jueves 23 de mayo, la Dirección de Arqueología del Ministerio de Cultura (Micultura) dio a conocer a la prensa los nuevos hallazgos en el parque localizado al noroeste de San Salvador, en el valle de Zapotitán, en San Juan Opico, departamento de La Libertad.

Según la arqueóloga que encabeza las investigaciones, Michelle Toledo, en diciembre pasado se confirmó la sospecha de la nueva estructura, en la zona sur del Complejo 1, la cual ha sido denominada Estructura 19.

La edificación presenta rasgos similares a los de una bodega y se encuentra en el área en donde se colocará parte de las zapatas de las columnas que sostendrán el techo nuevo que protegerá dicha zona. Allí mismo se descubrieron las vasijas con semillas carbonizadas, la obsidiana, y un depósito de desechos cerámicos y orgánicos, entre los que se encuentran fragmentos de huesos de venado, mapache y cánidos, que podrían ser de coyote o perro.

“Los huesos presentan calcificaciones que nos indican que el animal (cánido) sufrió de artritis, por lo que es seguro que fue un animal doméstico, porque con esa enfermedad no hubiera sobrevivido en vida silvestre”, explicó Toledo, quien estuvo acompañada del director de Arqueología del Micultura, Hugo Díaz.

Otro de los datos importantes que ha arrojado este hallazgo es que el terreno donde se ubica Joya de Cerén fue habitado por un tiempo prolongado, pues se ha identificado la remoción de suelos para nivelación.

“Siempre se ha pensado que Joya de Cerén estaba en colinas, pero no es así, hicieron nivelaciones para construir la aldea y para la irrigación de cultivos”, detalló la arqueóloga.

Bajo el suelo cultural del conjunto de estructuras — es decir donde caminaron por última vez los habitantes de Joya de Cerén— se ha identificado una ocupación previa, lo que sugiere que la aldea permaneció en ese lugar después de la erupción de la Caldera de Ilopango, en el año 535 d. C., aproximadamente.

El hallazgo registrado en el Complejo 1 del parque arqueológico también incluye vasijas con semillas carbonizadas, más mazorcas de maíz y huesos de animales. Foto EDH/ Menly Cortez

Bajo la Tierra Blanca Joven (TBJ), como es denominada la ceniza que expulsó el Ilopango, el equipo multidiciplinario a cargo de las excavaciones encontró fragmentos de cerámica tipo Usulután, la cual corresponde al período Preclásico tardío, entre el año 400 a. C. al 300 d. C.

Asimismo, Toledo indicó que en el Complejo 2 se descubrió una olla rojiza completa, que correspondería a la ocupación del período Posclásico, del 900 al 1524 d. C.

El proyecto que aún se lleva a cabo en el sitio arqueológico tiene como objetivo proteger las estructuras y contempla la construcción de tres cubiertas metálicas para los Complejos 1, 2 y 3, estabilización de taludes de ceniza, rehabilitación del museo, actualización de la señalética y del sendero interpretativo, el cual estará en español, francés e inglés.

Dicho proyecto es financiado con el apoyo del gobierno de Francia, a través del Comtié Bilateral de Canje de Deuda Franco-Salvadoreño, que otorgó un aporte de $900,000. El gobierno de El Salvador sumó otros $440,000.