850 años de llamas de fervor y cultura en Notre Dame

“Las gárgolas fueron retiradas hace una semana para poder llevar a cabo la remodelación, pero ellas eran las que cuidaban la catedral, y ahora cuando no están, se incendia. No había quien la cuidara”, feligrés que presenció el incendio.

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Detalle del incendio del pasado lunes 15 de abril. Arriba destacan las gárgolas. Foto EDH/ AFP

Por Dra. Katherine Miller

2019-04-17 4:49:01

Las campanas sonaban sobre una ciudad alegre por la liberación de los cuatro años de la ocupación de los Fascistas del Tercer Reich en 1944. Los Nazis habían sido derrocados y las campanas de Notre Dame lo declararon al mundo entero desde el corazón de París, el corazón de Europa.

Con lágrimas, en estado de choque y acongojados, los parisinos declararon, el pasado lunes 15 de abril, su profunda tristeza al mundo cuando hicieron vigilia frente a la hermosa catedral de Nuestra Señora de París (Notre Dame de Paris) durante las 15 horas en que se quemaba lo que, tal vez pensaban, eran sus sueños espirituales y culturales. Pero las paredes de piedra permanecieron como la fe de los feligreses. Las reliquias fueron salvaguardadas de la enorme conflagración: la túnica de San Louis IX, rey de Francia durante parte del siglo XIII, el clavo de la cruz en que fue crucificado Jesús Cristo (una pieza de la verdadera Cruz), el filo de la Lanza Sagrada, la Santa Esponja, estatuas y pinturas. La cruz del altar quedó intacta. Sobrevivió el órgano. El techo, hecho de 5,000 robles de los bosques de Francia del siglo XIII, se quemó. Las ventanas redondas de las rosas traslucientes todavía están, ya que las llamas fueron conquistadas.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se hizo presente y declaró “Notre Dame, c´est notre histoire” (la catedral de Notre Dame es nuestra historia). Y continuó, “no hay francés que no la sienta un poco suya”. El mandatario juró reparar y reconstruir el querido templo, y rescatarlo por la fe y por quienes lo adoraban por su cultura medieval de la desesperación, dirigiendo sus pensamientos hacia el Domingo de Resurrección. Dentro de las primeras 24 horas, las donaciones nacionales e internacionales para la reconstrucción de la iglesia sumaron 800 millones de euros.

Representación de la pintura de Notre Dame por Marc Chagall, 1955. Foto EDH / Colección privada

Parece que va a surgir, como siempre ha hecho a través de la historia, como la legendaria fénix que surge de las cenizas donde fue quemada para representar, de nuevo, la vida espiritual, símbolo de lo mejor de la civilización occidental. Sobrevivió. Y las procesiones de los parisinos y peregrinos internacionales comenzaron en las orillas del río Sena, frente a la destrucción de la Isla de la Ciudad (Ile de la Cité) donde está Notre Dame de París, allí se entonan cantos y banderas desde el día siguiente.

Veamos un poco de los 850 años de la historia intelectual, cultural y espiritual de esta magnífica catedral, centro de Francia. La escuela catedralicia creció y se hizo la Sorbonne en 1257, por un tal Robert de Sorbon. Simultáneamente un grupo de compositores de la escuela de Notre Dame, liderados por los dos compositores Leonin y Perotín del siglo XIII, comenzaron a agregar a la música eclesial otras voces, durante los siglos XII y XIII. Es decir, estos dos compositores cambiaron el canto llano (conocido como el canto gregoriano de una sola voz, cantado a capela y sin acompañamiento) a unas melodías polifónicas (ingeniosamente agregaron dos, tres o cuatro voces, siempre a capela). Eso era una etapa revolucionaria en el desarrollo de la música litúrgica.

“La consagración de Napoleón” en la catedral de Notre Dame, de Jacques-Louis David. Exhibido en el Museo del Louvre de París. Foto EDH / Museo de Luvre

Perotín, por ejemplo, escribió Sederunt Principes (Los príncipes sentados hablaron en mi contra) un introit en el año 1199 para la misa de domingo de Ramos para múltiples voces. También escribió el magnífico Viderunt omnes (todo el mundo verá) en el mismo año. Cuando escribió Beata Viscera, también polifónica, significando las sagradas entrañas de la Virgen María, quien, como virgen no recibió la Concepción Inmaculada del Santo Espíritu por su vientre, si no por la dulce y bella música de la iglesia: recibió la Concepción Inmaculada por su oído con la música de la misa. Estos son maravillosos saltos de calidad en concepción teológica y en la música, que en la Escuela de Notre Dame ya podían ser anotados porque la música de Perotín—la música de la ars antiqua de la Escuela de Notre Dame (l´École de Notre Dame)—cumplía con el invento de la anotación por escrito en forma de pneumas (notas de forma vacía que representaron el alma o el respiro). El invento de polifonía y la anotación fueron concebidos en la Escuela Catedralicia de la catedral de Notre Dame.

Pensando en el incendio del 15 de abril, es de recordar que la catedral de Notre Dame siempre ha estado en llamas: siempre creando llamas de fervor intelectual y religioso. Y eso para casi 1000 años.

La primera piedra de la catedral de Notre Dame de París en la Isla de Cité fue puesto en el año 1163, siguiendo el Abad Suger de Saint Denis, quien concibió las catedrales góticas que existen en toda Europa Occidental, todavía hoy. El altar supremo fue consagrado en 1182, por indicaciones del Papa Alejandro III.

Los reyes y reinas comenzaron a estar enterrados frente al altar después de que Geoffrey Plantagenet, hijo de Enrique II d´Anjou de Inglaterra y esposo de Eleanor d´Aquitaine, fuera el primero en ser enterrado allí. Después, San Louis, el rey Louis IX fue puesto en Estado en el año 1271.

Gárgola de la Catedral de Notre Dame. Foto EDH / AFP

Notre Dame fue una de las primeras catedrales que, arquitectónicamente hablando, incluyó mucha luz por las ventanas circulares en forma de rosa, en forma de transeptos y naves. Utilizaron, por primera vez contrafuertes voladores (flying buttresses), apoyos en forma de un arco en el exterior de la catedral para apoyar a los transeptos internos. Fue construido para albergar a 6,000 feligreses. Terminaron de construirla en el año 1323.
Cien años después, durante la Guerra de los Cien Años, una niña de 15 años, Juana del Arco, después de hacerse campeona y líder militar de los franceses contra los ingleses, fue quemada viva en 1431. Pero fue en la Catedral de Notre Dame que se dio el proceso de reconocer que los jueces la habían condenado por error y cambiaron su veredicto para comenzar su beatificación. De las muchas estatuas en la nave, se ve la estatua de Juana de Arco, santa de la Iglesia Católica Romana.

Históricamente, Notre Dame ha visto eventos espantosos: después de la Reforma Protestante, cuando una turba de Huguenots (protestantes franceses), en 1548, atacaron la catedral en la lucha para separar la iglesia del Estado. El templo llegó a ser un blanco para violencia anti-católica durante las Guerras de Religión del siglo XVII. Otro evento importante que debemos de marcar, en 1558, es la boda de María (Reina de Escocia) con el delfín de Francia.

Uno de los peores períodos en la historia para la catedral fue durante la Revolución Francesa, cuando los sacerdotes que querían mantenerse con vida fueron requeridos a renunciar su fe y a adherirse no al catolicismo sino a “ninguna religión más que a la Libertad”. El Comité de Seguridad Pública declaró que Notre Dame tenía que abrazar la nueva religión de la revolución, “El Culto de la Razón”. Hombres usando el vestuario romano con gorros frigios rojos entraron en la catedral y cortaron las cabezas de las estatuas de los reyes y reinas.

Escultura de Juana de Arco.

Llegando a 1794, la catedral fue utilizada por los revolucionarios como almacén para alimentos. En mayo del mismo año, Robespierre declaró que la catedral era el templo del “ser supremo”, o sea de él mismo. Siguiendo la cronología, en 1804, Napoleón Bonaparte se coronó en la catedral, quitándole la corona de las manos al papa y ubicándola en su propia cabeza.

Pasando muchos actos históricos, llegamos a 1914, cuando los Nazis comenzaron a dejar caer bombas en el catedral—20 bombas en total.

Tal vez vale la pena explicar que, a la mente europea del siglo XIII, la Virgen—Nuestra Señora, Notre Dame—representó un vínculo entre los humanos tan humildes y la majestad divina de Dios, y la Virgen María era mediadora para la población con su hijo, Jesús el Cristo. De hecho, el siglo XII vio la creación, por el orden Cisterciense, del Culto de la Adoración de la Virgen (la humanización de la virgen), quien iba ayudar a la humanidad y a inspirar a poetas como Dante Alighieri. La catedral de Notre Dame, como cualquier catedral, intentó funcionar casi como las grandes summae medievales, es decir, ser el centro de toda la sabiduría que se necesitaba para la vida aquí en la tierra y para la salvación del alma.

Esta catedral ha sobrevivido a la Reforma Protestante y a las Guerras europeas de religión, a la Revolución Francesa y a la Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial. Estamos en los albores de la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, nuestra catedral.