Enamoramiento, pleitos, celos e infidelidades pueden conocerse en la historia de Francisco y Josefa a través de los documentos del Tribunal del Santo Oficio, en resguardo en el Archivo General de la Nación (AGN) de México.
El AGN de México guarda grandes historias como la de una muñeca de trapo del siglo XVIII que perteneció a Francisco Xavier Palacios, un hombre que, por amor, se adentró en la vida religiosa pero que terminó vendiendo su alma al diablo.
Junto a la muñeca, se guarda también el informe que la Inquisición de México redactó cuando el propio Francisco se denunció a sí mismo por herejía.
Y la correspondencia que mantenía con su amada Josefa Sosa, quien confeccionó la muñeca para que la recordara, explicó este domingo a Efe el historiador y jefe del departamento educativo del AGN, Alejandro de Ávila.
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de México se estableció en 1569 por mandato de Felipe II y era un organismo encargado de perseguir y castigar los actos contrarios a la fe.
La historia de Palacios se inició en 1790 en la provincia de San Hipólito Mártir, Oaxaca, cuando se presentó ante el Tribunal del Santo Oficio y se culpó de blasfemar y haber pactado con el “príncipe de las tinieblas” para dejar la carrera religiosa, asimismo, mencionó que por insinuación de “la mala amistad de una mujer” se unió a la orden de Santo Domingo, pues ella le aseguró que así lo querría más.
En este caso, no fue necesario perseguir a Francisco porque en 1782 él mismo quiso colaborar con esta institución, que dejó por escrito el testimonio de quien fue fraile en el convento de Santo Domingo en la Ciudad de Oaxaca, además de las investigaciones llevadas a cabo por el comisario encargado del caso.