En la actualidad, el pueblo rom o gitano reside en 20 países y tiene 5 millones de personas que hablan la lengua romaní y sus dialectos. ¿Viven gitanos en El Salvador? ¿Quedaron algunas palabras del romaní en la lengua salvadoreña?
Tras haber sobrevivido a decenas de medidas legales coercitivas y a exterminios sistemáticos en la España de los siglos XVI y XVII, el pueblo rom o gitano fue autorizado por el monarca Carlos III para cruzar el Atlántico. Fue así como sus carromatos, carpas, anillos, pulseras, collares, peroles de estaño, trajes multicolores y sus familias numerosas recalaron en varios de los territorios de ultramar en las Indias Occidentales.
Con su llegada a las Américas, aquellos hombres y mujeres trajeron no sólo sus costumbres milenarias, sino también arrastraron la intolerancia, incomprensión, los señalamientos y demás actitudes negativas desarrolladas a su alrededor durante centurias, que los tipificaban de desarrapados, mendigos, oportunistas, ladrones, estafadores, ebrios, violentos y de costumbres más que cuestionables para la sana convivencia dentro de los límites imperiales españoles.
Radicados en territorio mexicano desde fines del siglo XIX, grupos de gitanos realizaban periódicas giras por diversos países del resto del continente americano. Con sus carromatos llenos de objetos para vender o intercambiar, se asentaban en predios baldíos o en las plazas de las poblaciones que visitaban. Las mujeres corrían a que les leyeran las manos, les tiraran las cartas, les prepararan filtros de amor o les mostraran los hermosos diseños plasmados en sus pieles morenas, con la tinta negra sacada de la planta pantanosa Pie de lobo, Marrubio acuático o Yerba de los gitanos.