A fines de abril o inicios de mayo de 1881, llegó al antiguo convento de San Francisco (ahora Mercado Excuartel, en San Salvador) una misión militar francesa, contratada dos años antes, en París, por el gobierno del doctor Rafael Zaldívar. Estaba compuesta por dos jóvenes capitanes de artillería e ingenieros militares, egresados de la Escuela Politécnica: Jaime Agustín Dambrum y el jefe de la misión, Fernand-Jean-Baptiste-Marie Bernard, conde de Montessus de Ballore (1851-1923).
Con ellos, el régimen del Dr. Zaldívar buscaba asegurar la profesionalización de sus oficiales y artilleros. Sus lugares de residencia, órdenes y sueldos se convirtieron en datos de acceso restringido.
El Banco Occidental de Benjamin Bloom
Durante medio siglo, esta empresa con sedes en Santa Ana y San Salvador fue uno de los bancos privados autorizados por el gobierno para emitir billetes.
En septiembre de 1881, a los 29 años de edad, falleció de fiebres el capitán Dambrum. Para reemplazarlo, se contrató al también capitán de artillería Albert Touflet, nacido en Thiberville (departamento de Eure, Alta Normandía), el 25 de julio de 1850. Graduado de la décima promoción (1871) de la Escuela Politécnica francesa (donde fue compañero del futuro mariscal Ferdinand Foch), desembarcó en el puerto de La Libertad, a las seis horas del 5 de mayo de 1882, del vapor estadounidense Río de Janeiro y su nombre fue registrado en la aduana como Alberto Jeuflet.
En cuanto a la misión militar que les fuera encomendada, ambos capitanes franceses cumplían con impartir sus cátedras teóricas y prácticas de artillería y estrategia militar, en pequeña escala. Más allá de eso, era imposible realizar prácticas militares de envergadura, porque —como bien lo reportara el ministro de Hacienda, Guerra y Marina, general de división Pedro Meléndez, ante el cuerpo legislativo, el 25 de enero de 1883— “el establecimiento definitivo de la Academia de Artillería ha tropezado con inconvenientes insuperables (…). Dos oficiales franceses de reconocidas aptitudes dirigirán el establecimiento. Entre tanto, uno de ellos dirige la construcción de la obra material del edificio, y el otro se ocupa de instruir diariamente a nuestros oficiales y soldados de artillería en ejercicios prácticos de esta arma (…)”.
El capitán francés y constructor aludido era Touflet, un desconocido hasta entonces, pero quien en ese mismo año fue declarado ganador de los mil pesos del concurso del plano para el nuevo hospital general de San Salvador, obra iniciada con la colocación de la primera piedra, el 12 de abril de 1891, e inaugurada el 13 de julio de 1902 como Hospital Rosales.