Obra salvadoreña gana máxima distinción del certamen American Art Awards

El artista salvadoreño Antonio Cañas recibió la máxima distinción del certamen American Art Awards gracias a su obra “Retrato de don Roberto”, un óleo que muestra el silencio estremecedor del alma de un indigente, pero que también representa una colectividad.

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Antonio Cañas nació el 20 de mayo de 1979 en San Miguel y se formó en el Centro Nacional de Artes (Cenar). / Foto Por EDH-Cortesía Antonio Cañas.

Por Sara Castro

2018-09-29 7:43:48

Luego de formar un taller de dibujo y pintura en el Centro Cultural de la Policía Nacional Civil (PNC), en el centro de San Salvador, el pintor Antonio Cañas decidió profundizar en los retratos y en 2012 comenzó una serie de cuadros sobre rostros de indigentes. Así nació “Retrato de don Roberto”, una pieza que lo ha puesto en el radar internacional una vez más.

Fue el certamen American Art Awards, en Estados Unidos, el que otorgó a Cañas el reconocimiento a la mejor obra de todo el concurso, donde participaban 59 países en más de 50 categorías.

Un mensaje de los representantes del concurso a través de Facebook lo invitó a que se inscribiera y participara. Ellos habían visto el trabajo de Cañas “por ahí volando en la web” y decidieron contactarse con él. El artista se inscribió y nunca imaginó obtener la máxima condecoración.

“El hecho de que reconozcan el trabajo afuera y que otros aprecien tu trabajo ya es un premio grande. El mayor beneficio del concurso es que es una ventana donde conocen tu trabajo en mercados más amplios”, explicó Cañas.

Y es que el concurso nace de la visión de un colectivo de galerías de todo el territorio estadounidense, que tienen como objetivo divulgar y apostar por el arte emergente y poco conocido. De esta forma, artistas de países como Lituana, Polonia, Alemania, Francia, China, Canadá y EE. UU. son expuestos para que otros museos, coleccionistas o galerías den un lugar a su arte.

La obra de este pintor ha sido expuesta en Canadá, Nicaragua, Guatemala, entre otros países. Fotos cortesía Antonio Cañas.

“Como fruto de este premio me contactó una galería que está en China. Ellos me han invitado a publicar mi trabajo en su página web”, comentó el pintor salvadoreño.

A seis años de creación, el “Retrato de don Roberto” continúa brindando satisfacciones a Cañas, y no precisamente aquellas relacionadas a un trofeo o distinción, sino a las que tienen que ver con el crecimiento estrictamente artístico, pues el autor considera este óleo como un cuadro con una fuerte carga psíquica. “Con él cerré un ciclo”, aseveró el pintor formado en artes plásticas del Centro Nacional de Artes (Cenar).

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Con “Retrato de don Roberto”, Cañas rompió su regla: no indagar en las vidas personales de los indigentes, y mucho menos en los causales de ese atribulado y carente contexto. Pero con este personaje él sentía un complicidad inexplicable.

“Don Roberto era un sastre y se había convertido en un hombre alcohólico. Sin embargo, había algo en él que me recordaba a mi madre… era la manera en cómo narraba anécdotas que me traslada a mi niñez. Eso me inquietaba mucho”, recuerda Cañas sobre el hombre a quien todos llamaban “Paciencia”.

Luego de que don Roberto apareciera golpeado y con el cabello afeitado, Cañas vio colores intensos en su rostro y cabeza que nunca había visto y pensó que era un buen momento para retratarlo con su cámara.

Óleo sobre tela: “Retrato de don Roberto”.

—Paciencia, mirá, yo no acostumbro hacer esto, pero quiero saber ¿por qué estás así?— cuestionó Cañas. Su modelo comenzó a contar cómo y por qué llegó a deambular por las calles de la capital. Mientras él narraba, Cañas congelaba cada ángulo posible: perfil, espalda, torso; pero no encontraba la postura perfecta. Cuando el artista decide finalizar la sesión y le invita a descansar es donde surge la magia, de acuerdo con el pintor.

“Cuando terminé el cuadro fue una experiencia abrumadora: descubrí, y no sé si lo vieron los jueces, a un hombre tumbado, más abajo no puede caer, en plena oscuridad, era un hombre en silencio (…) de eso que no se dice pero que siempre está en la mente y en el corazón, con eso te movés y te morís”, afirmó Cañas sobre la pieza ganadora.

En este óleo de 50 cm. x 50 cm., Cañas encontró que un individuo es capaz de hablar de una colectividad. “Esta pieza dejó de ser de Roberto para ser de todos. Hay un silencio que siempre guardamos”, afirmó.

Esa nueva perspectiva reafirmó al artista en su búsqueda por la simpleza, en el poder de la imagen en sí misma y en la reflexión sobre la expresión de los individuos.

Ese retrato de fondo oscuro, pero de luz en la mirada le abrió las puertas para empezar un nuevo proyecto sobre “retratos urbanos” de San Salvador que pronto conocerá el público.

Pieza “Retrato de don Pedro” hecha en lápiz conté.