Los Óscar se rinden al pop, en una ceremonia muy musical y poco reivindicativa
La gala 92 de los Óscar, que ha visto a la cinta surcoreana "Parasite" hacer historia en Hollywood, destacó como un espectáculo musical rendido al pop, con dosis de humor, pero pocos discursos memorables
Parece que los Óscar se tomaron en serio la petición que Joaquín Phoenix, triunfador de la noche, hizo en el arranque de la temporada de premios cuando ganó el Globo de Oro y recomendó a sus colegas de profesión no dar lecciones de vida y en su lugar “recibir el galardón, agradecerlo y bajarse del escenario”.
De esta manera, en su 92 edición, los segundos Óscar consecutivos sin presentador se ciñeron estrictamente a lo cinéfilo y se apoyaron en lo musical, especialmente con la anunciada actuación de Billie Eilish y la inesperada del rapero Eminem.
Ese fue, quizás, uno de los momentos que más rostros de sorpresa dejó en la noche, cuando Eminem comenzó a cantar sobre el escenario “Lose Yourself”, de la película “8 Millas” (2002), con la que ganó la estatuilla a mejor canción original.
Desde que el controvertido y popular rapero ganó el Óscar hasta su actuación en 2020 han pasado 18 años, por lo que las redes sociales, atentas a cada segundo de la ceremonia, no contuvieron su perplejidad -y alegría- por ver a este icono generacional en la gran fiesta del cine.