El cantante y compositor español Pau Donés Cirera, vocalista del grupo Jarabe de Palo, fallecido este martes a los 53 años, es autor de algunos de los grandes éxitos de la música española de las últimas décadas, como “La flaca”, “Depende”, “Humo”, “Grita” o “Bonito”, que ha plasmado en una docena de álbumes.
Pau Donés nació el 11 de octubre de 1966 en la clínica Sagrada Familia de Barcelona (España), según indica en su libro autobiográfico “50 palos… y sigo soñando”, aunque algunas biografías sitúan su nacimiento en Montanuy, un pueblecito del Pirineo de Huesca de donde es originario su padre, en el que residió durante algunas etapas de su vida y donde compuso muchas de sus canciones.
A los 12 años le regalaron su primera guitarra y desde entonces volcó su vida en la música. A los quince ya había formado con su hermano Marc, que tocaba la batería, el grupo J.& Co. Band, que más tarde se llamó Dentaduras Postizas.
Uno de los primeros “palos” que le dio la vida fue cuando, apenas cumplidos los 16 años, su madre se suicidó, y siendo el mayor de cuatro hermanos, “de la noche a la mañana pasé de ser hijo a ser madre”, al tener en cierto modo que sustituirla, según relató en su biografía, aunque esta tragedia también le sirvió de aprendizaje vital, explicaría en alguna entrevista.
Sucedió cuando él tan solo tenía 16 años y, desde entonces, tomó las riendas de su casa.
“De la noche a la mañana, pasé de ser un adolescente idiota con 16 años, que me pensaba que me iba a comer el mundo, que sabía todo, que mis padres no sabían nada… de golpe a ser madre, padre de mis hermanos y afrontar la vida con una responsabilidad que nunca había tenido y eso me hizo muy fuerte”, dijo a la prensa.
En su biografía desveló que paso de ser hijo a madre y que llegó a criar a sus tres hermanos junto a la música, una pasión que su progenitora les inculcó desde su infancia. Pero, ¿qué les enseñó su muerte?
“En mi caso fue una enseñanza estupenda porque me convertí en un Juan sin miedo y en un tío muy vitalista. Porque a mí me gustaba vivir, cosa que a mi madre no. Como a ella no, decidió que se iba. No sin antes dejar un mensaje claro: ‘Eh, si a vosotros os gusta vivir, no perdáis tiempo y no tengáis miedo, que esto vale la pena'”, dijo hace tres años en una entrevista concedida a ‘El Mundo’. No les preparó para un momento tan difícil ni tampoco dejó una carta de despedida, por lo que fue muy trágico. “No voy a contar el detalle. El primer momento es terrible y muy trágico. Pero con el tiempo, si yo soy quien soy y he llegado adonde he llegado, es gracias a ella. Y una parte importante de ese aprendizaje es ese momento”, aseguró.