Malú, fuerza y color femenino

Bajo el sol de una tarde, Malú está encima de un andamio, pintando una pared en Santa Tecla. Pero, en realidad, lo que está reflejando en su trabajo es el esfuerzo de muchas mujeres salvadoreñas.

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Malú es una artista urbana que ha pintado varios murales, el más representativo Los Delantales, en el mercado de Santa Tecla, también ha pintado al santo Romero. Foto EDH/Alejandro Pacas

Por Alejandro Pacas

2018-10-13 11:53:59

Guatemalteca de nacimiento y salvadoreña de corazón. Esa es la mejor forma de describir a María Luisa Sáenz Jaramillo, quien en el mundo artístico es conocida simplemente como Malú Sáenz.

Hija de un publicista guatemalteco y una diseñadora gráfica colombiana. Planteado ese escenario, es complicado que en sus venas no corra sangre con colores y talento; tanto que se considera alguien con suerte.

Ahora, a sus 29 años, Malú está convencida que está haciendo lo que le gusta y creciendo en un rubro que, según le han confesado, antes no existían muchas mujeres: el muralismo urbano.

“Me gusta plasmar mi trabajo en la calle porque es una galería abierta para todo el mundo, sin restricciones”, confesó.

En sus trabajos suele resaltar aquellos aspectos que día a día y para cualquier persona pueden resultar cotidianos, retrata mujeres y denuncia las injusticias que afectan a la sociedad.

A pesar de su talento y experiencia, Malú reconoció que es difícil trabajar en un entorno en el que suelen “darle más credibilidad a los hombres”.

De hecho, nos reveló una anécdota que vivió en mientras trabajaba en su último mural “Los Delantales”, ubicado en el el costado sur del Mercado Municipal de Santa Tecla.

“Tengo dos asistentes (una mujer y un hombre) y, cuando estamos los tres, la gente que pasa le pregunta a él sobre el mural y lo felicita a él”, expresó.

En “Los Delantales” Malú quiso rendir un tributo a las mujeres que trabajan comercializando productos en el sector informal. Un reconocimiento a un trabajo que, a lo mejor, ha sido invisibilizado.

A través de esta pieza de arte, Sáenz ha descubierto cómo es de verdad la mujer salvadoreña.

“La mujer salvadoreña es fuerte y hace cualquier cosa que esté en sus manos para sacar adelante a su familia. El delantal es delicado, atrás de él hay y quien lo anda puesto es una mujer valiente”, reconoció.

Parte de esa lucha y valentía también fue absorbida por Malú, quien no deja de soñar y de “aventarse” por crearse un nombre subrayado dentro del arte salvadoreño.