La mosca de la fruta es un verdadero dolor de cabeza para los agricultores.
La hembra deposita sus huevos en la parte carnosa de las frutas y cuando las larvas nacen, abren galerías para alimentarse, con lo que deterioran el fruto y dejan espacios para que distintas enfermedades afecten los árboles y sus cosechas.
En grande la variedad de frutales que pueden ser afectados. Naranjas, mandarinas, higos, mangos, nísperos y muchos otros se encuentran en la lista de preferencia de estos insectos.
Pero antes de pensar en la aplicación de químicos, se debe tomar en cuenta la eliminación de malezas, poda oportuna, para facilitar el paso de aire y luz solar entre las ramas y colocación de trampas que se hacen con recipientes en los que se puede colocar jugo de frutas o jarabe. Se les abren pequeñas “ventanas” y se cuelgan en las ramas de los árboles.
Las moscas ingresan pero no encuentran la forma de salir y mueren atrapadas.
Una opción en terrenos destinados al cultivo de frutales, es la siembra de arboles de nim, un repelente natural de muchas especies de insectos.
Hay que tener cuidado de eliminar los frutos afectados, que deben ser enterrados y cubiertos con cal para destruir las larvas.