Foto EDH/ Jessica Orellana
Solano Leiva explicó que la proliferación de larvas de zancudos puede tener relación con la necesidad de la población de almacenar agua para el consumo o los oficios domésticos.
Para el infectólogo es importante que se ponga atención a la crisis por falta de agua potable en el Área Metropolitana de San Salvador, ya que está zona geográfica tiene un alto índice larvario. En el departamento de San Salvador de cada 100 casas 21% tienen criaderos de zancudos.
Usulután tiene un índice del 12% y La Paz de 10%.
De acuerdo con el boletín epidemiológico, el 89% de los criaderos de zancudo están en depósitos útiles y un 10 % en inservibles.
“Con el hecho que no todos los salvadoreños tienen acceso al agua potable y que tienen que guardar recipientes con agua, eso hace que se vuelvan vulnerable y que siempre sea una amenaza latente el que podamos tener epidemia de dengue”, manifestó Solano Leiva.
El especialista añadió que El Salvador es vulnerable a tener una epidemia de dengue por las condiciones de hacinamiento, falta de acceso a agua potable, entre otras causas.
“Me llama la atención que en el país siempre tenemos los índices larvarios elevados, en ese sentido, es necesario que pongamos atención (ene el comportamiento del dengue) y que los esfuerzos que se están tirando para impedir la entrada del nuevo coronavirus no deben de quitarnos el ojo de las otras enfermedades que a diario nos afectan”, dijo el médico infectólogo.
Dengue una amenaza en América Latina.
Según la OPS, el dengue es un mal endémico, que afecta a todas las edades y se debe sospechar que una persona padece dengue cuando haya una fiebre elevada (40 °C) acompañada de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios o salpullido.
Los síntomas se presentan en un periodo de incubación de 4 a 10 días, después de la picadura de un mosquito infectado y el número de casos por dengue aumenta a medida que la enfermedad se propaga a nuevas zonas.
La OMS advierte que se están produciendo brotes epidémicos de carácter explosivo, influido por el comportamiento del cambio climático que inciden en enfermedades tropicales como el dengue.
Los niños, especialmente los menores de un año, enfrentan más riesgo de padecer dengue.
En El Salvador en el 2018 hubo un brote por la enfermedad en Santa Ana y se registraron siete muertes, mientras que en 2019, hubo 14 muertes a causa de la enfermedad.
Para Solano Leiva el comportamiento de la enfermedad es muy parecido al del año pasado.
Este año, Honduras ya registra tres muertes a causa de dengue y 4, 275 casos sospechosos; Panamá ya reportó la primera muerte a causa de esa enfermedad, tiene más de 1, 582 casos sospechosos y 656 casos confirmados.
“El dengue es la enfermedad de mayor impacto a nivel mundial. Eso nos pone en la línea que podemos llegar a tener brotes epidémicos, recordemos que Honduras el año pasado tuvo su brote epidémico, en México ha impactado fuerte el dengue”, añadió.
En sur América, Paraguay mantiene un brote epidémico de dengue, el cual ha afectado a más 35,000 persona y registra cuatro muertes; y según información de los noticieros hasta el presidente ha sufrido los estragos de la enfermedad.
El año pasado en América Latina el dengue tuvo un comportamiento de brotes epidémicos en el cual hubo más de 3 millones de infectados y provocó 1, 538 muertes.
El Salvador cerró con 27,470 casos y 14 muertes.
Para el 2019, el dengue alcanzó una afectación histórica en la región de las Américas sobrepasando en un 13% la epidemia del año 2015, donde se registró la circulación de los virus del zika y del chikunguña.
“El no tener acceso al agua potable nos hace que tengamos que guardarla y se vuelve fuente de criadero de zancudos, entonces por lo tanto va incrementar el índice larvario y nos va poner mucho más vulnerable al dengue, pero también si nos cae agua de mala calidad nos va a poner en riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos y por agua contaminada con heces fecales, como la fiebre tifoidea y la hepatitis A”, advirtió Solano Leiva.