Ingresos de tiendas de ropa bajaron más del 75%

Para los pequeños negocios de ropa, calzado y accesorios, la venta a domicilio es el único recurso para mantenerse a flote y que la caída en sus ingresos no los lleve a la quiebra.

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La mayoría de pequeños negocios han encontrado en el domicilio, la única forma de seguir adelante. Foto EDH/Archivo.

Por Tania Urías

2020-04-24 9:00:30

Carteras, zapatos, accesorios de belleza y ropa no son considerados artículos de primera necesidad y por lo mismo se fueron a pique en todo el mundo, una vez comenzó la emergencia.

Sin embargo, tras su comercialización hay decenas de pequeños emprendimientos que permanecen al borde de la quiebra por los efectos de las medidas contra el COVID-19.

Se trata de negocios que comenzaron en el garaje de una casa o de ventas ambulantes y que poco a poco fueron creciendo.

Son además negocios que generan cientos de empleos para salvadoreños que invirtieron todos sus ahorros y que hoy, cerrados desde hace mes y medio, comienzan a experimentar números rojos.

Una de ellas es Sthefannie Sandoval, administradora de una tienda creada hace cinco años por ella y dos compañeras de estudio. Las tres iniciaron vendiendo en los pasillos de la universidad y ahora tienen cuatro locales. La joven cuenta que las ventas se han reducido y que los patrones de consumo han cambiado, porque la gente ya no quiere ropa para ir al trabajo o a una fiesta.

Ahora las jóvenes han debido invertir en ropa fresca para estar en casa en un esfuerzo por seguir vendiendo y a domicilio, un modelo nuevo para ellas.

Lo mismo le ha sucedido a Rodrigo Sánchez, propietario de dos tiendas de artículos para caballeros que está logrando colocar un 40% del total que vendía en un mes, gracias a los envíos.

Sofía Aparicio, April Store.
“Las ventas se redujeron desde la primera semana de marzo”

Sofía conoce de primera mano lo que es comenzar desde cero. Ella inició su negocio de ropa vendiendo entre amigas y hoy es dueña de tres tiendas, las cuales debido a la cuarentena permanecen cerradas. Las ventas, contó Sofía, comenzaron a bajar a partir de la primera semana de marzo y ha perdido hasta el 90% de los ingresos. Sin embargo, la compra de regalos para una novia que no se puede visitar o para una esposa que es enfermera, son parte de las compras que está recibiendo y el servicio a domicilio es el único que la mantiene a flote.

Sofía asegura que aunque es difícil seguir en pie, la crisis le ha dejado varias lecciones. “He aprendido que los emprendedores nunca debemos bajarnos de la tabla de surf, debemos adaptarnos rápido ante cualquier situación”, dijo.

Alfonso Cornejo, tienda Jacarandas.“El domicilio será nuestra estrategia”

Con siete tiendas – tres de ellas en formato de franquicia- Jacarandas ofrece ropa para damas y caballeros, perfumes y otros accesorios.
Hasta esta fecha todo su movimiento ha sido la venta en físico. Sin embargo, Alfonso Cornejo, el administrador general, contó que luego de analizarlo y ver que están con cero ingresos han diseñado una estrategia para comenzar a vender desde el 1 de mayo próximo, usando una plataforma en línea y además reforzar sus redes sociales.
Alfonso reconoce que dejar de vender no es una decisión que ellos puedan tomar como empresa, porque del negocio dependen 20 personas.
“Hemos diseñado un plan para salir adelante, que incluye tres pasos que van más allá de vender en línea; queremos estar cerca de los clientes, conocerlos y saber qué quieren, así como el mercado al que nos enfrentamos y reinventarnos a través del mundo digital”, expresó Cornejo.

Kamelia Store, ropa.
“La tarea es darle el lado humano a la marca”

Un total de 26 colaboradores- entre las cuatro tiendas- y muchos proveedores- dependen de este negocio. Fundada por una joven de 30 años y administrada por ella y dos amigas más de la misma edad, las tiendas fueron cerradas debido a la cuarentena, como parte de las medidas para contener el virus.
Sin embargo, Sthefannie Sandoval, una de las administradoras, asegura que la venta a domicilio, un modelo nuevo para ellas, les está permitiendo seguir a flote.
Al igual que el resto de emprendedores consultados, para Sthefannie y sus compañeras, la experiencia de la crisis y los bajos ingresos les ha hecho entender que innovar y hacer uso de las herramientas digitales es hoy más necesario que nunca.

Rodrigo Sánchez, Catrín y Roko Surf Shop. “La crisis es una oportunidad”

Rodrigo Sánchez posee dos tiendas, una que ofrece tratamientos para la piel y para el cabello exclusivos para caballeros, y otra de venta de ropa.
Él asegura que fue una sorpresa que la gente siguiera comprando, aunque reconoce que los ingresos bajaron un 60%.
Rodrigo, un emprendedor nato, sabe que es un mundo de altas y bajas, por eso dejar de vender no es una alternativa. “Solo hay que buscar cómo hacerlo, sin faltar a las medidas dictadas por el gobierno”, aconseja.
Él y sus cuatro colaboradores tienen un horario en el que pasan promoviendo los artículos en redes sociales y por supuesto enviándolos a domicilio, un modelo que debieron adoptar debido al confinamiento de la gente.
“Tuvimos que reinventarnos, tuvimos que optar por los envíos, porque hay que pagar los salarios y hay que vender como sea”, cuenta.
Él reconoce que están recibiendo ingresos inferiores a los que tenían en las tiendas y que sus productos no son de primera necesidad, además de que la venta, una vez pase la crisis, podría reducirse aún más. “Ahora que la gente está en casa tiene más tiempo de seguir tratamientos de la piel y esas cosas, eso elevó el consumo, por ahora”, dice.
Sin embargo, el joven emprendedor está optimista y convencido de que esta crisis le ayudará a reinventarse. “Cuando uno se ve cercado en la vida se despierta la creatividad para pensar fuera de la caja . Ahora nosotros estamos pensando en un unicomer formal, la tienda en línea se quedará;vamos a apostar a eso, esa es la lección”, dijo.

Fátima Quijada, Walk In Closet, tienda de ropa. “Es importante estar cerca del cliente siempre”

Fátima inició con su emprendimiento en 2009, posee una tienda de ropa y accesorios para mujeres en la colonia San Benito y de ella dependen cuatro colaboradores.
Ella asegura que al igual que el resto de negocios como el suyo, se vio obligada a cerrar, pero rápido estableció estrategias para salir adelante, como las ventas en línea, las entregas a domicilio y los descuentos especiales por órdenes.
Fátima contó que ella ya tenía el servicio de envíos, ya que desde hace más de un año cuenta con una página web y de venta en línea, lo cual le ha ayudado a sostenerse y a que la caída en ingresos no sea tan abrupta.
Por ahora ese canal le está permitiendo mantenerse a flote, aunque cree que ha cambiado la forma en que la gente compra y, sobre todo en días de crisis, las razones por las que compra. “No somos un bien esencial, sin embargo, las mujeres siguen cumpliendo años, celebrando ocasiones especiales aún estando en casa, y sabemos que siempre nos hace sentir especiales o nos sube el ánimo utilizar una prenda nueva”, dijo.
La emprendedora también está convencida que a partir de ahora las necesidades en cuanto a conveniencia y estilos de compra cambiarán, avanzando hacia lo digital.
“ Es necesario reinventarse, no solo en tiempos de crisis; aprender a tomar los retos como vengan y actuar fríamente y no a raíz del temor sino de las ganas de salir adelante”, declaró.