Cierre de año, en grande. Así finaliza Uriel Canjura, jugador salvadoreño de bádminton, su 2019. Días pasados, regresó de España, donde está jugando, entrenando y estudiando. Volvió para recibir la Espiga Dorada, por segundo año consecutivo como Estrella, y ayer se consagró campeón del II Open Internacional de este deporte.
El oriundo y orgullo de Suchitoto puso en alto al país, al llevarse la presea de oro, al ganar la final al estadounidense Howard Shu, sembrado dos del evento, tras imponerse en tres sets: 21-11, 11-21 y 21-13. El nacional terminó muy satisfecho , sobre todo porque para él su prueba de fuego fue antes de este partido, como lo describió a Cancha.
“Emocionado. El torneo estuvo bien difícil, desde la primera ronda, porque en cuartos de final era la prueba de fuego contra el sembrado uno (el cubano Osleni Guerrero); y en semifinales, estuvo menos intenso, pero siempre fue difícil”. Luego, agregó: “Y la final fue bien dura. En el primer set, estuvo equilibrado; en el segundo set, lo jugó inteligente el de Estados Unidos y no me dejó hacer nada (Shu); y en el tercero, cambió el plan de juego, eso funcionó y nos dio la victoria.
Igual sabía que iba a ser muy difícil, es un jugador olímpico exigente. Poder ganarle es un sueño”. Sus sensaciones, las describió así: “Estoy emocionado. Es mi primer torneo internacional así en mayores que gano, y qué mejor manera que hacerlo en casa. Todavía no me lo creo, porque es un torneo de mayores, y en esta etapa es increíble”. El atleta, quien en enero regresaría a suelo español, fue el único que ganó por el país un primer lugar, el resto sumó tres bronces, demostrando que sigue siendo el mejor en este deporte, en masculino. “Feliz, sin duda emocionado, mi familia está contenta por esto”.