Usar mascarilla es una de las más importantes recomendaciones que hacen los médicos, gobiernos y especialistas en esta pandemia provocada por el contagioso virus COVID-19. En el caso de El Salvador, el Ejecutivo incluso analiza imponer su uso como obligatorio en espacios públicos y para libre circulación.
Partamos de un punto clave: el solo uso de la mascarilla no es suficiente para evitar el contagio. Se debe aplicar el distanciamiento físico de dos metros, lavado de manos con agua y jabón, uso de alcohol-gel, etc. Sin embargo, ocupar el cubrebocas sí es de beneficio para evitar mayor contagio.
Pero, bueno, hay una gran variedad de mascarillas. ¿Cuáles son realmente efectivas para frenar el virus? Además, está la duda de cuándo usarla. ¿Debo hacerlo en mi casa, en el trabajo, todo el tiempo, dormir con ella? Y después, ¿cómo se debe ocupar correctamente?
Vamos por partes. ¿Cuáles usar? Al inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud recomendó, al público en general, el uso de bufandas o cubrebocas de tela, porque hacerlo al menos evitaba la transmisión de partículas grandes a través de las gotas de saliva, fuera al hablar, toser, estornudar, gritar, etc. La lógica era que ocupar este tipo de mascarilla era mejor que no usar nada.
Esta recomendación tiene otra intención, y es que las mascarillas quirúrgicas (hechas de capas de tela sintética respirable) y las de tipo N95, que tienen mayor capacidad para filtrar el aire y evitar el ingreso de partículas al cuerpo, queden destinadas solamente para el personal de Salud. La idea es no desabastecer el mercado para que estos profesionales estén siempre bien cubiertos.
De hecho, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), parte del sistema de Salud del Gobierno de Estados Unidos, subieron a sus sitios en Internet distintos tutoriales, videos e imágenes, para que las personas puedan fabricar sus propias mascarillas caseras.
La clave es ocupar tela bastante gruesa y con varias capas (alto contenido de algodón, edredones, franelas, tejido apretado), de tal forma que al verlas contra una fuente de luz, esta luz no pase fácilmente. Recomiendan, también, incluir entre las capas un filtro casero, por ejemplo de los que se ocupan para hacer café, en aspiradoras, toallas de papel, etc.