Durante 30 días, El Salvador se quedará sin turistas internacionales, debido a la cuarentena decretada este miércoles por el Gobierno de El Salvador. La medida gubernamental establece que ningún extranjero podrá ingresar al país, a menos que sea residente o diplomático.
Francisco García, presidente de la Asociación Salvadoreña de Operadores de Turismo (Asotour), explicó que para ellos será grande, debido a la falta de turistas.
Una estimación preliminar realizada ayer mismo por las 24 empresas que pertenecen a la gremial, reflejó que la pérdida en los primeros 21 días de cuarentena será de $281,835; en Semana Santa será de $77,637; y en cuatro meses la cifra alcanzará los $1.4 millones. Y además son 232 familias afectadas en forma directa.
“Asotur comprende la urgencia e importancia del decreto y nunca va ir va a ir en contra del beneficio y seguridad del pueblo. Y en ese sentido hemos hecho llegar un documento en el que solicitamos la creación de una mesa técnica con el Ministerio de Turismo, a fin de manifestar las limitantes que nos están afectando”, expresó.
La idea es lograr puntos en común que beneficien al sector de Operadores Turísticos y el gremio turístico nacional.
“Afortunadamente la Ministra (Morena Valdez) y su equipo han trabajado incansablemente y nos han atendido, y este 13 de marzo tenemos la primera reunión de las gremiales de turismo. Agradecemos el apoyo en medio de la crisis”, expresó.
Los puntos a tratar en la cita serán apoyo económico para el sector, promoción local y una estrategia de posicionamiento de país al disminuir el COVID-19, dijo García.
Las agencias de viaje también han resultado afectadas. Rodrigo Salazar, gerente general de ProViajes, aseguró que es una situación sin precedentes, pues todo lo que habían vendido para marzo, abril y mayo está cancelado en un 80 %.
Las familias que habían comprado hacia destinos como Europa, Asia, Estados Unidos, entre otros, los están cancelando por el temor a que a su regreso los dejen en cuarentena.
El problema, según Salazar, es que al cancelar el paquete solicitado y reprogramarlo, las agencias deberán negociar el cambio de la fecha con las aerolíneas y hoteles, lo cual podría resultar en una tarifa diferente a la contratada.
Salazar, quien también pertenece a la junta directiva de la Asociación de Agencias de Viaje de El Salvador, dijo que por el momento la agencia tiene toda la capacidad instalada para resolver las dificultades generadas por la cuarentena a los clientes.
Sin embargo, en el corto plazo deberán mandar a los empleados a hacer “home office” o de vacaciones para disminuir el impacto económico.
Alvaro Cuéllar, director propietario de Network Travel y miembro de Asotour, sostuvo que la pérdida es grande, pues los paquetes que ya se tenían reservados se “cayeron”.
Cuéllar añadió que al cerrar el ingreso a extranjeros, el turismo receptivo cae de inmediato, pues “ellos son nuestra materia prima”.
En su opinión, la afectación es en cadena, desde los taxistas que están afuera del aeropuerto, quienes hacían entre 15 y 20 viajes diario; los hoteles que no tienen turistas; y las agencias que tiene pérdidas en venta de boletos y paquetes turísticos.
Los empresarios de ambos sectores consideran que el gobierno debería presentar para el sector, pues la falta de ingresos afectará el compromiso salarial con los empleados y el pago de préstamos, entre otros.
“Comprendemos la medida acordada por el gobierno, pues es por el bienestar del país, sin embargo, impactará a todos los sectores económicos, sobre todo al turismo”, aseguró Leonor Castellanos, presidenta de la Asociación de Pequeños Hoteles de El Salvador.
La gremial, que aglutina 26 hoteles, considera que los proveedores de productos y servicios también serán afectados, pues sin huéspedes no se pueden comprar demasiados insumos.
Castellanos, quien es propietaria del hotel Mariscal San Salvador, dijo que debido a la cuarentena no viajaron 16 turistas canadienses y 10 costarricenses, que se hospedarían en el hotel.
La empresaria estima que la cancelación del grupo de canadienses le ocasionará a la empresa una pérdida estimada de 3,000 dólares en una semana.