Transporte escolar y de personal pierde 75% de ingresos

Microempresarios consideran que las medidas del Gobierno no dan líneas claras de cómo se va a reactivar la economía en su rubro y les angustia que ya no tienen cómo subsistir.

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El servicio de transporte escolar fue uno de los primeros en quedar parado debido a la suspensión de las clases, el pasado 11 de marzo. Foto EDH / archivo

Por Magdalena Reyes nacional@eldiariodehoy.com

2020-05-18 4:25:40

Los microempresarios de transporte escolar, de personal y de turismo resienten el golpe en sus bolsillos ante las medidas sanitarias, porque desde que apagaron los motores de sus vehículos sus ingresos han caído un 75%.

Evelyn Urías, en representación de la cooperativa ACOTREMYSS (Asociación cooperativa de aprovisionamiento, ahorro y crédito de trabajadores escolares de los municipios de Mejicanos y San Salvador), explica que los rubros de transporte escolar, universitario, en turismo, portuario y de personal (empresarial) han sido duramente afectados por la pandemia.

Los transportistas de estudiantes dejaron de operar desde el 11 de marzo que el Ejecutivo emitió el decreto mediante el cual se suspendieron las clases, lo que los dejó con los brazos cruzados y sin ingresos.

Para Lorena González, gerente de la empresa de transporte Línea Rosa, el Gobierno ha sido lento buscando un plan de reactivación.

“Necesitamos políticas, reglas y opciones claras acordes a las necesidades. Financieramente este sector está totalmente golpeado, no hay liquidez, no hay dinero. Los ingresos han bajado en 75 % y los primeros días de marzo fue casi el 100 %”, según González.

Afirma que como sector deben ir planeando en el día a día porque el plan de reactivación es demasiado lento.

“Creo que no hemos sido vistos como todos los sectores en diferentes áreas; creo que hemos sido impactados y no estamos incluidos en ese plan de reactivación que se está viendo de una manera sesgada. Como sector transporte no nos vemos implícitos y cambian las reglas del juego a cada momento”, reprocha González.

Añade que “hay incertidumbre, no tenemos nada claro. A nosotros como emprendedores no nos han dado líneas claras el Ministerio de Economía; creo que ni ellos lo tienen claro”.

A la emprendedora le preocupa que, en caso de que la cuarentena se alargue 15 días más, el futuro de sus operaciones es incierto y no le queda más que tratar de innovar para seguir operando.

“Ha sido difícil estos dos meses y ahora con dos meses más sería de tratar de ser bastante ingeniosos”, apunta.

González pide al Gobierno tomar en cuenta que el 90 % de las pequeñas y medianas empresas son lideradas por mujeres que generan empleos y además tienen que aportar económicamente a sus hogares.

Urías, quien tiene 17 años de dedicarse a este tipo de servicios, externa que “así como van las cosas, vamos a terminar el año en la misma condición. Lo triste es que hay muchas familias que dependen de este sector”.

La microoempreseraria afirma que no ha tenido ingresos desde que comenzó la cuarentena y ella al igual que sus colegas tienen créditos con los que están pagando sus unidades de transporte, además de créditos personales e hipotecarios y la responsabilidad financiera de sus familias.

“Un pequeño porcentaje fue beneficiado con lo del bono de $300, únicamente el 22.3 %, según nuestra encuesta”, explicó. El sondeo lo realizaron entre 1,070 empresarios del transporte privado, acota.

Con la restricción del más reciente decreto Ejecutivo, que prohibe la circulación de transporte público, algunas empresas han contratado el servicio de transporte de personal y eso de alguna manera les ha permitido operar, pero Urías dice que únicamente un 35 % de transportistas ha podido activarse en este tipo de servicio.

Ante la falta de ingresos, la mayoría de los empresarios se ha acogido al beneficio de no pagar sus cuotas crediticias en estos últimos tres meses y han tenido que buscar otras opciones para sobrevivir.

Urías mencionó que algunos de los transportistas se han dedicado a la venta y entrega de frutas, verduras, huevos y lácteos, pero no todos tienen para hacer esa inversión.

Gilberto Castillo, un hombre de 50 años que tiene 19 años de dedicarse al transporte escolar, afirma que ya no tiene ingresos. “Uno se rebusca con ver qué hace, pero en estos días he sobrevivido con lo que me dan mis familiares, unos frijoles y comida, porque el microbús lo tengo guardado”, cuenta.

Dice que con estas últimas restricciones ya no pudo hacer viajes con vecinos y parientes que le permitían recoger unos $2 para la comida. “Uno se puede quejar y nadie escucha, a mi no me salieron los $300. Ahí estamos haciendo dos tiempos de comida cuando se puede”, relata.

Castillo afirma que un dueño de una panadería le permite trabajar algunos días de la semana para cargar y descargar pan y le paga $6 al día, con lo que va subsistiendo.

En el caso de los que dan servicio de transporte de turismo están en más aprientos, pues han adquirido deudas para tener vehículos de años más recientes.

“El mismo sistema exige unidades nuevas y se han tenido que endeudar y el valor de ellas es de $30,000, $35,000 con cuotas de unos $800 al mes”, dice Urías.

Entre las solicitudes del sector es que este año no se les exija renovar permisos porque les implica pago de unos $200, en un año que ha sido atípico y de bajos ingresos.

Además solicitan se les prolongue el tiempo de gracia para el pago de créditos, así como poder operar con los permisos vencidos.