Teléfonos robados pudieron ser pista para dar con asesinos de sindicalista ejecutado en Usulután

De acuerdo con fuentes cercanas a la familia, horas después de que los supuestos policías cometieran el homicidio y el robo, usaron por lo menos uno de los siete teléfonos que se robaron.

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Él era Jared Baltasar Argüello García, empleado de una empresa de electricidad y secretario de organización y estadísticas de un sindicato. Foto EDH / Archivo

Por Jorge Beltrán Luna @Jbeltranluna_

2021-01-10 10:30:27

El asesinato de Jared Baltasar Argüello García no fue algo imprevisto, según sus familiares. Y sin embargo, parece que los asesinos dejaron algunas pistas que las autoridades bien podrían haber utilizado para avanzar en la investigación, pero no lo han hecho, afirman parientes de la víctima.

Este crimen fue cometido entre las 7:00 y 7:30 de la noche del pasado 3 de enero en el caserío Los Torres, cantón Obrajuelo, municipio y departamento de Usulután. Los asesinos fueron por lo menos diez hombres que fingieron un operativo policial.

Además de matar a Jared, los delincuentes se robaron más de 20,000 dólares en efectivo, siete armas de fuego que tenían debidamente legalizadas y siete celulares.

La familia de Jared, quien era secretario de organización y estadísticas del Sindicato de la Industria Eléctrica de El Salvador (SIES) y trabajaba como técnico electricista en la empresa Deusem, según sus parientes, creen que las autoridades policiales y fiscales no han puesto el debido interés en investigar el caso, a tal punto que les han proporcionado datos que consideran importantes, sin que, al parecer, les hayan dado la debida importancia, dijeron.

Los asesinos que mataron a Jared también robaron $20,000 que la familia recibió de un pariente en EE. UU. y que ingresaron al país de forma legal. Imagen del documento en el que consta la declaración del ingreso de dinero Foto EDH / Archivo

A manera de ejemplo de esa supuesta negligencia, mencionaron que el día que hicieron la inspección de la escena del crimen no buscaron huellas dactilares que los delincuentes podrían haber dejado en los objetos que tocaron. Se limitaron a inspeccionar el cadáver en la sala de la casa de la víctima, donde fue asesinado, dijeron.

Ubicación de celular

Pero una de las mejores pistas, afirman, tal vez fue la ubicación exacta de uno de los siete teléfonos celulares que los asesinos se llevaron.

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Con la ayuda de un amigo, la familia de Jared logró establecer la ubicación de un aparato, un día después de cometido el crimen, es decir, el lunes 4 de enero.

De inmediato fueron a proporcionar el dato al policía que supuestamente está asignado al caso. Sin embargo, este les dijo que no podían hacer mucho porque, al parecer, la ubicación del teléfono era en una área natural protegida del municipio de Jiquilisco.

El policía también les dijo, según ellos, que tenían conocimiento de que en la zona de Jiquilisco operaba una banda bien organizada de delincuentes que generalmente permanecen escondidos entre los manglares y que les había resultado imposible capturar a sus integrantes.

La familia no cree que el crimen haya sido producto de una casualidad porque un mes antes les mataron a los dos perros más bravos.

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