Salvadoreños en busca de los $300

Desde desempleados hasta personas con discapacidad a las que no les importó la distancia o dificultad para movilizarse, todos querían que se les incluyera en el beneficio de $300. La mayoría de ellos regresó decepcionada.

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Ernesto Guerra Elías, llegó desde temprano al Cenada de la Alameda Roosevelt, para ver si era beneficiario de los $300. Foto EDH / David Martínez

Por David Martínez nacional@eldiariodehoy.com

2020-03-31 5:00:53

“Esta ayuda era mi última esperanza que me quedaba”

Ernesto Guerra Elías, un joven de 27 años, asegura que desde que inició la emergencia, la empresa donde trabajaba les dio de baja a todos sus empleados, por ello ahora se dedica al comercio informal.

Vive con su madre, su esposa y sus dos hijos, uno de cinco y el otro de siete años de edad. Su esposa también se dedica al comercio informal. Ingresaron sus números de DUI a la base de datos que habilitó el gobierno, pero ningún miembro de su familia fue beneficiado.

“Vine hoy temprano porque esta era la última esperanza que me quedaba, porque no podemos salir a trabajar, porque es un riesgo el exponerse”, expresó Elías.

No ha podido pagar los últimos recibos de los servicios básicos por priorizar su comida y la de sus hijos. Pero a estas alturas ya no cuentan con nada aunque no pierde la esperanza de que el gobierno pueda ayudarle.

Yanci Marroquín,padece diabetes y con la emergencia no ha podido salir a vender hojas de papel bond para su sustento. Foto EDH / David Martínez

Las reservas se le terminan a Yanci Marroquín

“He sobrevivido gracias a gente de buena voluntad”. Así describe cómo ha pasado estos días Yanci Marroquín, una vendedora “ambulante” que mantiene a su familia con la venta que hace en el centro de San Salvador.

Asegura que ha seguido las indicaciones de las autoridades, sin embargo, por el momento la reserva que tenía para suplir sus necesidades básicas ya se le terminaron.

Por ello, se buscó en la base de datos, pero ninguno de su familiares apareció. Decidió ir desde la mañana para saber cómo aplicar al beneficio, pero no lo logró.

Espera que el gobierno le ayude cuanto antes aunque su situación es complicada ya que debe comprar sus medicamentos para la diabetes.

Miguel Palomo, es una persona no vidente, que llegó desde San Marcos. Foto EDH / David Martínez

“La situación económica está un poco crítica”

Miguel Palomo es un artesano que todos los domingos aprovecha los cultos afuera del Tabernáculo Bíblico Bautista para vender artesanías como pulseras, collares, entre otros productos. Él es una persona no vidente y desde hace una semana no ha salido a vender.

Tiene 45 años, a su edad y por su condición, asegura que le es un poco complicado conseguir un empleo fijo. Por eso, atendiendo el llamado que hiciera Bukele se acercó al CENADE de San Salvador.

“Mi fuente de ingresos está cerrada ¿De dónde saco ahora para sobrevivir? Me quedé donde unos amigos porque donde vivo es un lote, donde no hay nadie, y ellos me han estado ayudando con un poquito, pero la situación está un poco crítica”, expresa.

Llegó a eso de las 8:30 de la mañana. Reside en San Marcos, pero para su sorpresa, además de la extensa fila que había, le dijeron que la oficina estaba cerrada.

Palomo buscó explicación con un agente de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO), quien sólo se limitó a decirle que volviera después y que su problema podría resolvérsele.