Las 421 muertes sospechosas por COVID-19 ocultas en los registros de defunción

Seis alcaldías, de las quince con más casos diagnosticados como positivos, guardan en sus registros cientos de muertes con sospechas de COVID-19 que no han sido sumadas a los registros oficiales. El 47 % murió en casa

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Por Karla Arévalo- Lilian Martínez

2020-07-04 11:25:17

El ministro de Salud ha reconocido que las cifras oficiales publicadas en covid19.gob.sv solo incluyen las muertes de aquellas personas a las que se les hizo una prueba. Pero más de 421 muertes sospechosas de COVID-19 están ocultas en los libros de actas de defunción de siete alcaldías, en municipios donde el número de entierros con protocolo COVID supera las cifras oficiales.

La Unidad de Datos de El Diario de Hoy visitó los Registros del Estado Familiar de cuatro alcaldías y solicitó información a tres más. Los municipios investigados figuran entre los 15 con más casos: San Salvador, Soyapango, San Miguel, Santa Ana, Ilopango, San Marcos y Santa Tecla. La única alcaldía a la que se le solicitó información y que no la proporcionó fue la alcaldía de San Salvador.

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Por cada fallecido inscrito entre el 1 de abril y el 15 de junio en esos registros, se recopiló: la fecha de muerte, el sexo, la edad y oficio del fallecido, el departamento y municipio donde residía, el lugar donde murió (si fue en casa o si fue en hospital), la causa principal de muerte y otras posibles causas que son consignadas por los médicos en las boletas que entregan los hospitales. En total fueron recopilados 500 registros de muertes relacionadas al sistema respiratorio.

El médico intensivista José Gonzalo Batres Baires revisó los registros y señaló aquellos en los que la causa de muerte no tuviera sospecha de haber sido COVID-19. Tras la depuración, se obtuvo una base de datos con 448 registros de muertes causadas por el COVID-19 y bajo sospecha de haberlo sido; solo en 27 casos el médico escribió COVID-19 como causa de muerte. Lo que deja un total de 421 casos que quedan como sospechosos debido a la falta de pruebas.

Lo primero que revelan los datos es que de esas 448 muertes el 47 % ocurrió en casa y el 53 % en un hospital público, del ISSS o privado. “Este es el dato más interesante de esta investigación. La cantidad de personas que han muerto en sus casas y que no acudieron a un hospital”, opina el médico epidemiólogo José Adán Montes.

La causa de muerte más frecuente en casa fue paro cardiorespiratorio en el 78 % de los casos. Otras causas de muerte consignadas en las actas de defunción son paro cardiaco en el 6.7 % de los casos y senilidad en el 2.9 %.

De las 234 muertes hospitalarias, el 15 % ocurrió en el hospital Psiquiátrico, el 13 % en el Hospital General del ISSS, un 11 % en el San Rafael, un 8 % en el Hospital Regional de San Miguel (ISSS) y un 7 % en el Hospital de San Bartolo.

La causa principal de muertes hospitalarias inscritas en los municipios estudiados son: neumonía, en el 30 % de los casos; choque séptico (infección), en el 15 %, COVID-19, en el 12%, sospecha de COVID-19, en el 7 % y distrés respiratorio, en el 5 %.

Lo que esconden las boletas

El Registro del Estado Familiar es quizá una de las oficinas más visitadas de cualquier alcaldía. Ahí se inscriben los matrimonios, los divorcios, los nacimientos y las muertes.

METODOLOGÍA

Entre el 10 y el 25 de junio, la Unidad de Datos de El Diario de Hoy visitó las alcaldías de Soyapango, Ilopango, Santa Tecla y Santa Ana para revisar las partidas de defunción emitidas en los Registros del Estado Familiar de esos municipios entre el 1 de abril y el 15 de junio. El objetivo principal era recopilar información sobre muertes relacionadas con problemas pulmonares, cardio respiratorios y sistémicos que pudieran estar relacionadas con el COVID-19.También se solicitó dicha información a las alcaldías de San Marcos, San Miguel y San Salvador. La alcaldía de San Marcos envió los datos por WhatsApp, la alcaldía de San Miguel admitió la solicitud y envió la información el 25 de junio. Mientras que la alcaldía de San Salvador admitió la solicitud, pero la suspendió argumentando que una ordenanza municipal mantenía suspendidos los plazos hasta el 30 de junio. La Unidad de Datos de El Diario de Hoy actualizará periódicamente la base de datos y recopilará datos de otros municipios donde se han reportado la mayoría de casos diagnosticados de COVID-19, como un esfuerzo por transparentar y analizar esta información información junto a profesionales de la medicina.

Cuando muere un familiar, alguien debe ir a la alcaldía donde vivía el difunto o donde falleció para que se emita la partida de defunción. Es así como en el Registro de Soyapango, hay inscritos difuntos que residían en Ciudad Delgado, Tonacatepeque, Ayutuxtepeque e incluso Usulután, pero que murieron en uno de los dos hospital de Soyapango: el Amatepec o el Psiquiátrico.

El documento con el que se acude a una alcaldía para inscribir la muerte de un familiar es una boleta con el título “Registro de defunción”, de la que el hospital entrega dos copias.

Milton Ramos, jefe del Registro del Estado Familiar en la alcaldía de Soyapango, explica que ellos le piden a quien llega a inscribir una defunción que lleve las dos copias de la boleta. Lo hacen para evitar que un mismo fallecido sea inscrito en Soyapango y también en otro municipio.

La boleta tiene el nombre del fallecido, sus datos personales y un apartado denominado “Causa de defunción”. En ese apartado hay varios espacios identificados con las letras a, b, c y d, sobre las que un texto indica: “Anote sólo una causa en cada una de las líneas”. Y es ahí donde el médico que llena la boleta decide qué escribir y el orden en el que lo hará.

Al leer las boletas, los registradores copian el texto de la línea “a”, como causa principal; pero también copian los textos de las líneas “b”, “c” y “d”, que son descritos como: “Causas antecedentes. Estados morbosos, si hubiera alguno, que produjeron la causa consignada arriba”. Es ahí donde empieza una suerte de rompecabezas, porque hay boletas donde como causa “a” se lee “síndrome de distrés respiratorio” y en la “d” se lee “neumonía (sospecha COVID-19)”.

Es así, como en los 448 registros recopilados en seis alcaldías hay registros en los que en la causa “a” se lee “neumonía por COVID-19”; otros en los que se lee “sospecha de COVID-19”; otros donde dice “neumonía grave por sospecha de COVID-19” o “distrés respiratorio por COVID-19”.

“En situación de pandemia en todos los países se ha inscrito COVID-19 como primera causa de muerte al confirmarse mediante PCR. Si no hubo oportunidad de hacer la prueba diagnóstica se debe escribir la sospecha de COVID-19 como subdiagnóstico principal”, explica Batres Baires.

Mientras tanto, aunque la COVID-19 no aparezca como la causa principal de muerte, las alcaldías aplican el protocolo COVID para los entierros en cada caso “sospechoso”.

El ingeniero biomédico Carlos Castelar explica que “evidentemente” el COVID no necesariamente aparece en los registros oficiales como la principal causa de muerte. Añade que, aunque actualmente aún se debate si los pacientes mueren “por” COVID o “con” COVID, “debido al rol de las comorbilidades en las variantes graves y críticas de la enfermedad”, el COVID sigue siendo el principal desencadenante de las complicaciones que llevan al fallecimiento.

Por lo anterior, Castelar considera que para un mejor monitoreo epidemiológico: “Lo recomendable sería publicar todas las muertes con prueba positiva de COVID, independientemente si es reportado como causa principal o secundaria de muerte. Y, como se ha venido pidiendo desde el principio, llevar otro registro paralelo de muertes de personas con sospecha de COVID”.

Hasta el 15 de junio, seis alcaldías registraron más 421 decesos sospechosos de COVID-19 en sus actas de defunción. Pero, según los datos oficiales, a esa fecha iban 76 muertes por COVID-19.

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Registro de muertes sospechosas de COVID-19